Los chicos pueden y tienen TOCs. El TOC afecta aproximadamente uno de cada 50 adultos y aproximadamente uno de cada 100 niños en edad escolar. El TOC es el cuarto diagnóstico psiquiátrico más común, a continuación de las fobias, el abuso de sustancias y la depresión mayor y se encuentra entre las diez primeras causas de discapacidad en el mundo, de acuerdo con un estudio internacional.
¿Qué es un TOC?
Padecer un TOC significa tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas. Cuando un niño padece del TOC, una diferencia en la manera que su cerebro procesa la información, da lugar a preocupaciones y dudas incontrolables llamadas “obsesiones”. Luego el niño lleva a cabo “compulsiones” — hábitos o rituales repetitivos — con el fin de disminuir la ansiedad causada por las obsesiones. Pero la disminución es solo temporal, porque las compulsiones solo reafirman y fortalecen las obsesiones, creando un empeoramiento en el ciclo de conductas del TOC.
Las obsesiones se definen según los dos aspectos siguientes:
- Pensamientos, impulsos o imágenes mentales que se repiten constantemente. Estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales son indeseados y causan mucha ansiedad o estrés.
- La persona que tiene estos pensamientos, impulsos o imágenes mentales trata de ignorarlos o de hacer que desaparezcan.
Las compulsiones se definen según los dos aspectos siguientes:
- Conductas (por ejemplo, lavarse las manos, colocar cosas en un orden específico o revisar algo una y otra vez como cuando se verifica constantemente si una puerta está cerrada) o pensamientos (por ejemplo, rezar, contar números o repetir palabras en silencio) que se repiten una y otra vez o según ciertas reglas que se deben seguir estrictamente para que la obsesión desaparezca.
El propósito de estas conductas o pensamientos es prevenir o reducir la angustia, o evitar una situación o acontecimiento temido. Sin embargo, éstas conductas o pensamientos no tienen relación con la realidad o son claramente exagerados.
Además, se deben cumplir las siguientes condiciones:
- Las obsesiones o compulsiones consumen mucho tiempo (más de una hora por día), o causan una intensa angustia o interfieren en forma significativa con las actividades diarias de la persona.
- Los síntomas no se deben al consumo de medicamentos u otras drogas ni a otra afección.
- Si la persona padece otro trastorno al mismo tiempo, las obsesiones o compulsiones no se pueden relacionar tan solo con los síntomas del trastorno adicional. Por ejemplo, para recibir el diagnóstico del TOC, una persona que padezca un trastorno de la alimentación también debe tener obsesiones o compulsiones que no se relacionen solo con los alimentos.
¿Qué hacer en caso de detectar alguna conducta asimilable a un comportamiento obsesivo o compulsivo?
- Consultar con el pediatra y con el especialista neuropediatra o psiquiatra Infantil
- Porque uno debe tener un diagnóstico certero para poder planificar un abordaje apropiado y precoz
- Sin diagnóstico no hay tratamiento porque no se sabe qué es lo que hay que tratar
- Miedo a la contaminación o a los gérmenes: lavar y limpiar
- Miedo al peligro o a que le paso algo malo: comprobar
- Miedo a perder algo valioso: acumular/almacenar
- Miedo a violar las reglas religiosas: preocupación por las prácticas religiosas
- Necesidad de simetría: arreglar o “emparejar”
- Necesidad de perfección: buscar aprobación por hacer las cosas bien
- Preocupaciones, dudas o miedos persistentes e inquietantes
- Rituales religiosos irracionales, repetitivos
- Imágenes mentales o pensamientos incontrolables e inapropiados
- Costumbres o patrones de comportamiento que interfieren con la vida diaria y cotidiana
- Una tendencia a buscar aprobación repetidamente
- La necesidad de hacer las cosas de una sola una forma que es “de manera exacta”
- Problemas frecuentes de tardanza o lentitud
- Impulsos repetitivos de lavar, organizar, o comprobar
- Impulsos de almacenar objetos inútiles
- La tendencia a evitar ciertos lugares o actividades
Asesoró: Dr. Claudio Waisburg- MN 98.128 / Director Médico Instituto SOMA