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13 de junio, 2014

Fragancias y galanes

Las mujeres adoran elegir el perfume para regalarle a un hombre, pero ahora son ellos quienes toman la delantera y señalan sus favoritos. Ya no temen entrar a la perfumería y probar varios hasta tomar una decisión.

 

Mucha agua corrió bajo los puentes. Desde las fragancias que hacían los perfumistas franceses para los reyes, como aquella colonia real que la familia Guerlain había creado para Napoleón III y su familia (antecedente del unisex), pasando por los aromas de cuero de Rusia o de tabaco, hasta la incorporación del jazmín en perfumes masculinos.
Hoy, esos perfumes pueden ser intensos y orientales, frescos y verdes, etéreos y acuáticos, u oler a la clásica lavanda. Porque ya no hay cánones fijos y cada varón puede elegir a gusto.
Pero esos galanes que pertenecen al cine o al deporte y que son el referente de una fragancia masculina, ¿cómo funcionan? ¿Son un elemento de identificación para el consumidor? ¿O más bien actúan como un señuelo para la compra femenina a la hora de regalar?

 

Algunos datos duros
Si hablamos de porcentajes, podemos decir que hay un equilibrio entre el consumo que realizan los hombres y las mujeres”, dicen Angélica Mustafa y Lorena Mateucchi, vendedoras integrales del equipo especializado de Perfumerías Pigmento. En ocasiones como el Día de la Madre se hacen más presentes los hombres, dado que compran perfumes para sus madres y esposas. “De todas formas, cabe destacar que si bien la mujer es el tipo de cliente que más ingresa en nuestras perfumerías, últimamente los hombres se están haciendo notar”, destacan las vendedoras, y agregan: “El hombre actual es más coqueto y se interesa por su higiene, rostro y cosmética”.
Si es el Día del Padre, es la mujer la que se acerca a la perfumería y, generalmente, compra un perfume para su padre o esposo y luego alguno para ella, una crema o un cosmético.
Según dicen los expertos, “los hombres son de comprar perfumes más grandes que las mujeres, ya que ellas, al llevarlos en la cartera, necesitan los de 30 ml y como estos frascos se terminan antes, ellas realizan compras más seguido”.

 

El deporte y el hombre
Si bien el deporte no es prerrogativa de los hombres, sí son los más entusiastas a la hora de festejar un gol, de llenar las plateas de la Fórmula Uno, de fanatizarse con la carrera de un ídolo y de disfrutar de un fresco aroma después de la ducha reglamentaria after partido.
La frescura es la línea de continuidad de estas fragancias, ya que el cuerpo parece pedirlo después de entrenar para bajar la temperatura. ¿Cómo se logra? En el mundo olfativo hay convenciones que se conjugan con lo que es masculino y lo que es fresco. Pero en la actualidad, por supuesto, hay licencias poéticas. El ciprés, el cuero, el tabaco han sido tradicionalmente las notas masculinas que, combinadas con el musgo, la lavanda o el vetiver, daban el toque varonil. Hoy la consigna es la libertad, pero vinculada a lo húmedo y casi helado.
Las notas de salida habituales son las cítricas, como la bergamota, el limón, la naranja y la mandarina, y otras, como la menta, la lavanda –que había sido dejada de lado por tradicional, pero recuperó protagonismo–, con toques chispeantes de jengibre y pimienta. Incluso los narices de Armani crearon una nota aldehídica –en laboratorio– que evoca el hielo crujiente sumada al ambrox, otro invento propio, que garantiza la perdurabilidad de la fragancia y el frescor por horas y horas.

 

Texto: Patricia Melgarejo