Organizarse
La palabra clave es planificación. Hacer una lista unos días antes, tipo organigrama, que nos permita dejar listo todo lo necesario para la cena, sea en casa o de visita, un día antes. Así, podrás encontrar un par de horas para dedicártelas a vos. Preparate un baño relajante y exfoliante que activa la circulación, una mascarilla y un masaje en los pies.
Relajación
Lo primero es llenar la bañera de agua a una temperatura agradable, agregar unas ricas sales o aceite corporal, encender alguna vela y apagar la luz, para crear un clima de distensión. Sumergite no menos de 15 minutos. No hay que usar jabón a esta altura porque las sales no harán efecto.
Exfoliación
Luego de 15 o 30 minutos de relajación, llega el momento de exfoliar la piel. Primero, con la esponja mojada sin jabón. Empezar por los pies, haciendo movimientos circulares y seguir por las piernas, prestando especial atención a las áreas ásperas, como codos y rodillas. Terminá untándote la piel con un aceite liviano.
Masaje con agua
Abrir la ducha y dejar que el agua tibia recorra el cuerpo. Si tiene buena presión, darse un masaje en la zona del cuello, dejando que el agua golpee unos minutos sobre las cervicales.
Las cremas
Al salir de la ducha, secate, pero un poco nomás, así la piel queda algo húmeda. Aplicá una crema para el cuerpo, con movimientos ascendentes, para activar la circulación.
Un rostro radiante
La exfoliación es un paso tan sencillo como contundente y efectivo. Como elimina las células muertas de la piel, la deja suave, lisa, firme y receptiva a los tratamientos que se aplican después.
No te olvides de los labios, para prevenir las arrugas peribucales; luego, aplicá una barra con acción nutritiva.
Mascarilla
Luego de la exfoliación, refrescar la cara con una mezcla casera de yogur y rodajas cítricas. Dejátela unos 15 minutos. Lo ideal es que te la apliques, te acuestes y la dejes actuar, con las piernas en alto.
Los pies
Primero, pasá una piedra pómez por donde haga falta. Luego, aplicá una crema humectante y aprovechá para hacer un masaje. Deslizá tus manos desde los dedos hasta el tobillo. Repetilo hasta que sientas que el pie está descansado. Además, masajeá cada uno de los dedos del pie, usando el pulgar y el índice.
El toque final
Una vez terminadas todas las sesiones de limpieza y masajes, tomate unos minutos antes de entrar en la vorágine festiva otra vez. Servite un vaso de algo fresco y rico y sentate un rato, a disfrutar cada trago. Si la querés hacer completa, prendé una vela aromática o un incienso, poné alguna música linda y llenate de alegría y energía para pasar una hermosa Nochebuena.
Foto: Istockphoto.