Mientras los pequeños están de vacaciones tienen más tiempo para disfrutar de sus compañeros de cuatro patas. Y son los perros los que más gozan de la presencia de sus amos, que siempre implica más mimos, más paseos, juegos y, a veces, hasta viajes en familia.
Las mascotas se acostumbran a este ritmo de vida más divertido y cuando llega la vuelta a clases, el cambio de rutina suele ser muy repentino y puede generar en algunos depresión postvacacional, sobre todo en el caso de nuestros queridos perros.
Cuando esto sucede, lo que más llama la atención a los dueños es el cambio de conducta de la mascota: se lo ve triste, caído, con pérdida de apetito. Algunos cuando están solos hacen destrozos que jamás habían hecho, ladran constantemente, utilizan como baño cualquier parte de la casa. Esto no significa que lo hagan a propósito sino que forma parte de un proceso duro para ellos: ¡extrañan!
La mejor forma de ayudarlos es logrando que los cambios no sean tan repentinos, intentando volver poco a poco a las actividades para que ellos se acostumbren paulatinamente. Por eso, lo ideal es retomar lentamente la frecuencia normal de paseos, ir acortando el tiempo de cada uno, retomar los horarios de comida habituales y comenzar a dejarlos solos durante lapsos breves. Además, para que se sientan mejor durante las horas de soledad, se sugiere:
• Dejarles juguetes nuevos que les llamen la atención.
• Dejar premios escondidos en diferentes lugares para que ocupen su tiempo en la búsqueda, por ejemplo palitos, bombones o ricas croquetas de comida.
La depresión postvacaciones no debería durar más que unos días. En caso de que perdure, conviene consultar con el médico veterinario. Con el cumplimiento de estos consejos, la vuelta al cole ya no será un problema y se los estará ayudando a pasar por este período de una manera más llevadera y quizás más corta.
Asesoró: Departamento Técnico de Vitalcan / http://www.vitalcan.com
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