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11 de noviembre, 2019

Facundo Arena: “La creatividad enriquece la vida”

El autor del libro “Crear o Reventar” explica cómo desarrollar el potencial creativo en todos los aspectos de tu vida profesional, social y amorosa.

A los 11 años programa computadoras y a los 17 publicó su primer libro. Como músico creó “The Kyoto Connection” más de 100 canciones de libre distribución y descarga gratuita que escuchan millones de personas en el mundo. Hoy es co-fundador de una agencia de comunicación y dirige su propia escuela Make es Hacer.

-Yo veo todo lo que hacés y digo ¡qué creativo! ¿Pero qué significa ser creativo?
Ser creativo es tener la capacidad de crear a partir de las propias ideas. Todos tenemos ese potencial o esa capacidad, pero no todos la ejercitamos. La creatividad es una capacidad que forma parte de nuestra esencia como seres humanos y que como tal, debe ser ejercitada, activada y puesta en manifiesto para que se expanda. Lo lindo del proceso creativo es que en la medida en que la creatividad se expande, nos expandimos nosotros también. Uno crece a través de lo que crea, porque en definitiva aquello que creamos también nos va creando a nosotros”.

¿Para que sirve ser creativo?
Para un montón de cosas: para impulsar un emprendimiento, para mejorar una situación, para ayudar a atravesar un problema o desafío, y para muchas otras cosas. Pero más allá de todo eso, creo que la creatividad enriquece la vida misma. Cuando uno hace uso de su creatividad y la pone en manifiesto, todo alrededor se ve beneficiado.

El opuesto a ser creativo entonces sería…
La pasividad, el no hacer, el no manifestar aquellas ideas que nos gustan, nos apasionan o nos inspiran. Lo opuesto a ser creativo es vivir una vida en la que uno se pasa la mayor parte del tiempo reaccionando, en lugar de accionando. Lo opuesto a ser creativo es dejar que las propias ideas se mueran. Soy un convencido de que detrás de todo esto está el miedo a crear, el miedo animarse a dar pasos hacia lo inesperado, el miedo a jugar.

¿La creatividad es sólo para la gente joven?
No, pero hay etapas en la vida en las que se tiende a dejar de lado la propia creatividad en pos de responsabilidades, problemas y preocupaciones. Pero a pesar de ello, la creatividad siempre está ahí, lista para que la llamemos a jugar con nosotros. Solemos ser muy creativos de niños, luego van pasando los años y el juego se hace cada día menos frecuente… y a veces vemos personas mayores que vuelven a jugar, se animan a tener alguna actividad creativa que disfrutan y les devuelve la energía. Por eso considero que es tan importante recordarnos creativos y darnos el espacio para serlo, sea cual fuera nuestra edad: porque nos invita a disfrutar más de la vida, nos energiza y nos hace bien.

¿Cómo descubrimos nuestro objetivo o propósito?
Es fundamental entender que el objetivo o propósito no está tallado en piedra, sino que puede variar según la etapa de la vida de cada persona. Lo importante es encontrarlo a través del hacer, de intentar cosas y de sintonizar con ellas. Solo a través de la experiencia podemos «entender» qué cosas nos apasionan, qué cosas nos gustan y qué cosas no. Y con esa información, podemos decidir. Muchas veces no encontramos un objetivo o propósito porque no hacemos más que «imaginar» que tal cosa no nos gusta o tal otra nos aburre. La premisa es intentarlo, porque al intentarlo le estamos abriendo la puerta a la realidad. Y la realidad te enseña muchísimo de vos, siempre.

En tu libro hablas también de parejas creativas…¿Cómo sería?
Una pareja creativa es una pareja en la cual las ideas y los proyectos de ambas personas tienen lugar de ser y son respetados y valorados. Para que esto suceda, cada uno tiene que entender que la otra persona es un ser humano que tiene sus propias inquietudes, pasiones y proyectos. Y cuando se comprende esto, se construye una vida en común en la que cada uno apoya al otro. Muchas veces de ese respeto mutuo por el potencial creativo del otro surgen proyectos en común que enriquecen enormemente la vida en pareja. La clave, como siempre, es la buena comunicación, la empatía, la paciencia y el amor.

¿Cómo nació la idea de hacer una Escuela Creativa como Make es Hacer?
Nació con el objetivo de ser un espacio de encuentro para personas con ganas de desarrollar su potencial creativo. Y se me ocurrió iniciar este proyecto porque en determinado momento sentí que no había un espacio así, y pensé que quizá yo debía crearlo. Al ser una escuela con foco en la creatividad lo cierto es que está en permanente «reinvención». Hemos realizado cursos largos, cortos, talleres, conferencias y otro tipo de actividades sobre temas diversos, pero todos con un denominador común: la utilización de la creatividad como herramienta de desarrollo personal.

Texto: Karina Bianco