Los diseñadores norteamericanos Justin Nagelberg and Matthew Waldman reimaginaron el paraguas tradicional y lo reemplazaron por uno que no lleva varillas y se pliega cual figura de origami. La gran ventaja es que no se da vuelta por el viento. Es de un material flexible y se pueden intercambiar sus piezas para variar los colores: amarillo, magenta, turquesa, blanco, negro y gris.
El paraguas Sa, tal su nombre, consiste en dos hojas circulares de un plástico sumamente fino y liviano, una exterior y una interior de menor tamaño, unidas por un sistema de imanes. Se pliega de modo que estas hojas se extienden y se contraen según se abra o se cierre el paraguas. Tien seis cantos reforzados, para mantener la rigidez de la estructura. Tiene otras dos grandes ventajas: carece de terminaciones puntiagudas y si se da vuelta con el viento, enseguida se lo puede volver a su forma original, sin que afecte la forma.