Sin prisa y sin pausa, Luz Cipriota sigue dando pasos importantes en su carrera. Asegura que siempre es bienvenido el aplauso del público y que nunca hay que creérsela porque “un día no podés entrar a un shopping y al poco tiempo nadie te reconoce”.
Sin embargo, Luz no se puede quejar: siempre logró destacarse en sus elecciones. A los 14 años -ya grande para la disciplina, aclara ella- decidió empezar gimnasia rítmica en el Club Ciudad de Buenos Aires. A los 17, se había convertido en la subcampeona nacional. Faltaba poco para que Pancho Dotto la descubriera en la apertura de un desfile de modas –donde ella demostraba su destreza física- y para que pudiera cumplir su sueño de trabajar como actriz.
Entre algunos de los trabajos que figuran en su currículum están la novela Herencia de amor, que protagonizó junto a Sebastián Estevanez, y la ficción italiana Terra Ribelle 2. Además, fue dirigida por el mexicano Gael García Bernal en Déficit, participó de varias obras teatrales entre las que se cuenta Más de 100 Mentiras –el musical dedicado a Joaquín Sabina que fue nominado a siete premios Hugo- y acompañó a José María Listorti y Pedro Alfonso en Socios por Accidente 2.
Chica versátil si las hay, ahora se prepara para dos estrenos: está terminando de grabar la primera temporada de Soy Luna, la nueva novela de Disney que llega a la pantalla chica para reemplazar a Violetta, y en pocos días estará en Italia para la premier de Onda su Onda, la película que encabeza junto al hijo de Vittorio Gassman, Alessandro, bajo la dirección de Rocco Papaleo, quien también tiene un papel protagónico.
-¿Ya sabías hablar italiano?
-No pero aprendí en un mes y medio, con una profesora y con un actor, para no tener un acento acartonado, para trabajar bien los textos y volverlos cotidianos. Yo ya había trabajado en Italia pero, en esa oportunidad, hablaba en castellano y después hacían el doblaje. Ahora buscaban una chica latina que hablara italiano. Fui al casting que estaban haciendo en Buenos Aires, me encantó el proyecto y dije que quería conocer al director, Rocco, con quien enseguida pegamos onda. El también es músico y cuando se enteró que cantaba me dijo “tu personaje tiene que cantar”. Así que termine hablando italiano e interpretando un tema que Dante Spinetta compuso especialmente para la película (N.de la R.: el músico es la ex pareja de Luz. Se separaron en octubre del año pasado).
-Una experiencia enriquecedora…
-Sí. El rodaje fue íntegramente en Uruguay pero parecía que estaba en Italia. Las únicas que hablábamos español éramos Silvia Pérez -que interpreta a mi jefa- y yo. Es una comedia muy linda que toca cuestiones profundas y que tiene una estética y una poesía muy interesante. Además, fue una producción a lo grande. Como decimos nosotros “a todo trapo”. En Argentina, en general se trabaja con otro presupuesto.
-¿Y qué preferís?
-No puedo elegir porque cada cosa tiene su encanto. Está buenísimo hacer algo como Naturaleza Muerta, la película de terror dirigida por Gabriel Grieco, hecha cien por ciento a pulmón, que se terminó estrenando en el Festival de Cannes, que se llegó a ver en todo el mundo, desde Israel hasta Estados Unidos, la fui a presentar a Brasil…
-Recibiste muy buena críticas por tu actuación en ese film. ¿Cómo te afectan las opiniones de la prensa?
-Para mí fue un desafío, pasar a un registro completamente diferente y no sabía cómo iba a salir y quedé muy contenta con el resultado. Por supuesto que si a los demás les gusta, tres veces mejor. Cuando en Francia me nombraban como revelación, como scream queen, no puedo decir que no me gustaba. Gracias a la experiencia sé que no te podés enganchar mucho. Yo empecé a los 19 años y elegí esto por vocación, así que ya tengo el 95 por ciento ganado. Cuando miro en el chat que tengo con mis amigas y cuentan que están trabajando en la guardia de un hospital y otra en una oficina, realmente agradezco lo que hago y lo disfruto todos los días. Si al otro le gusta genial y si no lo hace, un poco me da bronca. Es fácil criticar desde una butaca. Ningún crítico sabe todo el recorrido que hiciste para llegar ahí. Ahora con el público es diferente. Es importante que haya un ida y vuelta, que estén ahí; así se cierra el círculo.
DEL SET DE FILMACIÓN A LA PISTA DE PATINAJE
No bien terminó el rodaje en Uruguay, Luz regresó a Buenos Aires para comenzar a grabar la ficción Soy Luna, en la que interpreta a la dueña y entrenadora de una pista de patinaje sobre hielo. “Falta un mes para que arranque la serie y ya tenemos un fan club en Polonia. Las redes sociales son increíbles. Tienen una dimensión que uno a veces pierde”, explica la actriz que, por supuesto, hace de las suyas sobre los patines.
-Tomaste clases de italiano para el cine ¿y de patinaje para Soy Luna?
-Sin saber de este proyecto, yo había empezado como un hobbie, en una pista que hay frente a mi casa. Al tiempo, me entero que buscaban actrices que tuvieran conocimientos de patinaje. No lo podía creer. Tuve que prepararme, por supuesto, pero yo ya estaba enganchada con el patinaje y, por suerte, mantengo la elongación y la coordinación.
-¿Qué más quedó de la gimnasta además de esas cualidades físicas?
-La disciplina. Los sábados doy clases de comedia musical a niños, pura y exclusivamente por amor al arte, y cuando las mamás me preguntan qué actividad física les recomiendo para sus hijos, les digo que hagan un deporte de alto rendimiento. Yo entrenaba de lunes a sábado, cinco horas. Aunque empecé tarde porque ya era una adolescente, el aprendizaje que tuve me queda para toda la vida: aprendés que cuando te esforzás las cosas se consiguen y también que aunque le pongas todo tu ser, a veces, las cosas no salen como uno espera.
-En el último septiembre cumpliste 30 años. ¿Te afecta el paso del tiempo?
-Yo hice una súper fiesta porque me parece que tengo unos geniales 30. Cuando cuento en una entrevista, como ahora, el camino que recorrí pienso “¡qué buenos 30!”. Los volvería a vivir de la misma manera.
Texto: Soledad Cotelo