Si te gustan los lugares lejanos, los paisajes naturales increíbles, la escasez de seres humanos, el verde infinito o simplemente sos un fanático –vos o tus hijos- de “El Señor de los Anillos”, deberías preguntarte ¿Cómo es que todavía no fuiste a Nueva Zelanda?
“Tierra de la gran nube blanca”. Eso quiere decir Nueva Zelanda -en inglés: New Zealand, en maorí: Aotearoa-. Es un país de Oceanía, localizado en el suroeste del océano Pacífico y formado por dos grandes islas: la Isla Norte y la Isla Sur, junto a otras muchísimas islas menores, entre las que se destacan la Isla Stewart y las Islas Chatham. Es un Reino y también incluye a las Islas Cook y Niue (estados autónomos en libre asociación) y a Tokelau. La capital de Nueva Zelanda es la ciudad de Wellington, situada en la isla Norte.
Nueva Zelanda, notable por su aislamiento geográfico, está situada a cerca de 2000 kilómetros al sureste de Australia en el mar de Tasmania, y sus vecinos más cercanos al norte son Nueva Caledonia, Fiyi y Tonga. Debido a este largo aislamiento, en el país se desarrolló una fauna endémica dominada por las aves, muchas de las cuales se extinguieron después de la llegada de los humanos y los mamíferos que introdujeron sin ningún control.
La mayor parte de la población neozelandesa es de ascendencia europea; los indígenas maoríes son la minoría más numerosa. Los asiáticos y los polinesios también son minorías significativas, especialmente en las zonas urbanas. Aunque tiene tres idiomas oficiales el más hablado, por lejos, es el inglés. Isabel II, como reina de Nueva Zelanda, es la jefa de Estado del país y está representada por un gobernador general, mientras que el poder ejecutivo es ejercido por el gabinete y el primer ministro. Sus ciudades se sitúan entre las de mejor calidad de vida en el mundo.
10 COSAS QUE HACER EN LA TIERRA DE LA GRAN NUBE BLANCO
#1. Saborear la vida cosmopolita de Wellington
Pequeña y entrañable, la capital de Nueva Zelanda aúna cafés y tiendas, kiwis y extranjeros, festivales y eventos, todo en una perfecta armonía que hace que Wellington posea una atmósfera única y especial. Es sí, es conocida como “Windy Welly”, la ciudad más ventosa del mundo. Con pulmones verdes a todo su alrededor, su tamaño hace que puedas ir caminando a casi todas partes, desde el “Te Papa” (el “museo” de Nueva Zelanda) a la calle Cuba pasando por el Waterfront.
#2. Recorrer Mordor en el Tongariro Alpine Crossing
SI hay una actividad que hay que hacer en este país es el trekking. Catalogado como el “mejor trekking de un día de Nueva Zelanda”, el Tongariro Alpine Crossing es una caminata de 7 u 8 horas con la que atravesarás zonas desoladas, cráteres de volcanes, lagos sulfurosos, fumarolas volcánicas y bosques de “pluviselva”. Todo sobre la ladera del imponente “Monte del Destino” de Mordor y con la chance de, si te animás, subir a la cima.
#3. Buscar a Frodo y Bilbo en Hobbiton
¿Quién no ha querido visitar la Comarca alguna vez? Se encuentra en Nueva Zelanda, por supuesto. Adéntrate en un tour perfectamente guiado a través de los 42 agujeros de Hobbit construidos cuidando hasta el último detalle, recorré los caminos y el viejo puente junto al molino para acabar disfrutando de una auténtica pinta de cerveza en la “Taberna del Dragón Verde”.
#4. Visitar las cuevas iluminadas por miles de glowworms en Waitomo (¡Ojo si sos fóbico a los gusanos!)
En la total oscuridad, a bordo de una barca mecida por el sonido del agua subterránea, alzarás la vista y… Si alguna vez has querido ver un cielo estrellado dentro de las entrañas de la tierra, éste es el sitio. Verás miles de glowworms brillando en el techo de la cueva cual estrellas en el firmamento. ¿Sabés que son? ¡Pequeños gusanos luminiscentes!
#5. Descubrir la cultura maorí en la geotérmica Rotorua
Rotorua como uno de los principales destinos turísticos de Nueva Zelanda: reúne dos atractivos increíbles. Unos parques geotérmicos por doquier en los que podrás visitar las diferentes zonas de geiseres, piscinas y aguas sulfurosas. Pero además aquí es donde está la mayor presencia maorí del país: podrás disfrutar de espectáculos en los poblados tradicionales maorís, conociendo más sobre su cultura y probando el sabroso Hangi.
#6. Remar 3 días en canoa en el Whanganui Journey
Una experiencia que si te animás a hacer no te vas a olvidar: 87 kilómetros de río para recorrer en canoa. Lo mejor es que no se requiere tener entrenamiento porque se rema río abajo. Lo único que necesitás es saber que no te vas a poder duchar durante dos días. El resto será disfrutar de la naturaleza apabullante y virgen que rodea este parque nacional a ambos lados del río.
#7. Maravillarse en el increíble Milford Sound
Los glaciares de la Edad de Hielo esculpieron en Milford Sound un paisaje sobrecogedor. Rodeado de verdes acantilados y paredes que ascienden hasta los más de 1000 metros, recorrerás en barco este fiordo maravillado por las infinitas cascadas que caen desde un millar de sitios hasta llegar al mar, sobre todo después de las habituales e intensas lluvias. Si lo que te gusta es el contacto con la naturaleza, el Milford Track es uno de los mejores trekkings del mundo. En él recorrerás durante varios días estos increíbles paisajes para acabar en Milford Sound. Reza a todos los dioses maorís que conozcas para que la lluvia te respete, posiblemente aun así no tengas suerte.
#8. Recorrer a pie o en kayak Abel Tasman
Entre playas, bosques, focas, kayaks, sol y caminos costeros, el parque Nacional Abel Tasman es uno de los más visitados de todo el país por su facilidad para combinarlo todo. Desde uno hasta varios días lo puedes recorrer en diferentes tramos. A pie o en kayak, durmiendo en cabañas o en campings. ¡Disfruta de las playas de aguas transparentes y de los paisajes boscosos de la ruta costera más famosa de toda Nueva Zelanda! Pero si te quieres refrescar en el mar intenta venir en verano o quizá te arrepientas al meterte en el agua.
#9. Disfrutar del invierno y el verano de Queenstown
El paraíso de montaña de Nueva Zelanda, Queenstown, es la ciudad más encantadora de la isla sur. Pequeña, bucólica y con aires alpinos, es el lugar donde todos vienen en invierno a disfrutar de las mejores pistas de esquí del país y donde los deportes de aventura toman el relevo durante el verano para hacer que la ciudad no descanse. No olvides explorar sus alrededores, ¡hay numerosos rincones que no te puedes perder!
#10. Conducir por la costa oeste de la isla sur
Mientras recorrés Nueva Zelanda en tu autocaravana –que es la mejor manera de conocer el país- también te vas a fascinar con las carreteras, los escenarios, la soledad, el interminable verdor de sus montes salpicados de ovejas… Pero si alguna zona del país acumula los paisajes ruteros más impresionantes, esa es la costa oeste de la isla sur. La carretera, salpicada de montes y acantilados recortados contra el mar, es una maravilla.
Fuentes: Skyscanner / NewZealand.com / Turismo Nueva Zelanda