Este sitio funciona únicamente en las ultimas versiones de los navegadores.
Por favor, actualizá tu navegador.

Suscribite a nuestros newsletter - enterate de todas nuestras noticias

Quiero suscribirme a...




Search
21 de febrero, 2016

Carla Peterson: “Desconfío del exceso de romanticismo”

La actriz estrena Una noche de amor, una comedia romántica que coprotagoniza con Sebastián Wainraich. A punto de mudarse a Washington junto a su marido y flamante embajador Martín Lousteau, y el pequeño hijo de ambos, Gaspar, habla de su carrera, la maternidad y el amor.

 

Con una carrera de casi dos décadas en la televsión y exitazos como el recordado Son amores, y los más recientes LaLola, Los exitosos Pells y Guapas, hace rato que Carla Peterson también se pasea por la pantalla grande. Y ahora, a los 41, disfrutando de la maternidad de su hijo de tres años y de su matrimonio con el político Martín Lousteau, nombrado embajador argentino en los Estados Unidos, disfruta de todo lo que le está pasando: “Es un momento hermoso, de mucha felicidad”, dice la actriz que está de estreno junto a Sebastián Wainraich con Una noche de amor y en pocos días estará viviendo en Washington. Aunque, asegura, volverá cada tanto a visitar a sus padres y amigos, y a trabajar. “Acá hay mucho por hacer para un actor. No hay mejor lugar para estar, pero ahora me toca irme y lo hago con alegría”, cuenta.

-¿Repetirías alguna noche de amor de tu vida?
-No, la verdad que no. Porque eso ya le quitaría el romanticismo y la sorpresa. Repetiría una noche estrellada, al aire libre, con música.

-¿Sos muy romántica?
-Sí, soy romántica pero no exagerada. Un poco de romanticismo me gusta, por supuesto. Pero no esa cosa pegajosa y cursi constante. Incluso, te diría que desconfío cuando hay un exceso de romanticismo.

-¿Qué te atrajo de la propuesta de Una noche de amor?
-Me pareció un gran desafío porque somos sólo dos personajes todo el tiempo. Es una película de mucho diálogo, muy actuada. Me encantó el guión y además a mí me encantan las comedias románticas y la verdad es que acá no hay muchas posibilidades de hacerlas. Porque es un género que está muy identificado con el cine norteamericano. Y menos una comedia romántica para alguien de mi edad, porque yo ya no estoy para la primera cita. Apenas la leí vi una historia súper reconocible para nosotros, acá, a esta edad.

-Se estrena la película y ya te vas… ¿Es como una despedida?
-Me voy pero no me “mudo”. Me voy con unas valijas, varias, pero no es que me llevo mi casa allá. Y si bien nos vamos a instalar, mi idea es de tanto en tanto venir a trabajar acá. Sin volverme loca y con trabajos bien elegidos, pero no es que no voy a volver. De hecho, en abril vuelvo para hacer otra peli.

-Si tuvieras que hacer un balance ahora, cuando estás a punto de hacer un pequeño parate, ¿sentís que ya dejaste una huella?
-Siento que recorrí un camino, pero que lo sigo recorriendo.Y que dejé en Youtube muchas escenas divertidas y otras que deberíamos ir borraaaando (se ríe). Pero no creo que haya sido una actriz que deja huella. Para dejar huella hay que hacer muchísimo más de lo que hice yo. Quizá uno esta en la memoria de alguien por algo en particular, pero no más que eso. Yo trato de ser generosa como actriz y dar. Pero trato, no sé si lo logré hasta ahora.

-¿Cómo funciona la pareja Carla-Martín?
-Estamos felices de habernos conocido y de acompañarnos, porque tenemos trabajos muy diferentes: él me acompaña a mí en mi trabajo, como cuando hice esta película y filmaba de noche, y yo a él en el suyo, como durante la campaña electoral o ahora que nos mudamos a Estados Unidos. Se necesita paciencia, amor, comprensión, preguntar, saber escuchar. Porque uno no conoce el trabajo del otro y es importante. Creo que lo crucial es la diversión y nosotros nos divertimos mucho juntos.

-¿Y cómo padres?
-Es un gran momento, porque Gaspar tiene tres años y uno ya empieza a tener un intercambio, una conversación. Es un momento muy lindo como padres y es perfecto para estar juntos viviendo ese crecimiento día a día: empieza a hablar, a decir palabras difíciles, a hacer muchas preguntas. Esta cosa de que en un momento fugaz tiran algo y si te lo perdiste, te lo perdiste. Así que estoy contenta con este plan de vivir allá y disfrutar esta etapa, de aprovechar el tiempo que vamos a tener. Porque el tiempo se pasa muy rápido y los chicos crecen muy rápido.

-¿Cómo va a ser la Carla esposa del embajador?
-Como Carla. Hay embajadores a los que la mujer los ayuda mucho en su trabajo, porque saben o hacen eso. Pero yo no. Y Martín lo sabe y todos lo saben. Yo lo acompaño, cuido a mi hijo y participaré de lo que sea interesante para mí. Estaré atenta y voy a tratar de aprovechar el tiempo allá y hacer cosas nuevas.

Una noche de amor
Leonel y Paola están casados hace 12 años y tienen dos hijos. Él es guionista, ella es psicóloga y les va bien en sus trabajos. Es una pareja que funciona: aman a sus hijos, sus hijos los aman, comparten gustos y formas de ver la vida. Pero, ¿el amor? ¿La diversión? ¿La pasión? Esta noche deciden salir solos y los chicos se quedan a dormir en la casa de la madre de Leo. Van a comer a un restorán. Y de pronto, el vacío, la conversación incómoda, la no conversación (aún más incómoda), el aburrimiento, la charla sin sentido, la diversión que también aparece, los chistes, los celos, los recuerdos y las ideas sobre el futuro. No están solos esa noche: un «trapito» en la calle los hace discutir, una moza los impacienta, el sereno de un garaje los enfrenta, una vecina del edificio donde viven enamora a Leo y otra pareja se les sienta a la mesa y les muestra que se puede llevar el matrimonio de otra manera. Habrá que ver si Leo y Paola quieren llevar el matrimonio de otra manera, si lo quieren llevar como hasta ahora o prefieren terminarlo y seguir cada uno con su vida.
Estreno: 25 de febrero.
Dirección: Hernán Guerschuny.

Texto: Paula Bistagnino