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6 de marzo, 2016

Laura Oliva: «No creía que iba a vivir de esto»

Después de dos décadas de carrera y de popularidad televisiva, la actriz siente que hoy está donde siempre quiso estar. Hace teatro musical y de texto, está en pareja y disfruta de una etapa de armonía.

 

La de Laura Oliva no fue una vocación infantil. No porque no aparecieran algunas condiciones de la futura actriz que iba a ser, sino simplemente porque en su familia no se incentivaba esa búsqueda precoz o porque ella misma no estaba atenta en ese tiempo a ese deseo. Fue recién a los 15 años que decidió que quería estudiar danza. Y empezó, aun cuando sabía que para un futuro en el baile estaba empezando tarde. No le importó. A los 19 ingresó en la Escuela Nacional de Danzas y desde allí empezó a incursionar en la actuación. “Arranqué como bailarina, preparándome como bailarina y queriendo ser bailarina. Y después la cosa se fue inclinando para otro lado y yo también me fui inclinando para ese lado…”, dice la actriz, que se hizo popular en el humor de la mano de Nicolás Repetto en la década del 90 y que recorrió un larguísimo trayecto por ese camino y por el de la conducción.

-¿Siempre supiste que ibas a hacer esto?
-Sí, creo que imaginé que iba a ser y hacer lo que soy y hago en este momento, que es teatro musical y de texto. Lo que me sorprendió fue el “medio” digamos: es como que ahora, después de haber dado toda una vuelta, estoy haciendo lo que siempre me imaginé, sobre todo desde que empecé a actuar. Pero claro, en el medio pasaron cosas que no esperaba. Jamás había pensado en dedicarme a la comedia y eso sucedió sin que lo buscara. Y hasta te diría que en un momento se me fue de las manos y me costó salir de ahí.

-¿Es como lo habías imaginado?
-Fue absolutamente superador de mis expectativas lo que pasó en la realidad. Porque a mí me pasó algo que, visto desde hoy, creo que fue lo mejor: yo empecé tan tarde que nunca tuve ninguna expectativa. No creía que iba a vivir de esto y menos que me iba a ir bien. En todo caso pensaba que iba a ser un hobby en mi vida y que iba a tener que vivir de otra cosa. Pero después esto se fue transformando en mi modo de vida y en mi profesión.

-¿Qué creés que hubieras sido si no fueras lo que sos?
-No me imagino para nada haciendo otra cosa. Por suerte no tuve ni que pensarlo. Supongo que si no se hubiera dado esto, tendría que haber elegido un trabajo para la subsistencia. Pero aun así estoy segura de que seguiría haciendo esto de manera paralela y amateur. Como lo hace muchísima gente. Hubiese sido actriz igual, aunque no fuera conocida o no pudiera vivir de esto.

-¿La profesión está separada de la vida?
-Hoy ya no diferencio la vida de la profesión. Están en comunión. Y todo, la pareja, los amigos, los afectos; todo tiene que ver con lo que hago y gira alrededor de mi profesión. Yo trato de no cerrarme, pero la verdad es que me pasa que me cuesta comunicarme con otros ámbitos o mundos. No comunicarme, pero si conectar. Es casi como sentir que hablara otro lenguaje.

-¿Cómo imaginás tu vida en diez años?
-No tengo un sueño en particular ni fantaseo demasiado.  Creo que me funcionó tan bien esto de no tener expectativas que prefiero no arriesgarme. Pero sí me pasa que pienso en qué me gustaría hacer en los próximos años y la verdad es que no es una pretensión grandilocuente. Sino que es algo más pequeño, más sencillo. Al revés, capaz, de lo que uno se imagina. Buscar en lo más chiquito, hacer algo más íntimo, más personal, algo que me represente más y que esté más cerca de lo que soy. Porque no soy esa que quizá se ve en la tele. Me veo en materiales, lugares y cosas menos populares que las que quizá hice hasta hoy.

-¿Cómo es el balance entre lo recorrido y lo que queda por hacer?
-Creo que justamente lo que hace a nuestra generación es que no tenemos libreto, a diferencia de nuestras madres y abuelas, y que lo difícil es que nuestras vidas se alargan y uno tiene que seguir buscando. El desafío creo que no se trata tanto de lo recorrido o de lo que queda por hacer, sino de seguir escribiendo una historia propia. Vinculado a la profesión, creo que hay dos grandes preguntas, al menos en lo mío: la primera es si uno va a poder vivir de lo que es, de lo que quiere ser, de lo que lo apasiona. Y la otra es, una vez que lograste eso, y tan importante como eso, es ¿y  ahora qué? Creo que esa es la pregunta a partir de ahora: dónde quiero estar. Y  de buscar eso.

-¿Qué lugar tiene el amor en tu vida con una profesión tan central?
-Ocupa la mayoría de mis ganas y energía, porque lo profesional está realizado de alguna manera, aunque siga teniendo desafíos. No me cuesta nada compatibilizarlo con mi vida laboral. Al contrario, la enriquece. Porque mi pareja es una persona con  la que hablo el mismo idioma y comparto un código. Así que es una convivencia feliz.