Tuvo la habilidad de saber conectarse y descubrió que tenía carisma para la televisión. Por eso, su cara se hizo familiar al público del recordado canal Utilísima de FoxLife, que muchos todavía añoran. “La televisión tiene un poder maravilloso –dice Gaby– y me di cuenta de que me resultó muy divertido estar en el canal, habíamos hecho un buen equipo y trabajar allí era como un juego, una manera de pasarlo bien”.
Es que Gabriela Boccardo es de una personalidad alegre, entusiasta, que fluye fácilmente y transmite mucha energía.
–¿Siempre te gustaron las manualidades?
–La facilidad para las manualidades la heredé de mi abuelo materno y de mi abuela paterna. De chica siempre estaba haciendo regalos con mis propias manos, que eran recibidos por toda mi familia que simulaba cuánto le agradaban mis creaciones, para que no me sintiera mal. Toda mi niñez y mi adolescencia estuve en contacto con el dibujo y materiales para hacer manualidades, tanto que mis padres pensaron que iba a estudiar Arquitectura. Pero decidí estudiar Ciencias Políticas y me comprometí con esa decisión. Después trabajé en diferentes empresas, y en una de ellas, una multinacional, archivé mi título de licenciada en Ciencias Políticas para sumergirme a tiempo completo en el fascinante mundo del trabajo manual. Comencé realizando accesorios para diversas marcas de indumentaria, hasta que el fieltro apareció como casualmente en mi vida y me encantó, me dediqué básicamente a esta nueva pasión.
–Y el fieltro se convirtió en tu actividad principal…
–Fue durante un viaje a Europa que tuve mi primer contacto con una instalación realizada en la técnica de fieltro que se llama nuno en el Museo de Arte Moderno de Düsseldorf. Quedé deslumbrada con este producto textil hecho con lana de oveja y fui a conocer a su creador, que me tomó como alumna, y me enseñó sus secretos. Después regresé a Buenos Aires y transformé mi taller de accesorios de Palermo Viejo en un espacio de creación de accesorios, deco, textiles y hasta pequeños muebles. Ya en esa etapa decidí trabajar por mi cuenta. Mi hijo era pequeñito y la posibilidad de trabajar en mi taller fue muy tentadora.
–¿Cómo viviste esta etapa?
–Muy bien, porque me proporcionó gran libertad. Comencé a recibir pedidos de otros diseñadores y marcas de indumentaria, entre los que se encuentran Milana Hilados, Milana Sweaters, Marcelo Senra, Julio Oropel, Agustina Saquier, Enriquiana y Holi. Y un día mis accesorios y complementos de moda trascendieron las fronteras y comenzaron a venderse en el norte de España. Y en 2005 el canal Utilísima, que luego fue Fox Life, me convocó como columnista primero y luego para hacer el programa Bricolage. También comencé a dictar cursos en mi taller, que ahora publicito en mi Facebook.
–Te convertiste en toda una emprendedora. ¿Qué fue lo que más te costó en esto de tener tu propio emprendimiento?
–Sin duda, aprender a ponerle precio a mis cosas. La tendencia siempre es a hacer algo y no comprender que eso tiene un valor concreto en horas de trabajo. Y en el fieltro estas horas y este esfuerzo manual es mucho. Aprendí que si uno quiere vivir de esto tiene que ponerle un precio a su hora de trabajo y mantenerse firme en ello.
–¿Cuáles recordás como momentos especiales en tu carrera de artesana?
–En 2010 fui convocada para participar de un proyecto social que me enorgullece: el Centro de Día QUENUIR, de Esquel. Allí di clases de fieltro para pacientes psiquiátricos y sus acompañantes terapéuticos. Ellos producen ahora sus objetos en fieltro y los asistentes al Centro venden sus creaciones en la Feria de la Sociedad Rural de Esquel y otras ferias locales y regionales, y el dinero recaudado es destinado para sostener el funcionamiento de la institución. También recuerdo especialmente que participé durante cuatro años, del 2009 al 2012, en la feria Puro Diseño, que es una gran oportunidad para emprendedores y artesanos. En el primer año, el stand que preparamos junto al Estudio Zatloukal ganó el Primer Premio por su diseño. En 2011 fuimos convocados para intervenir el Museo Sustentable de la Feria Puro Diseño, donde realizamos el techo íntegramente con telas de fieltro realizadas con la técnica nuno. Y otro hito importante fue cuando en 2012, a pedido de importantes diseñadores de interiores como Julio Oropel, Juan Azcue y Eduardo Aldacour, produje textiles en fieltro industrial para sus prototipos de sillas y sillones. Y ese mismo año diseñé y fabriqué la primera colección de objetos de decoración en fieltro para ser exhibida y comercializada en la feria mayorista Presentes. A partir de allí, amplié mi clientela con unas cuantas casas de decoración. Además, por dos años consecutivos he realizado instalaciones en Presentes para la zona de exhibición de productos de diseño. Este último año, con telas pintadas con marcadores Edding, que me han nombrado como la cara de la marca y con lo cual he abierto otra faceta de manualidades que son objetos pintados con marcadores.
–El fieltro es tu fuerte, ¿pero cuántas variedades de manualidades realizás en tu taller?
–Además del fieltro, que lo realizo con lana merino de la Patagonia, que es la mejor lana del mundo para estas creaciones, también hago reciclado de muebles de todo tipo, tejido a crochet, pintura de telas, en fin… un poco todo lo que se me ocurre.
–¿Cuáles son tus proyectos ahora?
–Con Edding estoy experimentando en muchos aspectos: decoración de tela y también vajilla pintada, porque tienen productos nuevos que permiten este tipo de acciones. Y también he estado experimentando con tejido a dos agujas con vellón, el mismo que se utiliza para el fieltro, ya que para esta última técnica, el vellón se parte, pero en el caso de tejido a dos agujas, si uno no tira fuerte de la hebra de vellón, esta no se parte y se puede tejer. El resultado son unas mantas divinas bien gruesas. Solo que para tejer el vellón es necesario agujas de madera que aquí no se consiguen y que se las hice fabricar a mi hermano. Ahora tengo agujas y vellón y estoy dando cursos de este tipo de tejido.
–Evidentemente, ponés en marcha todo lo que se te pasa por la cabeza…
–Sí, todo lo que es realizable. Ser emprendedor implica mucho trabajo, estar muy activo y no dejar pasar las novedades, hay que ser innovador, inquieto y poner en marcha los proyectos, porque si quedan solo en la imaginación, no son proyectos, son solo sueños.
MANOS A LA OBRA
Le pedimos a Gaby que nos enseñe a hacer algo fácil que podamos regalar, siempre con ese valor agregado que tiene el hecho con nuestras propias manos. Y como la novedad son los marcadores, nos enseñó a estampar telas(*) con marcadores Edding, especiales para tela, para que podamos hacerle un almohadón, un mantel, un pañuelo o lo que queramos, con el diseño que elijamos.
Materiales:
– Tela de medida y tipo a gusto (que no tenga mucho nylon en su composición).
– Marcadores Edding para tela.
– Dibujo elegido que puede tomarse calcarse del lugar deseado.
Paso a paso:
1. Colocar debajo de la tela el dibujo deseado y con lápiz negro, calcar las formas.
2. Delinear el dibujo con marcadores para tela Edding y planchar.
3. ¡Listo!
(*) Estas telas, así estampadas, se pueden lavar en lavarropas y luego planchar, como cualquier prenda.
Texto: Silvia Fittipaldi.
Fotos: Carlos Alfano.