Catalogada como “una de las mejores actrices de la historia”, empezó a cosechar premios apenas siete años después de debutar, en 1978, cuando recibió un Emmy y fue por primera vez candidateada al Oscar. Hoy, es una de las más premiadas: con 9 Globo de Oro –30 candidaturas- y 9 Oscar -19 candidaturas-; en los dos casos, es la actriz más nominada de toda la historia de esos galardones, los más importantes del cine. Entre 1984 y 1990 había sido galardonada con seis premios People’s Choice Awards como actriz favorita, y en 1990 fue nombrada como favorita del mundo; en 2010 fue reconocida con la Medalla Nacional de las Artes por parte de Barack Obama y el reciente premio a la trayectoria en los Golden Globes, donde pronunció un discurso contra Donald Trump que se viralizó en el mundo.
Mary Louise Streep nació en Nueva Jersey el 22 de junio de 1949. Su madre, Mary Wolf (1915-2001), fue una artista y editora de arte, y su padre, Harry William Streep, Jr. (1910-2003), fue un ejecutivo de la industria farmacéutica. Sus ancestros tienen raíces inmigrantes: los paternos provienen de Loffenau, Alemania y otra parte de su familia es originaria de Giswil, una pequeña ciudad de Suiza. Su madre tenía ascendencia inglesa, alemana e irlandesa. Algunos de sus ancestros maternos fueron emigrantes ingleses del siglo XVIII.10 12 Su octavo bisabuelo fue uno de los primeros europeos en asentarse en Rhode Island. Fue criada como presbiteriana en Bernardsville, Nueva Jersey, y tenía muchos amigos católicos a los que solía acompañar a misa, porque admiraba la celebración.
Debutó en teatro en 1971, a los 22 años, aunque desde la adolescencia empezó a formarse; primero en ópera, incentivada por su madre, ya que poseía una voz privilegiada que luego en su carrera pondría en escena –como en el éxito de taquilla que fue ¡Mamma Mia!. Pero Meryl siempre prefirió la actuación: el mismo año en el que debutó, recibió su diploma en Drama en el Vassar College y se graduó con una Maestría en Bellas Artes en la Escuela de Drama de la Universidad de Yale.
Meryl Streep es conocida por el tecnicismo, la solidez, la amplia expresividad y los distintos dialectos que les impregna a sus personajes. Desde su debut en cine, en 1977, ha recibido decenas de nominaciones a premios y otros tantos reconocimientos.
Cada uno de los filmes en los que participó, desde el comienzo, tuvieron una decisión estudiada y analizada. Así aceptó en 1978 viajar a Austria y Alemania para protagonizar una serie sobre el Holocausto y peleó por su personaje en Kramer vs Kramer, cuando aun no tenía un nombre estelar. Ese papel le valió el primer Oscar y el primer Globo de Oro. Después vinieron La decisión de Sophie, Africa mía y Un llanto en la Oscuridad como parte de una etapa inicial llena de halagos y que marcó el inicio de una carrera prometedora que iría en ascenso durante toda la década del 80. Pero nada resulta tan sencillo y Meryl Streep, no sin quejas ni críticas, tuvo que soportar el costo social que tiene ser mujer en una industria que exige belleza y juventud. Así fue que atravesando sus 30 y llegando a sus 40, mientras nacían sus 4 hijos, perdió muchos trabajos –como Telma&Louise, que iba a protagonizar con su amiga Goldie Hawn-.
