Este sitio funciona únicamente en las ultimas versiones de los navegadores.
Por favor, actualizá tu navegador.

Suscribite a nuestros newsletter - enterate de todas nuestras noticias

Quiero suscribirme a...




Search
6 de abril, 2014

Natalia Oreiro: “Es difícil trabajar y ser mamá, pero Ricardo me ayuda mucho”

Tal vez, la Argentina tenga su propia diva de Hollywood en una uruguaya de pura cepa. Madre de un varón de dos años, esposa de un ídolo del rock nacional, actriz consagrada en cine y televisión, cantante famosa en Rusia… todo eso es Natalia. ¡Y mucho más! Descubrila.

 

 

Si se necesita un ejemplo para describir lo que es tener ángel y carisma, basta con nombrar a Natalia Oreiro para resolver la cuestión. Esa chica que llegó adolescente a la Argentina desde Uruguay, en busca de un sueño; y vaya si lo logró. Cada una de las novelas que protagonizó, fue éxito. Desde la recordada Ricos y famosos, junto a Diego Ramos –cuando entonces Canal 9 era aun el canal de la palomita– hasta Solamente vos, la última tira que protagonizó con Adrián Suar y que le devolvió a El Trece el rating que había perdido. En el prime time se ponía en la piel de Aurora, una treintañera con ganas de enamorarse, casarse y formar una familia (deseos que cumplió, por supuesto). “Mi mamá (Mabel) es peluquera y yo crecí con el cepillo en la mano. Me encantaba ver cómo las clientas iban, hablaban de sus cosas, y mi mamá las aconsejaba: que se cambiaran el color, qué corte se podían hacer. Y se iban felices con su cambio de look. Obviamente, mucho de eso me sirvió para construir mi personaje”, cuenta la actriz.

– ¿Adrián Suar no te tentó para una hacer nueva producción?
– No, él ya sabe que no. De acá a siete años (risas)… Sólo digo ese número porque pasaron siete años desde que había hecho la última novela. Pero, definitivamente, él sabe que mi respuesta sería negativa. Nos llevamos bárbaro y tenemos muy buena química, pero entiende que necesito un descanso.

– Además de actuar, en Solamente vos te diste el gusto de emular a grandes músicos en los videoclips. De hecho, hubo especiales musicales y el público se enganchó muchísimo…
– ¡Los clips los hacíamos porque no llegábamos a grabar más capítulos! Pero para mí eran la parte más divertida. La verdad, fue un año muy intenso y más hacia el final. Yo tenía todo programado pero fueron surgiendo diferentes compromisos. Fue muy intenso.

 

Mamushka
Además de la actuación, la música también es parte –y muy importante– de la carrera de Natalia. Si bien su último disco de estudio fue en 2002, la uruguaya nunca dejó de lado la canción. Le puso la voz y el ritmo a momentos de las películas Mi primera boda e Infancia clandestina; también a Solamente vos. Sin embargo, ella aclara siempre que es una actriz que canta porque tiene bien claro qué es lo que quiere y cómo expresarlo.
En Rusia, Oreiro es una diva –como por estas tierras– que llena estadios gracias a su música. Hace poco más de tres meses se presentó en el Crocus City Hall, en San Petesburgo, e hizo vibrar a sus seguidores.

– ¿Cómo fue esa experiencia?
– ¡Hermosa! Si tengo que decir una sensación, fue emocionante. Yo había ido en diciembre de 2012 a un festival que se hizo en San Petesburgo. Pero de gira, hacía cinco años que no iba. Esta vez entendí qué era lo que le pasaba al público.

– ¿Y qué le pasa?
– Yo fui parte de su infancia. Entonces, cuando vos sos chico, vivís cosas que no te las olvidás más. Mucha gente aprendió español a través de mis canciones, de las novelas. Además, ahora están retrasmitiendo por décima vez Muñeca brava, y también vuelven a pasar Sos mi vida. Es increíble.

