#1. Comidas inflamatorias: Las comidas pueden ser pro-inflamatorias o anti-inflamatorias. Las comidas que causan inflamación también causan enfermedades, vejez prematura, y contribuyen a la formación de arrugas tempranas. Los alimentos procesados, sobre todo el azúcar y las harinas refinadas, hacen que nuestra piel pierda el brillo y la tonicidad, que se nos inflamen las bolsas de los ojos, que se incrementen las líneas de la cara y se incremente el tamaño de los poros.
#2. Exposición excesiva a los rayos UV: Necesitamos exponernos al sol para absorber Vitamina D y tener huesos fuertes. Pero, si la exposición es excesiva, nuestra piel perderá elasticidad, formará arrugas, se resecará, nos saldrán pecas y manchas, y probablemente nos brotemos. Exponente al sol con protección y en horas aprobadas por un dermatólogo.
#3. Estrés: El estrés es destructivo ya que hace que nos inflamemos y envejezcamos más rápido. Además, este genera cambios hormonales que alteran la función celular de órganos vitales, incluyendo la piel. Proba incorporar una meditación de 5 minutos cada mañana para reducirlo.
#4. Fumar o el humo de cigarrillo: El humo no deja que la piel respire de manera adecuada y no permite que absorba los nutrientes vitales que necesita. El cigarrillo dejará tu piel seca, formará arrugas prematuras en tu piel y hará que pierdas el brillo.
#5. Consumo excesivo de alcohol: El consumo de alcohol genera deshidratación. Con solo tomar agua no podés revertir este efecto ya que el alcohol genera inflamación en todo tu cuerpo. Además, el consumo excesivo de alcohol altera el flujo sanguíneo hacia la piel dejándote una apariencia poco saludable por días.
#6. Falta de sueño: Un descanso adecuado te garantiza despertarte refrescada, con un aspecto radiante y rejuvenecido. Dormir bien es clave para evitar que se te hinchen los ojos, se formen ojeras y para lucir una piel vibrante.
#7. Falta de ejercicio: Miles de estudios ya han comprobado que el ejercicio adelgaza, reduce la posibilidad de tener enfermedades cardiacas, baja la presión en sangre, mejora el humor, resuelve problemas de insomnio y baja el riesgo de contraer numerosas enfermedades. Como si esto fuese poco, el ejercicio beneficia la piel tanto como lo hace con el resto de nuestro cuerpo. Cuanto más ejercitamos más fuerte se vuelve nuestra piel y más depósitos de colágeno naturales se generan. Además, el ejercicio mejora la circulación haciendo que nuestra piel se vea radiante y saludable.
Fuente: L’Oréal París.