Pero hacia mediados de los 90, después de que la criticaran por hacer comedia con poco éxito, llegaron La casa de los espíritus primero y la inolvidable Los puentes de Madison después, una en 1993 y la otra en 1995. Desde entonces, con dramas como Postcards from the Edge, acción como Río salvaje, dramas como Music of the heart, Las horas o La duda, ciencia ficción como Inteligencia artificial y comedia como Julie & Julia, Una serie de eventos desafortunados o El diablo viste a la moda, y una decena de éxitos de taquilla en toda la década de 2000, demostrando que puede y quiere hacerlo todo. ¡Hasta cantar y grabar audiolibros para niños! También ponerse en la piel de un personaje histórico y real que es un símbolo, como Margaret Tatcher en La dama de hierro (2011), que recibió los máximos elogios y distinciones de la industria cinematográfica alrededor del mundo, entre ellos, su primer BAFTA en treinta años, un Globo de Oro y su tercer Óscar, el primero en veintinueve años. Y que todo lo hace no sólo bien, sino con profesionalismo y entregando toda su atención; algo que se le adjudica tanto a modo de crítica como de halago.
Cada vez más volcada a mostrar sus opiniones políticas tanto con un micrófono como en la elección de sus papeles, uno de sus últimos trabajos fue a finales del 2015 en la cinta británica Suffragette, que se centra en las primeras participantes en el movimiento británico en favor del sufragio femenino de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, donde fue elegida para interpretar a la líder sufragista británica Emmeline Pankhurst. Streep es la vocera del Museo de Historia Nacional de la Mujer de Estados Unidos, por lo cual ha donado mucha plata, incluyendo el cachet de La dama de hierro) y ha dirigido numerosos eventos. Pero además en 2012 donó 1 millón de dólares al Teatro Público en honor de su último fundador Joseph Papp, así como a su amiga, la autora Nora Ephron y respaldó la campaña «Chime For Change» de Gucci, la cual tiene el objetivo de difundir el empoderamiento femenino.
Vida privada
En su juventud tuvo una relación con el actor John Cazale, pero sólo duró tres años, hasta la muerte de él por un cáncer óseo. Ese mismo año, 1978, conoció al escultor Don Gummer, padre de sus cuatro hijos: Henry Wolfe Gummer (n. 1979), Mamie Gummer (n. 1983), Grace Gummer (n. 1986) y Louisa Jacobson Gummer (n. 1991). Tanto Mamie y Grace son actrices, mientras que Henry es músico.
Sus mejores frases:
- “Su opinión es una en un océano en el que hay miles de opiniones”, le dijo al director DIno De Laurenttis, que la rechazó por no ser suficientemente bella para se rla chica de King Kong.
- “Necesitaban una chica entre dos hombres, y estaba yo”, dijo sobre su papel en The Deer Hunter (1978), por el que fue nominada al primer Oscar. Y explicó que sólo aceptó aquel rol porque le permitió cuidar a su pareja, Cazale, en su lucha contra el cáncer.
- “Este papel no representa a las mujeres que afrontan divorcios y batallas legales para la custodia de sus hijos. Es demasiado malo”, le dijo al productor Stan Jaffee, al director Robert Benton y al actor Dustin Hoffman cuando la convocaron para encarnar el rol femenino en la cinta Kramer contra Kramer (1979). Ellos tomaron su crítica y reformaron la historia.
- “Para el momento en que una actriz llegue a sus cuarenta y tantos, nadie estará interesado en ella nunca más. Y si quieres tener un par de bebés durante ese mismo periodo, tienes que recoger tus cosas con mucho cuidado”, dijo la actriz en los 90, cuando después de una década de ascenso y de dedicarse a la maternidad, dejaron de convocarla y la criticaron por hacer comedia.
- “No sigo ninguna doctrina. No pertenezco ni a una iglesia ni a un templo ni a una sinagoga ni a un ashram. Siempre he estado realmente, profundamente interesada en la fe, porque creo que puedo entender el consuelo que está presente en la construcción de una religión y no descarto la existencia de Dios: tengo la sensación de tratar de hacer mejor las cosas. ¿De dónde viene eso?”. En una entrevista en 2009.
- “Ya no tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme”. En una entrevista reciente.
- “La falta de respeto invita a la falta de respeto. La violencia incita a más violencia. Cuando los poderosos usan su posición para abusar de otros, todos perdemos”, sobre el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, en la reciente entrega de los Golden Globes, donde recibió un premio por su trayectoria.