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14 de julio, 2014

Juguetes, para jugar y aprender

Sin pilas ni alardes de tecnología, estos juguetes suman diseño para generar experiencias y despertar los sentidos de los más chiquitos.

 

Sabemos que el mundo de los chicos es fantasía en estado puro. Una caja de cartón puede ser una nave espacial o la más cálida casita para la muñeca, y reemplazar al juguete más costoso. Por eso, los juguetes de diseño buscan justamente poner al niño en un lugar activo en el juego y darle nuevas experiencias, en las que sea protagonista y creador de su propio juguete.
Los diseñadores parten de ideas simples con productos muy atractivos estéticamente, el primer punto para llamar la atención de los chicos. De cartón o goma eva, por ejemplo, los juguetes son de los mismos materiales que los chicos utilizan en el jardín, por eso están familiarizados con ellos. Pero, además, estos “chiches” también tienen un mensaje importante: reciclar, reusar, transformar. En definitiva, son juguetes que les gustan también a los papás.

Bloques para el desarrollo motriz
Los productos de Volá son fabricados en foamy (goma eva), que por sus propiedades resulta ideal para niños: es antideslizante, liviano, de textura agradable, no es tóxico y no es cortante. Cada juguete sirve para hacer distintas actividades. Por ejemplo, el camino ondulado ayuda al desarrollo muscular, el equilibrio y la coordinación. Los tubos y cilindros sirven para trabajar el equilibrio, la reeducación muscular y para aumentar la conciencia espacial y de movimiento.
Después de analizar mucho y de entrevistar a terapistas ocupacionales y kinesiologos noté dos cosas: que los tratamientos con chicos siempre son desde el hecho de jugar, la acción de jugar; y que la mayoría de los productos de rehabilitación pediátrica no tiene un diseño enfocado en los niños”, describe Ana Siro quien, junto a su hermano Javier, diseñan productos que parecen juguetes y sirven para la rehabilitación motriz de chicos con necesidades especiales. Sin embargo, la experiencia les mostró otra cosa muy importante: “Nos dimos cuenta de que estos juguetes servían para todos los niños, con o sin necesidades especiales. Hoy en día el factor clave de Volá es ser un vínculo de inclusión”, se entusiasma Ana. La diseñadora pensó los objetos para permitir la actividad libre de los chicos, que contribuirá a su concentración, flexibilidad y autonomía.

 

Animales de cartón para armar, jugar y pintar
El juego corporal es fundamental para los chicos, sobre todo los más pequeños. Kärton Kärton diseña y produce juguetes de cartón plegables que, una vez armados, toman la forma de distintos animales de la fauna argentina y los niños se pueden meter dentro.
Transmite valores como la colaboración y el respeto, junto a una toma de conciencia por la necesidad del cuidado del ambiente en el que vivimos”, explican los diseñadores.
Este es un juego integrador que acerca a un niño con un adulto, responsable de aplicar su habilidad para encastrar las piezas y convertirlas en un animal.
Las piezas que lo conforman son de cartón liso, y “piden a gritos” la intervención artística: pintarlos, pegarles papelitos de colores y telas, lo que sea que deje una marca personal.
Una vez que están de pie, se transforman en lo que a los niños se les ocurra: animales móviles, mascotas para cuidar o carritos con forma de animales (llama, ñandú, tortuga y cangrejo), por ejemplo.

 

Juegos que estimulan la creatividad
Dos arquitectas, Graciela Brícola y Gisela Suaya, son las mentoras de Ludiedro, una empresa dedicada al diseño y producción de juguetes que ofrecen experiencias lúdicas a través de exploraciones de la forma. “La propuesta de los juegos es ser un disparador para la capacidad de crear, en donde lo importante es que jugando se recrea y se resignifica al objeto”, explican. Por eso, los juegos Ludiedro se presentan de un modo no acabado y necesitan de la interacción de los chicos para transformarse en lo que cada uno quiera. De paso, la idea es introducir nociones de geometría y de equilibrio, y jugar sin distinción de género.
También hay un después: “En algún momento el juego ya no corresponde a la edad de quien lo usa o se ha deteriorado. Ya cumplió un ciclo y debe ser reciclado”, explican las arquitectas. Pensando en esto es que eligieron para hacer los juegos materiales que efectivamente se reciclan en nuestro país y cuyos componentes tienen un alto porcentaje de insumos reciclados para sus juegos y sus envases.
Entre los productos de Ludiedro se destaca Totem,  un juego de encastre en tres dimensiones (a partir de 3 años). Las piezas ilustradas tienen interpretaciones abstractas inspiradas en los animales, las plantas y lo urbano. Con el juego se pueden armar y desarmar figuras escultóricas, uniendo las piezas mediante sus ranuras, y crear personajes en forma libre o a partir de consignas. Permite el juego individual o en equipo. Por su parte, Refugio es un kit con 23 piezas de cartón blanco reciclable para armar un volumen con caras pentagonales y múltiples perforaciones, de modo que los chicos se puedan meter en su “refugio” y espiar por las ventanas. La idea es que ellos mismos lo decoren con la ayuda de las planchas autoadhesivas con stickers ilustrados y un marcador indeleble negro, más todo lo que se les ocurra.

 

Texto: Arq. Paula Baldo
Fotos: gentileza empresas.
www.ludiedro.com
www.volaweb.com.ar
www.kartonkarton.com.ar