La disfluencia o tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla; que consiste en una alteración del ritmo y la fluidez verbal, que se caracteriza por repeticiones indeseadas de sílabas, palabras o frases, acompañadas de interrupciones espasmódicas de la conversación, que producen angustia y son difíciles de controlar.
El origen de la tartamudez está en la falta de coordinación de los movimientos periféricos del habla, pero no se conoce su causa. Esta afección, al igual que el resto de las alteraciones del habla, tiene una mayor incidencia en los varones (cuatro veces más que en las mujeres), y se manifiesta normalmente entre los tres y los seis años. Cuando se inicia en la edad adulta suele estar relacionada con un acontecimiento traumático o una lesión en el sistema nervioso.
“La mayoría de los niños que tartamudean, comienzan a hacerlo entre los 2 y los 5 años. Aunque una persona puede comenzar a presentar síntomas a cualquier edad– explican la licenciada Maria Alejandra Kucera, especialista en lenguaje infantil y en disfluencias y María Josefina Pérez Berbain, especialista en Lenguaje infantil y en Trastornos de la fluidez del habla, y continúan- es poco frecuente que el cuadro se inicie en la edad adulta, ya que cuando un adulto la presenta es tras persistir la sintomatología de inicio en la primera infancia o por otro tipo de desorden (Ejemplo: subsecuente a un traumatismo de cráneo). En general aparece en forma gradual pero también puede ser repentina. Se da de modo cíclico, esto es, los síntomas aparecen, luego pueden desaparecer por días y vuelven a aparecer. La severidad también es muy variable. Si bien no hay una edad específica en la que la sintomatología desaparezca, el 80% de los niños con disfluencia se recuperan. El riesgo de que la tartamudez persista es mayor en varones; en personas con antecedentes familiares; en niños cuyo inicio de la sintomatología se expresa luego de los 3 años 6 meses y si los síntomas han permanecido durante más de 14-18 meses antes de recibir atención especializada. Aumenta incluso más, luego de 3 años de evolución, y también según la severidad y la existencia de comorbilidad con trastornos del lenguaje o cognitivos».
Cabe destacar el rol de la familia a la hora de ayudar a los niños. Desde la casa es muy importante generar un ambiente de comodidad comunicativa. Lo más importante es mostrarle al niño una actitud positiva y natural respecto a su habla, en relación a la comunicación y asimismo, como comunicadores. Será muy importante entonces, reforzar la comunicación con comentarios positivos respecto a su habla (sea o no fluída) como: “Me encanta como hablás”, “ Qué lindo lo que me contaste”, “Me gusta mucho hablar con vos”. La psicóloga especializada en niños Constanza Spatuzza refuerza este concepto “lo más importante es tener paciencia, no terminarles las palabras, no sentirse presionados darles tiempo a la hora de expresarse, que puedan expresas sus emociones ya que a veces no encuentran lugar para descargar sus emociones”.
¿Cuándo los padres deben reaccionar y llevar al niño al especialista?
Si bien la consulta puede realizarse a cualquier edad y en cualquier momento, los padres de un niño deberían consultar lo antes posible con un fonoaudiólogo especializado o capacitado en disfluencia o tartamudez si observan lo siguiente:
* Esfuerzo evidente para hablar.
*Repite un número infrecuente de veces sonidos, sílabas, palabras o partes de palabras (Ej: ma-ma-ma-mamá).
*Prolonga sonidos (Ej:” mmmmamá”) o hay palabras que quedan “rotas”(“ Ma…./ má”) o salen los sonidos al comenzar una frase (Ej:”……………mamá”).
*Se pone colorado, parpadea, o realiza gestos con la cara o el cuerpo que acompañan el esfuerzo para hablar.
*Refiere sentir incomodidad al hablar.
*Presenta conductas de evitación del habla (Ej: sustituir palabras, dejar inconcluso lo que estaba diciendo, emplear una voz susurrada y/o no hablar en determinadas situaciones).
*Si existen antecedentes de disfluencia o tartamudez en algún miembro de la familia y aparecen síntomas en el habla.
*Si los síntomas coexisten con dificultades en el desarrollo del lenguaje.
*Si tienen dudas acerca de los síntomas, sienten preocupación y presienten que lo que observan no es lo esperable en el habla de su hijo.
Las investigaciones indican que el pronóstico de recuperación es mayor si un profesional actualizado proporciona orientación a los padres lo más cercanamente al inicio de los síntomas y en la edad preescolar. La disfluencia tiene un mejor pronóstico si se evalúa e interviene pronto.
Sí continúa en la pre adolescencia ¿qué se debe hacer?
Los años escolares son críticos en el desarrollo de la tartamudez de un niño escolar ya que las dificultades que podemos observar en el habla suelen incrementar en complejidad y consistencia. Además, durante esta etapa de mayor sociabilización pueden comenzar a surgir episodios de burlas donde la terapia fonoaudiológica le brindará estrategias para aprender a manejarse ante estas situaciones pudiendo ser más asertivo y así evitar el impacto negativo en sus ideas y emociones como hablante.
Habitualmente, el común de las personas suele recomendar actividades que favorezcan la expresividad, como el teatro o el canto, lo cual puede ser efectivo en niños o personas donde las manifestaciones de la disfluencia, junto a las experiencias negativas asociadas al habla y situaciones comunicativas, puedan haber comenzado a afectar su autoestima como hablante influyendo en su capacidad para relacionarse.
Asimismo, está demostrado, que cuando una persona con disfluencia o tartamudez actúa o canta, no se traba. Por lo que también puede resultar interesante, para que la persona pueda experimentar fluidez en el habla. Sin embargo los beneficios que estas actividades deberán estar acompañadas de una intervención fonoaudiológica especializada que permitirá conocer de qué se trata su dificultad, promover el desarrollo de una actitud de más asertiva y sin temores frente a situaciones de comunicación al tiempo que se brindan estrategias para hablar más cómodamente.
Asesoró: Lic en Fonoaudiología Maria Alejandra Kucera M.N. 6282. Especialista en Lenguaje infantil y en Disfluencias UBA. Lic. en Fonoaudiología María Josefina Pérez Berbain M.N. 8628. Especialista en Lenguaje infantil y en Trastornos de la fluidez del habla (ECSF).Pertenecientes al Equipo de Disfluencias de la sección de Neurolingüistica. Sector Fonoaudiología. Servicio de ORL del Hospital Italiano de BsAs.y la psicóloga infantil Constanza Spatuzza.