1. Adiós al aburrimiento. La monotonía es una de las principales causas que nos llevan a abandonar un deporte… algo de lo que al poco tiempo nos arrepentimos. Entonces, a no dudar e introducir variedad en las actividades para no perder el interés. Hacer un deporte con la intención de aflojarse y preferentemente con otras personas, es buena motivación.
2. Nos movemos como sea. Si el tiempo no alcanza para practicar un deporte o ir al gimnasio, hay que incrementar la actividad física como se pueda. Recursos fáciles: tomar el colectivo en la parada siguiente y bajarse una antes; evitar el ascensor y subir la escalera; salimos a dar 3 vueltas manzanas y así habremos completado ¡1, 2 kilómetros!
3. Menos sal, más salud. Si transpiramos mucho, no aumentemos el consumo de sal. La alimentación ya aporta lo suficiente y el organismo se adapta para compensar las pérdidas: equilibra los niveles de cloruro de sodio reduciendo la concentración de sal en el sudor y la orina.
4. Perfumes invitantes. Hay perfumes que estimulan maravillosamente el organismo. Por ejemplo, el mentol y el eucaliptus son energizantes: inspirarlos estimula el nervio trigémino a nivel de la nariz y del paladar, lo que a la vez favorece el tono general. Será cuestión de hacerlo antes de iniciar un deporte.
5. Deportes que requieren concentración. Como el tenis y el golf. Antes de practicarlos, se sugiere inhalar aceites esenciales de romero, albahaca, menta, jengibre, o enebro. Estos olores sumergen en un estado en que las famosas ondas alfa estimulan la concentración y mejoran el rendimiento.
6. ¡Nos desperezaaamos! Antes y después de la actividad deportiva, elongar durante 5 minutos para calentar los músculos y prevenir durezas y calambres. Mantenga cada estiramiento durante 10 a 30 segundos. La clave está en no esforzarse demasiado y si surge algún dolor, interrumpir la actividad.
7. Alimentarse bien. El organismo y los músculos funcionan bien si se los alimenta. Consumir productos nutritivos y equilibrados que contengan 60% de hidratos de carbono, 20 % de proteínas y 20 % de lípidos. Comer, sobre todo, frutas frescas y vegetales crudos.
8. Un buen masaje. Después de la ejercitación, masajear los músculos con esencias aromáticas. Mezclar15 ml de aceite de almendras dulces con 2 gotas de cada uno de los siguientes aceites esenciales: eucaliptus, menta, pimienta y jengibre. Ayudar a penetrar estos aceites, amasando suavemente con los dedos, en los músculos fatigados.
9. El hielo es un buen desinflamante. Si el esfuerzo físico intenso produce inflamación, envolver en una bolsita algunos cubitos de hielo o bien usar un sobre de gel helado y colocarlo sobre la zona dolorida durante no menos de 20 minutos. Agregar hielo cuando sea necesario y repetir cada 3 o 4 horas.
10. Zapatillas ultracómodas. La práctica de un deporte requiere buen calzado. Las plantillas anti choque que minimizan los impactos sobre el piso son necesarias para deportes como el running. Su falta puede poner en riesgo sus rodillas o los tendones de Aquiles, además de la columna vertebral.
Texto: Silvia Ostrovsky.