Se trata de recomendaciones generales que ayudan a ahorrar energía sin reducir el confort de una casa sino con simples acciones que muchas veces no se hacen por distracción o costumbres.
#1
Adquirir equipos con etiquetado energético de clase A. Comprar un equipo eficiente es importante y sencillo gracias a la etiqueta energética, que constituye una herramienta informativa al servicio del consumidor. Actualmente su uso es obligatorio en lámparas, lavarropas, heladeras y equipos de aire acondicionado.
#2
Realizar un mantenimiento adecuado y una limpieza de los electrodomésticos, esto prolonga su
vida y ahorra energía.
#3
No elegir aparatos más grandes ni más potentes de lo que se necesita. Se estará derrochando dinero y energía.
#4
Aire acondicionado: en verano situar el termostato a una temperatura de 24º C y en invierno a 20º C. Aislar los ambientes y usar sólo lo necesario.
#5
Colocar los alimentos de consumo frecuente en las partes más accesibles de la heladera y abrir la puerta el tiempo imprescindible.
#6
Apagar los televisores y los equipos digitales cuando no estén en uso.
#7
Elegir computadoras e impresoras que tengan sistemas de ahorro de energía.
#8
Aprovechar la iluminación natural e instalar lámparas de bajo consumo o tubos fluorescentes. El consumo en iluminación representa en promedio entre el 25 y 35% del consumo energético residencial.