Paola Krum debutó cuando era todavía una adolescente con Pepe Cibrián en Drácula. Llegada desde el mundo de la danza y el acto, entonces no sabía que sería la actuación el eje de su carrera artística y menos aun que iba a convertirse en una de las protagonistas de la telenovela argentina como la figura femenina de parejas inolvidables para toda una generación junto con Pablo Echarri. Pero la chica de Palermo que quería bailar ahora está a punto de cumplir 47 años, lleva dos tercios de su vida en los escenarios y quiere otras cosas. “Ya no tengo edad para ser heroína”, dice hora que acaba de volver a la televisión con un protagónico a su medida. Pero no a la medida de la actriz que fue, sino de la que es hoy.
–¿Te cansaste de la protagonista de telenovela clásica?
–Hoy me siento mejor plantada en todo sentido y este proyecto tiene que ver con eso. Con que es un personaje más real y complejo que el de las heroínas de telenovela más clásicas. Por eso volví. No me resulta fácil volver a la tele porque tengo una hija (Eloísa, de 9 años, a la que tuvo con Joaquín Furriel) de la que soy adicta. Así que la extraño, me da culpa… Pero me encanta este programa.
-Y, además, en una comedia.
-Sí, es una comedia dramática y, más que nada, romántica. Está contado desde un lugar de comedia, aun cuando los personajes padecen situaciones y sus propios conflictos… Pero todo, aún cuando uno la está sufriendo y la pasando como el culo, aún en ese momento, uno puede reírse de sí mismo. Y lo más lindo que tiene el programa es que no es una comedia disparatada en la que uno tiene que hacerse el gracioso. Si no, que las situaciones son graciosas y uno tiene que actuar con verdad.
-Tu personaje es un poco frustrado.
-Sí, todos los personajes tiene algo de frustración porque tienen una vida que no eligieron. Pero el mío en especial. Ella, cuando empieza, la historia está sometida a un montón de situaciones a un matrimonio, a una vida, a una manera de vivir. Pero sin saberlo, es la vida que tiene y que le tocó o eligió de alguna manera. Y no se da cuenta. Llevada por la vida hasta ahí y sucede algo, recibe una noticia, y se da cuenta de que ella nunca eligió qué era lo que quería para su vida. Y hace un cambio brutal, radical.
-Muy lejos de las heroínas que siempre hiciste… ¿Extrañás?
-Es la antiheroína en algún sentido. Es alguien más real. Y yo ya no tengo edad para heroínas. Así que no. No extraño. Creo que ahora tengo que hacer personajes más complejos.
-¿Cómo es volver a la tele después de tanto tiempo alejada?
-Yo estuve haciendo teatro, que me gusta mucho. Creo que es un lugar de mucho crecimiento para el actor y que el actor debe transitar si o si para poder crecer. Así que siento que vuelvo a la tele mejor plantada. Más liviana, con ganas de jugar y estoy en el espacio propicio para eso. Siento que disfruto mucho del programa y del personaje.
-¿Estás más selectiva con los proyectos?
-Yo creo que todos a esta edad estamos haciendo, por suerte, lo que elegimos hacer. Y eso lo que logra es un respeto mutuo, unas ganas de hacerlo que hacen que todo sea mucho más disfrutable y feliz. Yo elijo los proyectos no sólo por el libro y el director sino por empatía con el elenco.
-¿Qué expectativas tenés?
-No tengo ni idea pero sé que el público se redujo por otras cuestiones… La expectativa es otra. Y la mía es pasarla bien yo y que eso le pase también al público. Que lo disfruten como nosotros. Suceda lo que suceda, yo ya estoy feliz con este personaje.
-¿Cómo compatibilizás la vida con tantas horas de trabajo?
-Eso es lo que más me cuesta de hacer una tira, porque son muchas horas las que trabajo, estoy desde la primera hasta la última escena. Eso lo padezco realmente, no porque la pase mal en el trabajo sino porque extraño mucho a mi hija y me da pena que ella pase tantas horas conmigo lejos ahora que justo está de vacaciones y podríamos compartir más. Lo sufro de verdad.
-¿Calidad no suple cantidad?
-Y… Yo creo que los chicos necesitan tiempo. De calidad, pero también cantidad. Porque además yo cuando llego a casa no sólo estoy cansada sino que encima tengo que estudiar para el otro día.
-¿Te gustaría volver madre?
-Noooo, ya está para mí. Amo a mi hija, soy adicta a ella. Pero no.
Texto: Ana Césari.