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18 de febrero, 2015

Juana Viale, la gran heredera

Es la única de la familia Legrand-Tinayre que sigue la profesión de su abuela. Rebelde, muy rebelde, la actriz se destaca por la llamativa combinación de belleza y carisma.

 

Juana Viale Tinayre nació el 8 de abril de 1982, bajo el signo de Aries, lo cual explica en buena parte su reconocida nobleza y su característica impulsividad. La más rebelde del clan es nieta de Mirtha Legrand e hija de Marcela Tinayre y su personalidad es contrapuesta a la de su hermano mayor, el mucho más tranquilo y sociable Nacho Viale. Madre de Ámbar de Benedictis (con Juan de Benedictis, hijo del cantante Piero), tras esa fugaz relación, tuvo varias parejas, entre ellas con Iván de Pineda, hasta que se cruzó con el actor chileno Gonzalo Valenzuela y tras mucho andar, ancló en ese puerto. La relación fue y vino varias veces –hoy están separados– y tuvieron tres hijos: Silvestre, el benjamín Alí y Ringo, a quien perdieron en el 8º mes de embarazo, seguramente el peor momento de la pareja.
Los escándalos no le son ajenos a Juanita. En pleno embarazo del segundo hijo con Valenzuela y en medio de rumores de crisis en la pareja, los paparazzi la sorprendieron en su auto, en pleno barrio de Palermo y a la luz del día, a los besos con el economista y político Martín Lousteau. Como le sucedió en otros momentos de su vida, Juanita quedaba en evidencia, a la vista de todos, ¡justo ella que tan mal se lleva con la exposición! Es probable que, en el fondo, subestime la repercusión que tienen los hechos de un nieto de la gran dama de los almuerzos televisivos. Hasta entonces, la situación más escandalosa que había atravesada había sido una discusión en la calle con paparazzi, como siempre, cuando intentaba salir de la casa de su madre y el marido de esta, Marcos Gastaldi, por entonces con serios problemas legales, que incluso lo llevaron a la cárcel. Quizás por eso, cada vez que puede, como en la actualidad, se instala en Chile, donde comparte la crianza de los hijos con Valenzuela, con quien mantienen una buena relación. Juana encuentra allí la paz a la que difícilmente acceda en su país natal. Es una preferida de los paparazzi y no se resigna a vivir escondiéndose de ellos. Por eso, sabe que en la capital chilena puede vivir tranquila, sin guardias periodísticas al acecho.
Mujer de esta época, forma parte de una familia extendida, dado que sus padres formaron nuevas parejas y le han dado otros hermanos: Manuela Viale por parte de su padre y Rocco Gastaldi, por parte de su madre, cuya pareja le aportó una hermanastra que también supo de la fama: Valeria Gastaldi, la ex Bandana, de excelente relación con Juana.

Paso a paso, en la actuación
Si bien el público la ama o la odia, sin medias tintas, los productores argentinos coinciden en adorarla. Ha participado de numerosos programas de tele y arrancó en 2003 en una tira producida por Ideas del Sur, Costumbres argentinas, donde hizo su primera villana, un papel que le calza perfecto. En 2005 participó de la jugada novela Doble vida, que emitía América, donde conoció a Gonzalo Valenzuela y protagonizó dos capítulos de la serie Mujeres asesinas. Pero el gran espaldarazo llegó en 2010 con el protagónico de Malparida, en El Trece, con Gonzalo Heredia y Raúl Taibo, una telenovela absolutamente original, porque su protagonista era una villana y asesina.
También tuvo un paso importante por el cine, por ejemplo, en Las viudas de los jueves, y en la película próxima a estrenarse, Tuya, ambos filmes basados en libros de Claudia Piñeiro.
También hizo de villana en Solamente vos, junto a Adrián Suar y Natalia Oreiro, y Mis amigos de siempre, ambas telenovelas de El Trece. Es verdad que su belleza distinguida le da el physique du role exacto, pero su famosa abuela, la legendaria Mirtha Legrand, siempre hizo hincapié en lo graciosa que es su nieta. Lo cierto es que la Chiqui no se equivocaba: en estos días Juana brilla en la tele en el aviso de una compañía de telefonía celular, donde asesora a una homónima de su abuela, Mirtha Paula Legrand. Un auténtico hallazgo, es un mínimo paso de comedia que hizo con un timing perfecto y que demuestra que, cuando hay talento, no hay papel chico.

 

Texto: Florencia Romeo.