La cita es en un café de Palermo Soho el barrio que eligió para vivir. “Me encanta este barrio, cuando puedo los fines de semana salgo a caminar para ver las casas de ropa y decoración”, nos cuenta Muriel Santa Ana, una de las actuales figuras del prime time en la pantalla chica.
Si bien había hecho algunos participaciones en televisión, su personaje de Grace (hace ya seis años en Lalola junto a Carla Peterson) fue su pasaporte a la fama. En Solamente vos (21.30 a 23.00 por El Trece), la tira que protagonizan Adrian Suar y Natalia Oreiro, interpreta a La polaca, la ex de Juan Cousteau (Suar) y madre de sus cinco hijos. Una mujer que ronda los 40 años y que atraviesa la crisis típica de la edad: dejó su carrera por la familia, está desbordada por la situación, es demandante y mandona. Sin embargo y a pesar de esas características, su personaje es uno de los más queridos y que más aceptación tiene en el público. “Si bien no uso Twitter, sé que La polaca tiene muchos fans. Todos me dicen que conocen a una mujer así y muchas mujeres se sienten identificadas. Yo les digo: ‘chicas si se sienten así, inseguras e hincha pelotas, háganse tratar”, confiesa y ríe a carcajadas.
El mundo de Muriel
Muriel es hija del actor Walter Santa Ana y de Mabel González, una mujer que profesó la filosofía oriental. Por su casa de la infancia desfilaban artistas, gente de la cultura y gurúes indios. Su hermana Moira (cinco años mayor que ella) es soprano y su mejor amiga. “Somos súper unidas, cuando erámos chicas, obvio, nos matábamos, pero después la diferencia de edad se fue achicando y la relación se hizo muy estrecha. Es súper protectora. A pesar de que mis viejos se separaron cuando yo tenía nueve años, siempre fuimos muy unidos, un bloque”. De la mano de una amiga llegó a lo de Agustín Alezzo para estudiar teatro. Junto a su papá subió al escenario para interpretar unos textos de Jorge Luis Borges. En 2005, recomendada por Luis Brandoni, trabajó en televisión en Una familia muy especial con Mike Amigorena, con el que formó la banda musical Ambulancia. Porque además de todo, Muriel canta y muy bien. De hecho grabó la cortina musical de Ciega a citas, la primer tira que protagonizó.
–Leí que de chica estudiabas canto, danza, italiano… ¿Estabas en una búsqueda constante?
–Más que en una búsqueda, me aburría de todo (confiesa y se ríe). Hice expresión corporal y flamenco también, durante mucho tiempo pensé que me iba a dedicar a la danza. Después, de más grande, me apasioné con el tango, estaba fascinada.
–Eras de las que buscaba novio en las milongas…
–¡Nooo! No me gusta mezclar las cosas. Aunque confieso que es un buen lugar para conocer a alguien, pero no fue mi caso.
–Hace seis años que estás en pareja con el músico Julián Vilar, pero confesaste en más de una ocasión que hasta los treinta y pico tus relaciones fueron un desastre ¿Te costó entregarte a una relación?
–¡Uf, esa etapa fue hace tanto que ya me olvidé! Me enamoré de Julián y él se enamoró de mí. Me entregué totalmente porque había donde entregarse, me conectó con una dimensión amorosa. Es un gran amor. Supongo que antes de él no había mucho compromiso de mi parte y me enganchaba con hombres con los cuales la relación no iba para ningún lado.
–¿Tienen ganas de convertirse en padres?
–Nosotros disfrutamos muchísimo de nuestra relación. Nos potenciamos mucho los dos. Quizás lo pensamos a mediano plazo. A veces las cosas pasan y no te las esperás, no estamos obsesionados con el tema, pero sí está flotando en el aire.
–¿No te obsesiona?
–No. Sí es un asunto en el que hay que tomar una decisión, porque la edad biológica en las mujeres es todo un tema. Es evidente que no he tenido un fuerte deseo de ser madre, si no lo hubiese intentado desde los 20 años para acá. Hay mujeres que cuando no arman una relación deciden ser madres igual.
