Todo empezó hace más de cinco décadas en un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba llamado Inriville, a 290 kilómetros de la capital y que entonces tenía mucho menos que sus 3700 habitantes de hoy. Ahí creció Marcos Carnevale y era todavía un nene cuando empezó a jugar con ser director de cine. A su modo ya lo era: “Tuve el privilegio de a principios de los 70 ya tener una cámara, una Súper 8, y entonces con mis amigos hacíamos películas que después le pasábamos a nuestras familias y a la gente del pueblo. Ya hacía cine”, dice el director que hoy, a los 56 años, figura entre los creadores del llamado nuevo cine argentino, ese que logró dar vuelta aquella ecuación que equivalía producción nacional a aburrimiento. Y lo hizo con varias producciones que además de llenar salas fueron vendidas al exterior para remakes, tales como Elsa y Fred, Corazón de león, Viudas, El espejo de los otros –entre más de una docena- y que ahora sigue con No soy tu mami, protagonizada por Julieta Díaz, una de sus actrices favoritas, amiga y en este caso guionista, y Pablo Echarri.
Pero antes de todo esto fue un publicitario y un chico Polka: se convirtió en una de las plumas de los éxitos de Pol-Ka: 22, el loco, 099 Central, Soy Gitano, Padre Coraje, Amas de Casa Desesperadas y sigue la lista. En fin, la suma de Martín Fierro para sus tiras da más de 20, incluido el de Oro, y también tiene un Konex. Desde 2007 es el director de contenidos de la productora de Adrián Suar. Lo cual no le impide, parece, también escribir teatro: Child Free, Dos pícaros sinvergüenzas y Adicta a vos entre otras. Él dice que, igual, el cine es su gran amor.
-Otra película con Julieta Díaz y van…
-Con Julieta somos como hermanos, esta es nuestra cuarta película. Hemos hecho mucha televisión juntos,y también teatro. Entonces se generó un vínculo ya de muy amigos, cuasi hermanos, muy confidentes. Y en ese plan, ella tenía un guión que había escrito con Celina Font y, como ella quería empezar a producir también, me pidió que se lo leyera. Y se generó un nuevo guión, y quedó una película muy de mi estilo y entonces ahí me dijo: ¿Y ahora quién va a dirigir esto? Y bueno: me hice el hueco y acá estamos
-¿Te engañó?
–Sí, me engañó un poquito… No hay nada que hacer, las mujeres tienen estrategias más inteligentes. Más allá de eso, me gustó mucho el guión pero sobre todo el tema: la elección de tener o no tener hijos. Mis películas lo que tienen son sobre todo temas, que son aparentemente chiquitos pero son muy grandes, como es la vejez, la soledad, la vida, la muerte, la discriminación, los hijos.
-Los universales que nos atraviesan a todos.
-Son universales pero que a la vez pocas veces nos detenemos a pensar. Qué obligación hay de tener un novio o casarte, o de tener un hijo. No todo el mundo está capacitado para ser padre, porque es un acto de tremenda responsabilidad que hay que pensárselo muy bien, porque hay padres horribles con niños que los padecen y no está bueno que ocurra eso. Me encanta que este planteo esté encarnizado por el personaje femenino, porque estamos en la era de la mujer y de las mujeres que deciden si quieren o no quieren ser madres.
-Pero sigue habiendo una cultura de la maternidad obligada… ¿Cómo zafaste de ese relato?
–Creo que abona un poco más a toda la movida que hay a nivel mundial sobre este tema. El cine genera empatía, por los personajes, con los actores y la información no entra tan dura como entra por ejemplo a través del periodismo o de alguien proclamando una idea, sino que lo hace de una manera divertida, entretenida, romántica, emocional. Yo utilizo mucho esos elementos en mi cine para despertar sobre determinados temas.
-En esto de criar hijos de manera responsable, ¿cómo sos como padre?
–Abono a la libertad individual. Así crío a mis hijos, con total libertad de elección en cualquier aspecto. Solamente intervengo cuando los veo en riesgo de dañarse a ellos o porque pueden dañar a otros. Creo que cada uno es libre de vivir como quiera o como pueda. Pero sin molestar ni obstaculizar a los otros.
-¿Cuál de todos estos temas universales que hablamos es el que más te sacude en lo personal?
-Creo que el contacto humano. Siento que lo estamos perdiendo. Siento que con el advenimiento de tanta tecnología y de tantas alternativas para comunicarnos, nos estamos incomunicando. A nivel físico me refiero. Nos estamos distanciando. Y a veces fantaseo con hacer una película que, así como hay terapias o seminarios de silencio, sea sobre terapias de encontrarse con otros seres humanos a hablar. Creo que en el futuro nos va a costar mucho preguntarle cómo está a otra persona. Siento que vamos a tener que re aprender eso.
Texto: Paula Bistagnino