– Y contaste con un guitarrista invitado muy especial…
– ¡Ay, sí! Merlín, mi hijo, se escapó al escenario. Él siempre está con la guitarra, la lleva a todos lados; así como otros chicos llevan un peluche. Vio todo el recital desde la consola de sonido y, para los últimos tres temas, el papá (Ricardo Mollo) lo llevó al costado del escenario y en un momento, cuando quiso darse cuenta, Merlín ya había entrado al escenario, que tenía como quince metros de boca. Yo no me di por aludida, estaba en la otra punta cantando. Él miraba los peluches que estaban en el piso, que me habían tirado desde el público, y seguía caminando. En un momento me doy cuenta de que la gente estaba gritando, miro y estaba al lado mío.

– ¿Te emocionó?
Obvio. Además es algo que si planéas hacerlo, no te sale. Un chico cruzando el escenario con diez mil personas gritándole, es imposible. Él tenía una paz absoluta; yo, no. Estaba súper emocionada y él muy tranquilo.

– ¿Qué te dijo después del recital?
Mamá, cantar”. Sucede que para él es algo normal. Yo tengo la sala de ensayo al lado de casa, entonces Merlín ya está acostumbrado a verme cantar. Y también lo había llevado a recitales del papá, cuando tocó en el Mandarine Park (en Costanera Norte). Pero en esa oportunidad estuvo conmigo, no se mandó.

– ¿Podemos decir que es lanzado como la mamá?
Más que nada, Merlín es observador. Y es súper charlatán. Ya conjuga verbos.

– ¿Cómo se hace para ser actriz, subir a un escenario a cantar, estar espléndida y ser mamá?
– Es muy difícil trabajar y ser mamá. Admiro a las madres solteras porque es mucha dedicación y requieren mucha atención y tiempo. Por suerte, Ricardo me ayuda mucho, es un papá súper presente. Lo teníamos todo muy programado. Lo que pasó fue que, a fin de año, se juntaron cosas que en realidad tenían fechas diferentes. También presenté una película y estuve con muchos compromisos. Pero fueron todas cosas lindas y Merlín también las disfrutó. Yo estoy mucho con él. En las grabaciones, venía a almorzar conmigo todos los días. Y se acuesta tarde, así que yo llegaba y era para él.

 

Amante de la pantalla grande
Con buena cintura para manejar su exposición –y de manera literal–, Natalia elige cuidadosamente los proyectos en los que se compromete. Por ejemplo, varias veces le ofrecieron dedicarse al público infantil pero –aunque asegura que le encantaría– reconoce que su carrera está en otro estadio, y que pretende seguir dedicándose a otro tipo de producciones; principalmente, al cine.

– ¿Cómo es tu presente a nivel laboral?
Esta mitad del año la estoy viviendo en familia, para programar distintas cosas pero no habrá televisión. Hay algunas películas pero para la segunda mitad del año y además regreso a Rusia con recitales. Estoy muy enganchada con preparar el papel de Juana Azurduy, una peli que haremos para mitad del año, un proyecto muy personal que va a filmar Benjamín Ávila, el director de Infancia clandestina.

– ¿Te dan ganas de volver al escenario nacional?
Cuando me subo al escenario a cantar sigo siendo una intérprete. A mí lo que me interesa es el vínculo con la gente. Entonces, el nexo, en el caso de Rusia, es la música. De hecho, canté algunas canciones en ruso. Pero acá, el nexo es otro.

– Bueno, te convocaron para hacer un tema y la publicidad para una línea de productos para el cabello…
Me convocaron para ser nuevamente imagen de Sedal, porque ya lo había sido hace un par de años. Y lo unimos con la música porque te marca el estado de ánimo, al igual que el pelo. Elegimos una canción de Gloria Trevi, la reversionamos y quedó bárbara.

– No te parecés a las artistas que se ubican en un lugar lejano a la gente…
No tiene sentido. Yo disfruto del hecho de saludar, sacarme fotos, estar en contacto. Uno puede ser mejor actor pero para mí es más importante ser mejor persona. Establecer un vínculo con la gente que no me conoce pero me quiere porque yo me meto en su cocina o comedor a través de la pantalla, a mí no me cuesta nada. Si das una sonrisa, te devuelven una sonrisa; si tirás mala onda, te devuelven mala onda.