–¿Te molesta la mirada ajena? Que te digan ‘nena mirá que ya no sos tan joven para determinadas cosas’?
–Me importa un pepino la opinión ajena de lo que hay que hacer a determinada edad. No voy por ahí. La verdad es que no, me siento muy joven para la edad que tengo; para la generación anterior a nosotras era diferente. Pero tengo un montón de amigos que están en la misma. Creo que tiene mucho que ver con el estilo de vida de cada uno y con el círculo en el que te movés. Vivo mi vida, a mi biorritmo.
Realidad vs ficción
En 2006 el director Juan Taratuto la convocó para ser la protagonista de la tira Ciega a citas, basada en una blognovela ―novela escrita a través de un blog de Internet―, allí era Lucía González, una periodista que tenía 258 días (hasta el casamiento de su hermana menor) para encontrar un novio a su medida y poder así vengarse de su madre. Muriel se convirtió en poco tiempo en el ícono de las treintañeras solteras, una especie de Carrie Bradshaw (Sex and the city) de Argentina.
–De representar a las treintañeras solteras, pasaste a hacer de madre de cinco y abuela ¿Te shockeó tanto cambio?
–Un poco sí, pero no por la edad, sino por el hecho de pensar: ¡cinco hijos! Pero el año pasado hice un unitario, El donante, y ahí ya tenía dos hijos (una de 6 y otro de 20), así que ya estaba preparada. Y como la China Suarez (Julieta, la hija mayor en la ficción de La Polaca) quedó embarazada, también soy abuela. Pero a pesar de estar muy alejada en la vida real de todo eso, parece que nos sale bastante bien.
–La verdad es que sí. A la tira le está yendo muy bien y todos aman tu personaje. De hecho desde que estamos sentadas charlando, todos pasan y te saludan. ¿Cómo te llevás con esa exposición?
–Soy muy tímida y me cuesta. La gente que te grita ‘grosa’, ‘genia’ me irrita bastante sobre todo porque si no contestás automáticamente te dicen: ‘¡Mala onda!’. ¡¿Cómo hago, chicos, para hacerlos felices a todos?! No aprendo a manejar determinadas cosas porque la gente conoce a la que ve en la tele, pero no sabe realmente quién soy.
–También te cuesta recibir halagos…
–Sí, lo confieso. Me cuesta aceptar, pero es porque soy tímida. Lo mismo cuando amigos o familiares me quieren decir algo de mi trabajo. Enseguida les digo: ‘No me digan nada, yo sé lo que estoy haciendo, lo que puedo mejorar’.
–¿Cómo es trabajar con Adrián Suar? Además del actor es el gerente de programación del canal… ¿Te asustó?
–Al principio un poco sí, pero la tiene muy clara. En cuanto comenzamos a trabajar me dijo que era muy importante el vínculo que íbamos a tener, porque hacemos de una ex pareja que estuvo casada durante veinte años. Lo escucho muchísimo.
–En la ficción sos una ex bastante pesada… ¿En la vida real lo fuiste?
–¡No! Gracias a Dios soy muy distinta a mi personaje, tengo otra historia. Yo no dejé mi carrera por nadie. Como ex, soy muy orgullosa, desaparezco.
La era de la madurez
En noviembre de 2011 la mamá de la actriz falleció. Siete meses después, Muriel también perdió a su papá. Fue un momento de profunda tristeza y dolor que la llevó a colocarse en un nuevo lugar en la vida.
–La perspectiva de la vida cambia abruptamente cuando uno pierde a los padres.
–Fue un golpe muy duro. Los dos murieron en un período muy corto y eso hizo que me tenga que hacer cargo de muchas cosas. En lo práctico tuve que relacionarme con cosas que hasta ese momento no me preocupaban. Cambié de contador para poner cosas en regla y le tuve que poner atención a la cuestión patrimonial, las casas donde vivían mis padres, por ejemplo.
–Hacerse cargo…
–Está bueno hacerse responsable de la propia vida y estar conectada con lo que te toca; no digo que no sea duro, pero está bueno ser grande, responsable de sí.
