Cuando Emmanuel Macron salió a dar su discurso de victoria tras ganar las elecciones presidenciales francesas de la mano de su esposa, Brigitte Trogneux, los ojos del mundo se posaron en ella: una mujer rubia, elegante, sobria, algo bronceada, sonriente… y visiblemente mayor que él. En ese instante esa historia de amor, que fascina a los franceses desde que comenzó la carrera política de Emmanuel, despertó la curiosidad a nivel global. ¿Quién es la futura primera dama gala? ¿Cómo nació el amor entre ellos? ¿Por qué su figura fue fundamental en la construcción de la carrera política de quien será el presidente más joven en la historia de Francia?
Un amor contra todo.
Brigitte Trogneux nació en la ciudad de Amiens, en el norte de Francia. Heredera de una tradicional empresa de chocolates, decidió ser maestra al tiempo que se casó con el banquero André Auzière. Cuando en un salón vio por primera vez a Emmanuel Macron, tenía tres hijos y una vida encaminada. Sin embargo, el destino le deparaba otra realidad, y ella tuvo la capacidad de luchar por ella.
Comenzaban los años 90, Briggitte era profesora de francés, tenía 39 años, y a su taller de teatro llegó un alumno que la cautivó. Macron, que tenía 15 y una inteligencia inusual para su edad, también quedó deslumbrado. Dos años después, Emmanuel desafió todos los estereotipos, se plantó frente a ella y declaró su amor. “hagas lo que hagas, me casaré contigo”. “Poco a poco venció todas mis resistencias”, aseguró ella en declaraciones a la prensa.
Los padres de Macron, escandalizados por los sentimientos de su hijo, decidieron enviarlo a un prestigioso instituto de París para alejarlo de su profesora. Nada cambió en su interior. “Tenía una obsesión, una idea fija: vivir la vida que había elegido con aquella mujer a la que amaba. Y hacer todo lo necesario para conseguirlo”, contó Macron en su libro “Revolución”. Ella, por su lado, tampoco iba a renunciar a la libertad de elegir: renunció a su trabajo, dejó a su marido y se mudó a París a esperar que Emmanuel tuviera edad suficiente para casarse.
Emmanuel y Brigitte se convirtieron en marido y mujer en 2007. Él tenía 30 y ella 54. Desde entonces, son inseparables.
Prejuicios.
Macrón y Brigitte tienen la misma diferencia de edad que Donald Trump y su esposa, Melania. Sin embargo, la historia de amor del magnate y la exmodelo eslovena no causó tanto revuelo como la del matrimonio presidencial francés. «Si yo fuera 20 años mayor que mi esposa, nadie hubiera cuestionado la validez de la relación. Pero como es al revés muchos dicen que no puede ser posible», afirmó Macron al diario Le Parisien, y trató a quienes cuestionan su relación de “misóginos”.
Brigitte, por su parte, decidió responder a los prejuicios con humor e ironía. «Es necesario que Emmanuel gane ahora, porque en 2022 su problema será mi cara», solía decir durante la campaña. Sin embargo, en la intimidad, los chistes, las caricaturas y los comentarios maliciosos sobre la diferencia de edad con su marido la suelen indignar. «Ella lamenta que se acepte en un hombre lo que se le niega a una mujer», ha expresado su amigo, el periodista Philippe Besson.
Del rol fundamental.
«Le debo mucho. Sin ella, yo no sería yo». Las palabras salieron de la boca del flamante presidente electo la noche de su triunfo en la primera vuelta. Ella estaba a su lado, como siempre ha estado. «Es la mujer que lo ha emancipado, que lo ha ayudado en sus estudios, que lo ha empujado a lo más alto», relató la escritora Anna Fulder en el libro Emmanuel Macron, un joven tan perfecto.
«Brigitte está cerca suyo de forma permanente. Emmanuel no hace nada sin ella», reconocieron los miembros del equipo de Macron. Junto a ella él ensaya sus discursos, decide sus puestas en escena y corrige la voz. El hizo, dentro de su equipo, que su mujer se convierta en parte indispensable de su vida y de su carrera. Y ella hizo de él el presidente de Francia.