Las mochilas son muy prácticas y cómodas, pero sobrecargadas pueden resultar dañinas. Por eso, al usarlas, tener en cuenta las siguientes premisas.
– En lo posible usar mochila con ruedas.
– El peso de la mochila deberá ser inferior al quince por ciento (15%) del peso del niño.
– Su tamaño tendrá que ser igual o inferior al del torso del niño, deberá apoyarse en el medio de la espalda y no extenderse más allá de su parte inferior.
– Los tirantes deberán ajustarse en ambos brazos para mantener una postura bien alineada y mantener los brazos libres.
– Los artículos más pesados se colocan en mayor contacto con la espalda para evitar malas posturas y tensiones musculares.
– El cinturón tiene que abrocharse a la altura del abdomen o del pecho.
– Ajustar bien las cintas a los hombros del niño.
– Enseñarle a que la levante del piso doblando las rodillas, no la cintura.
– Si al colocar o usar la mochila tiene que realizarse un esfuerzo excesivo, si se observa un cambio de postura, dolores, hormigueos o entumecimiento en los brazos y signos de peso en los hombros, se recomienda discontinuar su uso y consultar de inmediato al pediatra.
– Hablar con el pediatra para la realización de ejercicios destinados a fortalecer los músculos de la cintura y espalda.