Son muchas las historias, en especial en el mundo del espectáculo, donde el azar o la casualidad cumplen un rol decisivo. Y nos preguntamos, entonces, si es (fue) azar o destino. Lo cierto es que Guido Kaczka era muy chiquito, tenía apenas 5 años, cuando empezó a frecuentar estudios de grabación, porque sus hermanos Analía y Emiliano trabajaban en la tira infantil Pelito. Se entusiasmó él también y tanto insistió que, finalmente, lo tomaron para una telecomedia en el hoy Canal 7, por entonces ATC.
Pronto ya estaba haciendo teatro, pero lo suyo siempre fue la televisión. Como sus hermanos, pasó por Pelito, pero se hizo conocido en Clave de Sol, donde trabajó siendo un preadolescente. Finalmente le llegaron dos oportunidades donde hizo la diferencia que lo llevó a jugar en las grandes ligas: una participación en Chiquititas, la nave insignia de Cris Morena, y Verano del 98, donde compartía elenco con Florencia Bertotti, quien luego sería su primera mujer y la madre de Romeo, su hijo mayor.
Fue creciendo y aunque seguía haciendo algunas tiras infanto-juveniles, como Rincón de Luz, junto a Soledad Pastorutti, ya su papel era el del protagonista adulto.
CAMBIO DE PERFIL
A pesar de su baby face, un día advertimos que Guido ya era grande e iba modelando, en silencio y humildemente, una carrera que ahora se puede apreciar que era realmente ascendente.
Además de conducir, empezó a producir y así fue que se despidió, al menos por ahora, de la carrera de actor. El primer batacazo fue el programa El último pasajero, en el que dos equipos de alumnos de escuela secundaria jugaban por un viaje a Bariloche. Fue un gran éxito y hasta obtuvo nominaciones a premios. Este éxito lo animó a armar una productora y así hacer Niní, tira juvenil protagonizada por Florencia Bertotti, con quien ya estaba casado. Pero eso programa marcó un antes y después en su vida, en general por motivos negativos: tuvieron problemas legales, porque Cris Morena los demandó alegando que Niní tenía similitudes con Floricienta, programa de Morena que había tenido a Bertotti como protagonista. Además, la pareja se separó y ella formó pareja con el galán de Niní, Federico Amador. Hoy ambos están en pareja, ella con Amador y él con Soledad Rodríguez, con quien tiene a su hijo menor, Benjamín.
Lo cierto es que lo que se había insinuado en El último pasajero resultó el puntapié inicial de una serie de éxitos que se encadenaron, hasta el día de hoy. Hace varios años en El Trece, A todo o nada lo llevó a todos los hogares, porque era un programa de juegos para toda la familia, a última hora de la tarde, un horario donde la tele suele estar prendida. Así comenzaba su etapa de conductor de programas propios, producidos por él. Inesperadamente, recuperó los programas de preguntas y respuestas con Los 8 escalones, donde además Gerardo Sofovich tuvo un lugar privilegiado hasta su muerte, y hoy sigue siendo uno de los grandes éxitos del canal, como lo demuestran las planillas de rating. En la actualidad, también conduce La mejor elección y los especiales de Perros de Dar la nota, el de “Pasame la repe…”. Además, desde hace algunos años conduce el especial Un sol para los chicos, programa solidario de El Trece con Unicef, y varias ediciones de los premios Martín Fierro. De hecho, en la última edición, además de conducir, subió a recibir un premio por Los 8 escalones.
Por si quedaban dudas de lo audaz y atrevido que es Guido, hace dos años aceptó un desafío… y por supuesto, le salió bien: desde 2014 hace radio y conduce la primera mañana de FM 100, de 6 a 9, con No está todo dicho, junto a la actriz Claudia Fontán y la periodista Luciana Geuna. Fue algo novedoso para él y, sin embargo, se animó a hacerlo.
Guido, un auténtico todoterreno que silenciosamente se hizo un lugar en El Trece, como productor, conductor… y hacedor de éxitos con programas de entretenimiento para toda la familia. ¿Quién lo hubiera pensado de aquel rubio con cara de bebé que empezó a hacerse un nombre en Clave de Sol?
Texto: Florencia Romeo.