“El concepto de nativo digital fue acuñado por un experto en educación y nuevas tecnologías norteamericano llamado Marc Prensky”, nos comenta Carlos Neri, especialista local en el tema, psicólogo y titular de la cátedra de Informática, Educación y Sociedad de la Facultad de Psicología de la UBA.
“En ese artículo –continúa Neri –Prensky demostró que había una generación nacida después de 1981, cuando se consolida la PC, que tendría una serie de habilidades prácticas diferentes a las de otra gente por el uso de la tecnologías. Estos serían los nativos digitales. Y este pensador también define a los inmigrantes digitales, que somos los que nacimos antes de 1980 y que no nacimos con la tecnología sino que llegamos a ella, con mayor o menor dificultad, para utilizarla en cierta medida”. Y continúa: “Nosotros somos los hijos de la televisión y estos chicos son los hijos de las nuevas tecnologías, que tienen ciertas habilidades que los padres ya han distinguido”.
Es fácil en cualquier hogar de hoy presenciar la escena del chico tomando la merienda frente a la computadora, mirando televisión, haciendo la tarea, buscando algo en Internet que puede estar referido a la escuela o no, cha-teando con dos o tres como mínimo y hablando por teléfono con un amigo. En este caso, Neri aclara: “Es lo que se llama la habilidad multitarea”. Y reflexiona: “Estas habilidades que son diferentes a las de los adultos los hacen aparentemente poderosos, frente a la mirada de los padres… Pero ¿son buenos en la escuela? No necesariamente. Son buenos en las actividades de mercado, el juego, la navegación, la búsqueda, pero en esto hay una cosa que hay que tener en cuenta: a ninguno de nosotros se le ocurriría correr con un adolescente una carrera de cien metros porque nos va a ganar. Y en esto de las tecnologías es lo mismo”.
Es decir: en el ámbito de la tecnología como en otros, un adolescente puede estar por delante de un adulto. Sin embargo, no significa que siga el camino correcto, ni que no necesite guía. Y es más: “No está demostrado –dice el especialista– que el nativo tenga una capacidad innata diferente. De hecho hay inmigrantes digitales que tienen esas mismas capacidades, que las han desarrollado y podrían pasar por nativos”.
Sí, lo que sucede es que los nativos posiblemente tengan una visión del mundo distinta porque se conectan con él de modo diferente. Aclara Neri: “Por ejemplo, están chateando con veinte a la vez, se conectan con personas de diferentes partes del mundo, bajan películas y las ven por estos circuitos no habituales. Bajan mucha música, tienen habilidades especiales para estas cosas y comparten permanentemente con los amigos y su red social en Internet toda la información sobre cómo operar en este medio. Pero hay algo importante: todo esto no lo aplican en la escuela. Son hábiles en lo tecnológico, pero no necesariamente van ser hábiles en el conocimiento”.
Y el punto es que el conocimiento de la escuela no es sustituible por todo el conocimiento que se tenga de nuevas tecnologías.
El conflicto con la escuela
Hoy la escuela se encuentra con que tiene alumnos –sobre todo en el caso de las clases acomodadas – que ya hace tiempo tienen computadora en casa. Y ahora todos comienzan a tener netbook que llevan y traen de la escuela. Estos chicos conocen por lo general más recursos tecnológicos que los propios docentes en general, simplemente porque por una cuestión generacional han pasado horas frente a la computadora, jugando y entreteniéndose. El gran desafío de la escuela es cómo incorporar esa tecnología, utilizarla para la educación y que la escuela pueda competir aunque sea en parte con el aluvión de entretenimientos informáticos que ofrece el mercado. Neri los explica claramente: “la escuela es un elemento conservador e irá siempre un paso más atrás, lo que no es malo, simplemente que las tecnologías hoy avanzan demasiado rápidamente y la escuela tiene que hacer un esfuerzo para incorporarlas y no quedar tan atrás”.
Por eso la importancia de que los maestros incorporen videos, Internet, Messenger y celulares a las actividades y que se involucren en el aula con estas herramientas. Porque como explica Neri: “como sujetos del mercado los docentes suelen participar de las redes y usar las computadoras, pero a veces no trasladan estas habilidades en su totalidad al aula”.
El tema tiene muchas implicancias y no es solo algo puntual y referido a las nuevas tecnologías. Aparece hoy la figura del maestro que necesita ser revalorizado y en esto los especialistas coinciden en que los padres deben ayudar en el proceso mientras que los docentes deben aggiornarse. Pero hay un punto importante: los padres deben seguir estableciendo como objetivos valiosos aquellos que siempre lo fueron: estudiar, aprender, respetar al maestro, leer libros, acercarlos a los chicos y poner sobre todo como objeto valioso no el objeto de consumo y de mercado sino el del conocimiento, con el cual también se puede ganar dinero, pero con el cual se ahonda en una formación diferente, más profunda.
