A diferencia de otras intervenciones en el cuerpo, los tatuajes son para siempre. Cualquier piercing, empezando por el más simple, el que se les hace a las bebas para ponerles sus primeros aros, pueden cerrarse con el tiempo. No así los tatuajes, que son definitivos. Y quien se los haya hecho hace 10 o 20 años lo pudo comprobar sin dificultad. Hasta que el láser le encontró la vuelta. Si antes dejaban una marca, más exactamente como si la piel hubiera tenido una mancha, ahora ya no quedan ni rastros.
Todo lo que hay que saber, a continuación.
LO QUE HAY QUE SABER ANTES
* Antes de ir a la aplicación del láser, el paciente se coloca una crema anestésica en la zona del tatuaje y un papel film por encima. Además, para minimizar la molestia que podría ocasionar el procedimiento, se usa un enfriador de piel, con lo cual resulta tolerable.
* Luego de aplicado el láser, se coloca crema con hidrocortisona o Platsul durante los primeros cuatro días. Además, se recomienda evitar exponerse demasiado al sol.
* Se pueden sacar todo tipo de tatuajes, incluso recientes, pero siempre con la piel sana.
* Por supuesto, la cantidad de sesiones depende de cada casa. Pero en promedio lleva, como mínimo, 8 sesiones. En gran medida depende de la tinta que usó el tatuador y la profundidad a la cual la colocó. Por supuesto, también incide en la duración del tratamiento las dimensiones del tatuaje.
EL PROCEDIMIENTO
Se utiliza un láser llamado Helios II, cuya longitud de onda ajustable permite que el médico elija la coloración del pigmento a tratar.
El láser actúa únicamente sobre ese cromóforo, y su energía divide esos depósitos de tinta o de pigmento (manchas solares, melasmas, pecas, tatuaje) en miles de fragmentos que luego serán reabsorbidos por macrófagos del organismo (células limpiadoras) o migrarán a la superficie de la piel para ser eliminadas. El resultado es que no hay edemas ni cicatrices, y por lo tanto no se requiere período de recuperación. La persona puede reintegrarse inmediatamente a todas sus actividades después del tratamiento.
El color del diseño que se desea borrar incide en el tipo de frecuencia láser que se usa en el tratamiento y solo los tatuajes blancos y color carne no deben ser tratados, porque esos colores con el láser se oscurecen de forma permanente. El sistema consigue impactar directa y exclusivamente sobre el tejido oscuro sin afectar el tejido cutáneo.
Texto: Florencia Romeo.
Asesoró: Dr. Ricardo Hoogstra, especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora / http://www.drhoogstra.com.ar/es/