–¿Sos ahorrativa?
–¡Soy un desastre! La plata se me va… (dice y pone cara de culpable). La disfruto mucho, invito a todo el mundo, hago regalos. Llega Navidad y Año Nuevo y mis regalos son escandalosos. Me gusta viajar, comer afuera. Ahora estoy tratando de ser más adulta también con ese tema.
–¿Y con tu imagen cómo te llevás?
–Como cualquier mujer, con algunas inseguridades, hay que cuidarse un poco, estar pendiente de lo que te queda mejor. Yo siempre me visto de negro y mis compañeras me retan. Decí que Luciana, la vestuarista del programa, es una genia y que el 90% de la ropa que me trae me queda bárbara.
–¿Te cuidás en las comidas? ¿Te gusta cocinar?
–Un poco sí, pero sin obsesionarme. Pero la de cocinar te la debo. Para mí la cocina de casa es como un lugar de paso, casi decorativo. Cada tanto hago una hamburguesa de quinoa, una tarta… la milanesa de soja sale mucho en casa. Julián está un poco harto de cocinar siempre.
–¿Sos vegetariana?
–No, pero casi dejé de comer carne. La realidad es que me empezó a dar asco, pero no tengo una ideología al respecto.
–¿Cómo haces para desconectarte de la vóragine de la televisión, el rating, las largas horas de grabación?
–La verdad, no estoy pendiente del rating y para mí la mejor desconexión es estar en casa leyendo o cenando con mi novio o amigos.
–¿Disfrutás de estar sola en tu casa?
–Sí, hay que ser amigo de uno. Atravesar los momentos de angustia con espacios de satisfacción personal.¡Ojo! Es muy lindo estar acompañado, pero también puedo decir que sola me entretengo, pero me gusta estar con mi familia, amigos, Julián, mis compañeros de laburo… Disfruto mucho estar con ellos.
–¿Se puede tener amigos en el ambiente?
–Obvio. Carla (Peterson) es una de mis mejores amigas. Nos conocimos cuando hacíamos Lalola. También me divierto mucho con Claudia Fontán y Marina Bellati, compartimos muchas escenas y la pasamos muy bien.
–¿Te asusta el futuro?
–Cuando te quedás sin padres, te quedás vos al frente… Es lo doloroso de la vida, todo el tiempo pasa algo diferente. Se cerró una puerta, pero se abrió otra, hay algo por desarrollarse. El futuro angustia, da miedo… Hay tanta inconsistencia en todo… Estudié filosofía muchos años y recuerdo una frase de un libro que me pegó mucho y que decía: ‘En la inconsistencia, apoyarse’. Creo que eso es la madurez.
–¿Como te ves en la vejez?
–Trabajando hasta el final. Viviendo en la ciudad junto a las personas que quiero.
–Mirá, te hacía en una casita en el campo…
–Ni loca! (ríe a carcajadas) odio el sol y amo Buenos Aires. No me veo rodeada de gallinas, aunque nunca se sabe.
Muriel en el espejo
¿Qué libro estás leyendo? Ni el sexo ni la muerte, de André Comte-Sponville.
La última película que viste y te gustó: Amour.
Tu mejor virtud: soy fuerte.
Tu mayor defecto: la no correlación entre lo que digo y lo que hago.
Una prenda que no te puede faltar: medias negras opacas.
Un disco que te pone de buen humor: uno que tengo de Mina y Adriano Celentano.
Una tarea del hogar que detestes: todas.
Texto: Karina Bianco
Fotos: Diego García
Producción: Ana Nava
Pelo: Juan Olivera
Make Up: Fabiana Molina Zuviria
Ropa: Mariana Dappiano / www.marianadappiano.com
Zapatos: Mishka / www.mishkashoes.com.ar
Accesorios: La Joyería – Viviana Carriquiry y Paula Levy / www.paulalevy.com.ar / www.vivianacarriquiry.com.ar
Locación: Hotel Atempo, www.atemposuites.com