Hijos nativos y padres inmigrantes
¿Se entienden? Por un lado, muchos padres no están cerca de la tecnología. Muchos sienten que sus hijos están conectados todo el día, pero tratan temas superfluos. Otros, están ocupados gran parte del día y lejos de las actividades de sus hijos y muchos le piden ayuda a los hijos para acercarse a la tecnología, pero no logran que éstos les expliquen los procedimientos.
Ante toda esta problemática, en principio hay algo que Neri destaca como fundamental: “con o sin computadora, siempre los padres tienen que tener un control sobre los chicos y tienen que orientar el crecimiento”. El desentenderse de la tecnología no ayuda al acercamiento ni al control, que es necesario por cuestiones de seguridad.
Y Neri comenta:”Existe el problema de los chicos cuyos padres trabajan todo el día. Están solos, y por ahí están en la casa, pero con la computadora. Es decir, supuestamente están en un lugar seguro, es más, en un country, por ejemplo, con colegio dentro del predio, pero si están solos y no controlados y manejan una computadora… se caen las barreras de control”.
Por eso, acercarse a la tecnología y recorrer un camino con los chicos implica tomar conocimiento de las herramientas, dedicarles tiempo y también aprender de los hijos cuando esto es posible. Pero para que el hijo pueda explicarle al padre tiene que tener la madurez suficiente para comprender cuánto tiempo le llevó a él mismo incorporar esos conocimientos. Al respecto, Gabriel Guralnik, computador científico, miembro de la misma cátedra de Neri, a punto de obtener su doctorado en psicología y un apasionado de la ciencia ficción (tuvo el lujo de entrevistar a Stanley Kubrick cuando estuvo en la Argentina), reflexiona: “los chicos viven como un flash su aprendizaje de ensayo y error. Es tal lo que se entretienen experimentando, que no toman en cuenta la cantidad de horas que han estado frente a la computadora, entonces, cuando quieren transmitirle al adulto lo que saben, pretenden que el adulto lo capte al instante, y en realidad el adulto necesita hacer también la experiencia, que se lo guíe y tomarse su tiempo, como se lo tomaron ellos, los chicos. Entonces, como el proceso de aprendizaje de estas cosas es complejo, el chico responde, ‘dejá,lo hago yo…”.
Y Neri agrega: “Y tampoco hay que asustarse de la tecnología, aunque a muchos adultos les meta miedo, y en el caso de los padres, es importante que se acerquen a ella por cuestión de control y seguridad de sus hijos”.
Los riesgos que hay que evitar
* La presencia de los padres en la red es importante. Al respecto, Neri vuelve sobre los ejemplos. “Facebook teóricamente es una red social que no aceptaría menores, pero Facebook está lleno de menores porque los chicos falsean la edad”. Y cita un caso: ”Escuela pública de Capital: un grupo de alumnos de quinto grado defenestran a la maestra en la red. ¿Dónde estaban los padres cuando los chicos estaban construyendo esto? Esta es la gran pregunta, que también puede caber para cualquier grupo de cualquier escuela.”. Y vuelve sobre su propia experiencia “Mi hija con sus nueve años quiere estar en Facebook, porque todos sus amigos están y porque juega a determinados jueguitos. Bueno, entonces tiene que falsear la edad, y yo le digo, ok, falseá la edad, pero yo miro tu Facebook todos los días. Ahora si los chicos no avisan, no piden permiso, no hablan con sus padres, actúan solos y nadie los controla, estamos en problemas”. Otro caso: adolescentes que se quedan solos en la casa el fin de semana. “Lo primero que hacen –explica Neri– es conectarse por el Messenger y poner en la frase principal: ‘mis viejos se fueron. Solo todo el fin de semana.’. Es una invitación para los delincuentes”.
* Para Guralnik, “A los chicos hay que enseñarles que hay que entregar la menor cantidad de datos posibles porque hay miles de personas mirando. Es como antes se les decía a los chicos: si tocan el timbre, no abras. Esto es lo mismo. Si no tenés referencias de quién te pide amistad, no la aceptes”.
* Y Neri remata. “Todos estos controles llevan tiempo y aprendizaje. Ya no sirve aquel consejo de que la computadora debe estar en un lugar visible de la casa, porque muchos chicos tienen netbook. Las nuevas tecnologías generan la necesidad de otros controles, implica conocer las nuevas tecnologías y ponerlas al servicio de quienes las usan”.
Texto: Silvia Fittipaldi.
Foto: Istockphoto.