En la intimidad
Casada con el líder de Divididos, Ricardo Mollo, y mamá de Merlín, de dos años, la actriz es muy celosa de sus afectos. No le interesa exponer a su hijo (aunque él se escape al escenario) y confiesa que son una familia muy casera.

– ¿Vas a aprovechar este impasse televisivo para tener otro hijo?
– Por ahora no. Uno no sabe lo que le depara la vida. Puedo programarme en lo laboral pero no en lo personal. Por ahora quiero hacer la película de Juana Azurduy, que ese sí es un proyecto muy personal y que vengo preparando desde hace un tiempo. No descarto volver a hacer tele pero recién dentro de un tiempo, eso seguro. A mí me gusta la tira, pero durante los próximos tres años me quiero dedicar al cine y a la familia.

– ¿Y Ricardo, qué dice?
– Él me dice que pare de trabajar, que ahora me toca a mí acompañarlo más a él.

– ¿Vas a volver a ocuparte más de tu marca de ropa Las Oreiro?
– ¡Es que yo soy actriz! Sucedió que en 2013 no pude ocuparme de los desfiles, que era lo que yo montaba. Este año voy a volver a involucrarme más en el diseño, también.

– Volvés al mundo fashion, entonces.
– ¡Nunca me fui! Si Aurora, mi personaje, era una peluquera re fashion.

– ¿Mollo te pide que lo aconsejes en el vestuario?
– No, la verdad que no. Como todas las parejas nos consultamos todo, pero no soy de meterme. Y él, como todos los hombres, siempre me dice que estoy linda. Yo tengo mucha ropa: teniendo una marca de ropa, mi vestidor es importante… Pero Ricardo siempre me dice que estoy bien.

– ¿Qué hacés cuando descansás?
– No hago nada. Me encanta la jardinería, tenemos una huerta y me ocupo un poco de eso. Estoy con los perros. Tengo guiones para leer y, durante la época laboral, no puedo ni tocarlos. Ahora tengo más tiempo. Y estoy acompañando a Merlín que está empezando a andar en bicicleta. Está mucho con los instrumentos y la naturaleza. Es que a los hijos les gustan las cosas que les gustan a los padres. Él está copiando mucho. Camina como Ricardo y se ríe como yo, tiene una carcajada muy parecida. También se me parece físicamente

– ¿Qué le cantás a Merlín?
– Inventamos canciones. Le encanta la Tortuga Manuelita. Y después hay una canción rusa inspirada en el muñeco Cheburashka, que es muy tradicional, y él tiene millones desde que era chiquito. Así que se sabe la canción y yo se la canto.

– ¿Seguís amamantando a Merlín?
– Sigo. Ahora tengo que empezar a ver cómo, poco a poco, empieza a dejar el pecho porque cumplió dos años. No es que le voy a decir: “Cumplís dos años, ya está”. Es todo el día “Mamá, tetita”, en cualquier lado, delante de cualquier persona. El otro día le dije “la tetita es de mamá”, y me miró con una cara… Después le dije que también era de él, pero que no podía tomar en cualquier lado. Es lo mejor que me pudo pasar. Es lo que yo quería hacer y el vínculo es hermoso, estoy re contenta. Cada mamá hace lo que puede. Creo que le va a costar más a mí que a él.

Los elegidos
Poetas favoritos: Pablo Neruda y Mario Benedetti.
Un actor: internacionales, Nicolas Cage y John Malkovich.
Una actriz: Michelle Pfeiffer.
Una característica personal:Soy muy sensible”.
Un vicio: el chocolate. “Elijo el que es 70% cacao”.
Plato favorito: Lasaña vegetariana. “Me gusta y es mi receta estrella”.
Una marca de ropa: Las Oreiro.
Un accesorio fetiche: los zapatos.

Natalia comprometida
Así como participó de una campaña de Unicef para incentivar a las mujeres a dar de mamar a sus bebés, la actriz también es defensora del medio ambiente. Durante su gira por Rusia, aprovechó para visitar a los militantes argentinos de Greepeace, por entonces detenidos en ese país, Hernán Pérez Orsi y Camila Speziale.

 

Texto: Geraldine Palmiero
Fotos: Santiago Turienzo / Revista Gente y archivo Mujer Country.