Se trata de unos parches que se ubican en piezas de joyería (aros, relojes de pulsera, collares o anillos) que, al estar en contacto con la piel, permiten que el cuerpo absorba las hormonas anticonceptivas. De esta manera proporcionan cantidades suficientes de hormonas para prevenir el embarazo.
«Cuantas más opciones de anticonceptivos estén disponibles, más mujeres podrán elegir los que más le sastisfacen. Ponerse accesorios ya es parte de la rutina diaria de una mujer, esta técnica puede facilitar el cumplimiento del régimen de medicamentos«, destacó Mark Prausnitz, profesor de la Escuela de Ingeniería Química y Biomolecular en el Instituto de Tecnología de Georgia (Estados Unidos).
Este nuevo método se adapta a la tecnología de parche transdérmico que ya se usa para administrar otro tipo de medicamentos. Pero aún no se testeó en humanos.
Para prever los momentos en que la mujer no lleva joyas, normalmente al irse a dormir, los científicos aplicaron los parches durante 16 horas y luego los retiraron durante ocho.
Las pruebas sugieren que aunque los niveles bajaron en el lapso temporal en el que no se llevaban las alhajas, el parche podría producir las cantidades necesarias de la hormona en el torrente sanguíneo para mantener su efecto anticonceptivo.
«Creemos que hay usos más allá de las hormonas anticonceptivas, pero siempre habrá una limitación de que el medicamento debe ser eficaz con una dosis lo suficientemente baja como para caber en el espacio limitado en el parche«, señaló Prausnitz.