Hay múltiples versiones: largo y de tul, versión redecilla, prendido a un arreglo de flores, tipo cola con encaje… En cualquier caso, un detalle que da un toque espectacular al look de la novia. Si hasta hace poco veíamos que el velo era exclusividad de las bodas reales o de las muy clásicas, ahora es tendencia entre las novias más jóvenes. Basta verlas en pasarelas y películas para advertir que se ha convertido en accesorio glamoroso, ya sin su significado tradicional, más religioso y vinculado a la pureza de la novia.
Para el 2014 la tendencia manda importantes vestidos de encaje con espaldas muy elaboradas, plenas de detalles y velos especialmente cortos o largos pero dobles. De todos modos, no se usa el doble velo sobre la cara, sino a modo de campana, uno para atrás y otro hacia delante. En general se los hace en conjunto con el vestido, pero el velo vintage también puede ser un acierto. ¿Te animás?