En esta intervención aparece una secuencia de espacios que se van abriendo del interior al exterior, en una actitud de absoluto respeto frente al entorno, es decir, construir a partir de él y no en su contra, con conocimiento de la fragilidad del territorio y de su capacidad limitada de albergar imágenes, sin diluir su carácter. Se trató de una meditada actitud que recoge todas las sugerencias de la topografía, del mar inmediato y de la luz, buscando la legitimidad que el tiempo ha otorgado a este lugar.
“La grandeza del paisaje frente al mar, un entorno sobrio y casi solitario de rocas y sabinas, y en el horizonte, los acantilados que se difuminan y se adentran en el Mediterráneo…La magnitud de todos los elementos que se integran en este espacio intemporal, nos exige una actitud reverente ante tanto equilibrio. Tantos siglos de paisaje inmutable no podía ser objeto de equivocación”, dicen los arquitectos del estudio Ramón Esteve, antes de narrar las características del inicio de este proyecto de casa, en una de las islas españolas más visitada de la Costa del Sol.
La preparación de los primeros planos, la elección de materiales y colores, los volúmenes y los elementos constructivos se articularon con una fluidez natural, sin estar constreñidos por un esquema geométrico rígido, aunque con una base racional que refuerza la unidad de todo el conjunto. Esteve plantea la vivienda de manera que pueda tener un crecimiento continuo y desarrollarse según las pautas que establece el núcleo originario. El agregado de diferentes cuerpos cúbicos que forman las dependencias interiores, se dispone como una secuencia de espacios cuyas medidas varían proporcionalmente en sus tres dimensiones, trazando un recorrido creciente.
El conjunto arquitectónico se ordena escalando la base rocosa, definiéndose como un todo compacto y de aparente simplicidad, estableciendo un paralelismo con la morfología del acantilado. Desde el exterior la disposición de las terrazas y la piscina, con apenas insinuados desniveles, forman una perspectiva visual que se corona con la rotunda geometría de los volúmenes propios de la casa. Todo el conjunto queda armonizado con su entorno, sin estridencias, como una sucesión suave y lógica del terreno y del paisaje.
Los diferentes niveles con los que ha sido concebida la planta actúan como un elemento dinamizador del espacio, definiendo lugares en el exterior como la terraza y la piscina, con entidad propia, orientadas frente al mar, que permiten disfrutar a todas las horas del día de los cambiantes colores del paisaje mediterráneo, desde sendas reposeras dispuestas para tal fin. Todo el mobiliario de la terraza ha sido diseñado por Ramón Esteve expresamente para esta casa, aunque más tarde inspiró una colección para la firma Gandia Blasco bajo el nombre de la ubicación de la casa: Colección Na Xemena.
Los muros exteriores, limpios y desnudos, se horadan para captar la luz siguiendo un orden natural marcado por la configuración interior, predominando el lleno sobre el vacío, los revoques con colores obtenidos con pigmentos naturales, grises en los pisos y las terrazas, y blancos en los planos verticales. Un cromatismo que contribuye a unificar las masas, a la vez que diferencia los dos cuerpos principales, colores que también atraviesan los muros y penetran en el interior de la casa.
Todo el espacio exterior se completa con la geometría de las escaleras a las entradas de la vivienda y a las terrazas.
Los accesos desde el exterior están protegidos por grandes postigones metálicos del mismo color que el muro y, cerrados sobre los grandes ventanales, se integran a él, afirmando su austera geometría. En la noche, diminutos huecos cuadrados salpican con una tibia iluminación el pavimento exterior.
Ventanales de madera africana de Iroko -la única empleada en la vivienda- están embebidos en los muros y enmarcan la panorámica sobre la terraza y piscina, la cual aparece como una lámina de agua que se funde con el mar. Los paños interiores con los colores azul cobalto y blanco, son como un hilo conductor que está presente en toda la casa y sobre los que desciende la luz cenital que penetra a través de los lucernarios. Un entarimado de madera recorre desde el salón, el techo y la pared del comedor llegando hasta el pavimento de cemento bruñido. Una escalera interior construida con tablas incrustadas en el muro, conecta el salón con el estudio ubicado sobre el comedor, desde el que se accede a las terrazas superiores de la cubierta.
En el volumen de la habitación, los espacios de servicio se organizan en un ángulo de la estancia principal; la bañera empotrada a ras de suelo tiene una visión directa sobre el exterior. Las puertas interiores de Iroko se engarzan directamente sobre los tabiques, siendo éste su propio marco. Los objetos que forman parte de la casa son una continuación de los materiales y formas de la misma. “Conseguir que la casa comunique algo de la propia convicción personal y hacer parecer sencillo lo más profundo y complejo de esta milenaria civilización” fue la consigna del proyectista.
Características sustentables
* Entorno físico y cultural.
* Paralelismo con la morfología del lugar.
* Luz como elemento conductor del proyecto.
* Posibilidad de crecimiento continuo.
* Armonía y respeto por el entorno.
* Muros gruesos para conservar los interiores frescos.
* Protector solar delante de las aberturas vidriadas.
* Recogida de las aguas pluviales en una cisterna de 70.000 litros para abastecer vivienda y piscina.
* Carpintería y mobiliario de madera de Iroko procedente de un bosque de África occidental gestionado sustentablemente.
Ficha técnica
Lugar: Na Xemena, Ibiza, España
Arquitecto: Ramón Esteve
Diseño mobiliario: Ramón Esteve
Colaborador: Juan A. Ferrero
Arquitecto técnico: Antonio Calvo
Promotor y propietario: José Gandia
Empresa constructora: INREM s.a.
Construcción: 1996 – 2003
Superficie construida: 475,17 m2
Superficie útil: 368,88 m2
Información y fotos: Estudio Arq. Ramón Esteve
El estudio
Ramon Esteve funda su estudio de arquitectura en Valencia en 1991. Es profesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politecnica de Valencia desde 2005. De amplia experiencia en obra pública y viviendas unifamiliares exclusivas,su arquitectura apuesta a la creación de entornos, más allá de los edificios. Ha recibido importantes premios tanto en el campo de la arquitectura como en el del diseño industrial. El IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) le ha dedicado una exposición que repasa sus 20 años de trayectoria. Su obra se recoge en la monografía RAMON ESTEVE ARCHITECTURE / DESIGN, distribuido en 35 países”.