Empezó cuando era muy chica de la mano de Cris Morena después de ir a un casting a escondidas de su madre: “Tenía 10 años y me llevó mi hermana de 15. Nos fuimos en colectivo las dos solas a Palermo. Nos perdimos. Nos metimos en la cola equivocada… Mi mamá casi nos mata. Se enteró cuando me llamaron porque me querían volver a ver”. Desde Chiquititas a Teen Angels, creció en la pantalla: hoy tiene 26 años y lleva 15 en los medios. Pero nunca se quedó. Cuando ya tenía allanado el camino de la actuación quiso ser una artista pop: su tercer disco, Brava, se convirtió en disco de oro a menos de un mes de lanzamiento y ya gira llenando en estadios por todo el país y América Latina. “Esto es mucho más de lo que soñaba cuando empecé”, dice ahora, la chica de Parque Patricios, hija de una madre visitadora médica y un padre entrenador de fútbol, de las amigas de siempre que nunca perdió. Ahora, con el estreno de la Acusada, de Gonzalo Tobal, termina de posicionarse como una actriz popular ya no sólo para las adolescentes que crecieron a su par viéndola en la tele, sino también para un público distinto.
-No habías hecho nada tan dramático… ¿Te daba miedo mandarte a un papel así?
-No, lo más dramático que hice en realidad había sido en el teatro, Las brujas de Salem, muy intenso, pero nada que ver con esto. Después, fue casi siempre comedia. No lo defino como miedo. Sí quizá como intriga. Porque uno sabe que le pone el alma y que le pone todo pero después de ahí al resultado es otra historia. Pero yo me suelo tirar a la pileta medio de bomba siempre. Porque el guion era tan perfecto…
-Es un papel que te posiciona en otro lugar para el público adulto y el de cine. ¿Los buscaste?
-Me llegó, pero cuando me llegó por conocidos que creyeron que yo podía hacer ese papel, yo le dije al director que quería hacer el casting. Obvio. Hay una cosa muy prejuiciosa del casting en Argentina, que malinterpretamos. A mí me parece tan necesario hacerlo. O sea: Emma Stone hace casting. Porque no están dudando de su capacidad de actriz, sino que necesitan saber si da tu cara, tus ojos, tu cuerpo. Así que cuando Gonzalo me quiso ver, yo le dije: Obvio, claro, te lo iba a pedir. Ya desde el principio tuvimos un entendimiento. Para mí
–¿Cómo fue preparar a esta chica acusada de matar a su mejor amiga?
–Para mí fue fascinante: me volvió loca todo el mundo de los criminólogos, los peritos forenses, de los abogados. La frialdad con la que hablan de los cuerpos, ese mundo tan intrigante. Creo que lograr esa cosa tan contenida de la expresión de Dolores, de decir y no decir, de hablar menos y mirar más… Eso era lo que se me hacía más difícil.
-¿Sentís que podrías haber hecho antes este papel?
-Mirá, yo estoy feliz y me impactó la peli, pero yo creo que pasa más que les impacta a otros más que a mí. Creo que es más la costumbre del otro de etiquetar al artista que para uno ese salto. Para mí la búsqueda artística es lo que vos tenés ganas. Y el público queme sigue si me quiere ver me verá. Pero yo no busco cumplir con la expectativa de los demás de qué clase de artista tengo que ser.
-¿No te presiona ese público tan fanático que tenés?
-Yo soy muy muy exigente y en general me cuesta muchísimo verme pero en este caso lo que me pasó fue que me senté a ver la película y me olvidé fe que era yo la que estaba ahí. Me olvidé de que si el plano o el otro plano. Y si me sintiera presionada, me estaría dejando comer por el sistema. A mí me da alegría dar otra cosa al público, porque el público consume arte. Aunque me sigan a mí. Cuando hace tres semanas saqué el disco y dijeron que era muy distinto al otro, yo dije: “¡Por suerte!”.
-¿Te aburre repetirte?
–Me aburre mucho repetirme. No puedo. Mucho, mucho. Y si no me vienen a buscar para hacer algo distinto, lo salgo a buscar yo.
-¿Te imaginabas esto?
-Yo sí, yo me creía todo. Y mis viejos era como que me querían calmar. Muchas veces son los entornos los que bajan los sueños de los chicos. A mí me decían “bueno, mirá que eso es para otros”. Porque yo era una chica de clase media baja y mis viejos, como muchos padres, te lo dicen porque no quieren que sus hijos se frustren. Pero te dicen cosas que en el fondo no son reales. Yo sé que no les pasa a todas las personas esto, que de alguna manera tengo suerte o soy una elegida. Es posible. Pero yo cuando era chica era una irreverente de mierda. Porque yo nunca pensé que no podía o que eso no era para mí, como me decían.
-Tenés 26 años …
-Yo ya me siento grande. Ya me siento grande.
Texto: Ana Césari.