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3 de abril, 2016

Adrián Suar: “Todos hicimos alguna locura por amor”

Éxito de la taquilla nacional con "Me casé con un boludo", el actor habla de su regreso a la pantalla, de la fama, y de la convivencia entre su rol de productor y gerente de programación de El Trece.

 

Más de tres décadas en la pantalla argentina. Más de tres décadas de una vida que, con menor o mayor intensidad, ha estado expuesta al público: al menos en las principales vicisitudes ha transitado públicamente. Adrián Suar sabe muy bien de qué se trata esto de ser famoso, de tener a los medios encima, de ser mirado todo el tiempo y muchas veces adorado sólo por ser actor y salir en la televisión y las revistas. Desde que debutó siendo un adolescente en Pelito, la serie juvenil icónica de los 80, y luego lo tuvo como protagonista de otras series legendarias de la televisión nacional como La banda del Golden Rocket. Pero no le alcanzaba sólo ser actor y pronto se puso a producir; y a lo grande: con Pol-Ka revolucionó la ficción argentina en la década del 90 y creció sin parar. Tanto que llegó hasta su actual puesto de Gerente de contenidos de Canal 13, lugar en el que se mantiene desde hace más de una década. “Ya me acostumbré a transitar este tipo de cosas. En algunos momentos la puedo pasar mejor o peor, estar más o menos incómodo, pero es parte del trabajo y uno aprendió a llevarla. No trabajo para eso, pero tampoco me peleo con eso”, dice Suar, que acaba de estrenar Me casé con un boludo, una película que parodia el mundo de la fama y los egos, y la exposición en la que repite la exitosa dupla que formó en Un novio para mi mujer con Valeria Bertucelli.

-La película se burla un poco del mundo de los actores y la pose con los medios, ¿vos te burlás?
-No, no, no es una burla. Al menos no es la intención. Mi personaje es un poco careta y está exagerado. Sin duda, es más rosqueado que yo. Claro que hay algo de eso que tomé para esto, pero es la idea de una comedia. Vivo en este mundo y lo conozco.

-¿Convertirte en productor y mirar la cosa desde el otro lado te ayudó a no convertirte en ese “boludo” que se muestra en la película?
-Bueno, viviendo en la Argentina decir boludo quiere decir muchas cosas. Se puede serlo por agrandado, por el ego, por la forma de hablar… Y no sé si dejé de ser un boludo irrecuperable, pero seguramente estar de los dos lados me ayudó a crecer como persona y a tener una mirada mucho más amplia del negocio y el trabajo al que me dedico. Creo que la clave es no creérsela. No creerse lo que uno vende, porque nuestro trabajo genera mucha fantasía.

-¿Podés dividir esos roles?
-Sí, lo puedo dividir porque el ADN del actor lo tengo desde muy chiquitito y entonces me pasa que cuando me pongo a actuar tengo todos los clisés del actor y soy actor. Y a la hora de producir me seteo en ese lugar, entiendo perfectamente cuáles son las reglas y de qué manera comportarme. Y así lo hago.

-En la película, el actor se toma un colectivo como si fuera una hazaña. ¿Cuánto hace que no te tomás vos un colectivo?
-Uf, desde PelitoPelito me salvó de volver a tomarme colectivos. Me acuerdo de que me tomaba siempre el 90. ¿Sigue existiendo?

-En lo personal, ¿te tocó en estos años tener que discernir entre quiénes se les acerca por fama o dinero y quién de verdad?
-Bueno, a lo largo de mi vida… Sí, puede decir que en algún momento me haya pasado. Igual, creo que en menor o mayor medida todos tenemos a alguien así alrededor o cerca. Pero se sabe diferenciar. En las buenas, pasa eso, pero cuando pasan las cosas malas es cuando uno se da cuenta de quiénes son las personas reales y no las que están ahí por el lugar que uno ocupa.

-¿Hiciste alguna locura por amor?
-Por amor he hecho seguramente algunas locuras, para no perder a alguien o por mantener un amor. Pero me parece que  no son locuras, sino cosas que hacemos los seres humanos cuando tenemos la suerte de que a lo largo de la vida nos vayan pasando cosas lindas como enamorarse. Pero también con amigos, porque a veces me ha pasado de descuidar alguna relación por un tiempo y después te das cuenta de eso y hacés cosas para recuperarlos. Sí, uno hace cosas por los afectos y las relaciones siempre.

-Se te ve cómodo haciendo comedia…
-Me encanta. Es un género que me gusta y en el que me siento cómodo. Creo que es muy difícil de hacerlo bien y me parece que me sale. La gente dirá. Nosotros intentamos hacerlo con buen gusto. Nos gusta mucho la comedia y nos reímos mucho haciéndola. Pero también la hacemos con ojo crítico de comediantes.