Ya no solo un ingrediente que debe estar en la cocina, sino que cada día se posiciona como una excelente aliada que brinda beneficios maravillosos para la piel. Bien sea que compres productos a base de sal marina, vayas a la playa o simplemente cuentes con ella en tu hogar, te decimos qué usos podés darle para revitalizar la piel.
EXFOLIANTE
Debido a su alto contenido en minerales, es excelente para limpiar la piel, porque absorbe las toxinas e impurezas presentes en ella, deshaciéndose de las células muertas. Con esto lograrás tener una apariencia más limpia e hidratada, además de combatir las arrugas con las exfoliaciones a base de sal marina. Para hacer un exfoliante para el rostro necesitarás una cucharadita de sal marina (fina) y tres gotas de aceite con esencia de lavanda. Mezclalos hasta formar una pasta y colocala sobre tu rostro masajeando circularmente. Dejala actuar por unos minutos y luego retirala con agua tibia. Aplica tu crema facial de preferencia para culminar.
SUAVIZANTE
Gracias a sus propiedades, además de brindarle una limpieza profunda a la piel, también le permite tener una apariencia firme y libre de grasa. La sal marina le devuelve los electrolitos que pudo perder durante el día, lo que hace que no solo se vea más suave y firme, sino también que se revitalice al instante.
BENEFICIOS CURATIVOS
La sal marina tiene propiedades antisépticas las cuales ayudan a limpiar y desinfectar heridas, mejorando y acelerando el proceso de cicatrización en la piel.
DESINFLAMATORIA
Uno de sus principales beneficios es la capacidad para reducir la hinchazón. Sus propiedades curativas actúan sobre los vasos sanguíneos, que al ser absorbida por la piel mejora la circulación en la sangre y reduce la inflamación. Esto puede ser de gran ayuda si eres de esas personas que sufren de varices o de las conocidas «arañitas» en las piernas.
RELAJANTE Y ACTIVADORA DE LA CIRCULACION
Para disfrutar de ellas al momento de tomar el baño puedes hacer tu propia receta de la siguiente manera: dos tazas de sal marina, media taza de aceites esenciales, media taza de bicarbonato de sodio y un envase de vidrio con tapa hermética. Colocá todos los ingredientes dentro del envase de vidrio y dejá que los componentes se fusionen de un día para otro. Al momento de tomar el baño, colocá una cuarta parte del contenido del envase en tu tina caliente.
Fuente: Vix.com