“Chimmy Churry es una marca alegre, divertida, natural, diversa, relajada y, por sobre todo argentina. La alegria y la diversión son los pilares más importantes. Desde el inicio tuvimos claro que para emprender este proyecto lo íbamos hacer con buena onda”, dice Regina Navilli, la creadora de una marca que, inspirada en la tradicional alpargata diseñó un calzado simple, liviano y cómodo que adoptó diferentes formatos: náuticos, sandalias, sneackers elaborados con materiales nobles a base de fibras naturales como el yute, lonas de algodón y lino. “Arrancamos en 2012 con una producción de 5000 pares, la fábrica en ese momento no era propia. Nos lanzamos al mercado con una tienda online y un showroom para mayoristas. Al poco tiempo abrimos nuestros primeros locales en formato góndola en los principales centros comerciales del país. Por la demanda de los clientes y volumen de venta hace 2 años y pico tuvimos que poner nuestra propia fábrica. Hoy producimos anualmente 100.000 pares”. Actualmente tienen 10 córners exclusivos y están en más de 50 locales multimarcas.
-¿Cómo nació Chimmy Churry?
-Chimmy Churry surgió de las ganas de emprender un negocio nuevo, estoy en el mundo de la moda hace varios años y junto con mi marido quisimos crear una marca con la que pudiéramos llegar a mucha gente con un producto de moda accesible. La idea fue aportar diseño, comodidad y calidad a un producto autóctono y nacional. Lo que nos motivó durante el proceso de creación fue jugar con el formato de la alpargata y transfórmala en otros calzados como por ejemplo sandalias, náuticos, sneackers.
-Venís de una familia vinculada a lo textil y el diseño. ¿Qué fue lo que te apasionó de eso que te llevó a querer seguir en esto?
-Empecé a trabajar en la moda a los 19 años, durante 8 años aprendí mucho y me motivó volcar mis conocimientos en un proyecto personal que estuviera vinculado con lo que venía haciendo. Se dio de una manera natural, estar en este rubro me permitió estar informada y atenta a nuevas oportunidades de negocio.
-¿En qué momento decidiste que querías tener una marca propia?
-Tomé la decisión que quería tener una marca propia varios meses antes de que nazca mi primer hijo. En ese entonces era gerente de Marketing de Vitamina y Uma y tenía un equipo a cargo. Pensé que era el mejor momento para empezar algo nuevo junto a Nicolás. De esta manera tenía la libertad de estar junto a mi hijo y tiempo libre para desarrollar los primeros pasos del negocio y la marca.
-También conociste seguramente las dificultades de esto. ¿Qué fue lo más difícil de desarrollar y poner a funcionar una marca?
-Sinceramente creo que todo nos costó pero lo hicimos con mucha pasión. Cuando emprendés un negocio hay mucho idilio. Llevar a cabo una idea, materializarla, que la gente interactúe con eso que creaste y te dé su aprobación, ya sea con una halago o comprándolo. En Chimmy toda la energía estuvo puesta en crecer comercialmente, es decir puntos de venta, presencia de marca, productos, etc. Todo esto sucedió, pero llegó un momento en que la cantidad de trabajo superaba la estructura que tenía internamente la empresa. En ese momento nos dimos cuenta que necesitamos invertir en equipo de trabajo y profesionalizarnos. También tuvimos que aprender a delegar muchos procesos y capacitar a otras personas para que lo hagan. Al principio fue difícil, pero terminó dando sus frutos. Hoy somos un grupo de 50 personas personas aproximadamente y cada uno de ellos es una pieza fundamental, desde que se diseña una colección, se compra la materia prima, se paga a los proveedores, se fabrica, se le presenta la colección a los clientes, se prepara los pedidos, se entrega y así sucesivamente. Todo eso es gracias al trabajo de todos los que integran Chimmy. Ahora con el equipo funcionando, volver a lo más importante: nuevas ideas, caminos, mercados.
-¿Cuál es tu inspiración a la hora de crear?
-La mayor inspiración me surge en los viajes, no necesariamente viendo tendencia sino que la inspiración puede aparecer en cualquier momento. Museos, imágenes de arquitectura, libros, caminatas por barrios, playas, gente, paisajes. Mirar, escuchar, estar conectada con lo que hago.
-¿Qué prioridad tiene la comodidad en tus diseños?
-La comodidad es una de los atributos más importantes de la marca. Trabajamos para encontrar el calzado más cómodo. Actualmente incorporamos para esta temporada una nueva suela, inyectada que va a generar que el producto sea más cómodo, tenga más adherencia y también va a durar más. La comodidad tiene que ver con el estilo de nuestra marca, somos relajados sea cual sea tu vida.
-¿Cómo es el proceso creativo y productivo de tu marca?
-El proceso creativo arranca unos 8 meses antes de cada colección. Generalmente hacemos algún viaje y después de eso armamos un board de inspiración donde miramos todas las tendencias, colores. Lo que se viene. Después volcamos todo eso al concepto de Chimmy. Siempre hacemos un análisis de la temporada anterior. Contamos con informes en donde los equipos de venta nos dan su opinión, sus propuestas, todo lo qué pasó.
-¿Cuál es la parte que más disfrutás de todo el proceso?
-Disfruto mucho crear y pensar nuevas ideas y poder llevarlas a cabo. Lo mejor es cuando funciona, gusta, le llega al otro. Es muy difícil enamorar a una persona de una marca, ese es mi camino. Para esto hay que sorprender todos los días, tenemos que poder contar historias diferentes, llamativas y que les lleguen. Para eso tenemos que estar en constante movimiento, hay que generar nuevos contenidos.
-¿Hacia dónde te proyectás?
-Desde que lanzamos la marca en el 2012 soñamos con la idea de que en cada país hayan “unas chimmys”. Queremos ser la marca más representativa para los argentinos en el mundo. Queremos llevar nuestra cultura y costumbres. Venimos trabajando hace 2 años en este proyecto, para esto formamos un equipo y nos capacitamos. Este 2018 vamos a desembarcar en Italia y Alemania. Vamos a venderle a distribuidores que tienen una red de locales propios y terceros. La idea es producir en Asia y el próximo año tenemos un objetivo de vender 30.000 pares.