Enclavada en una verde colina que se derrama sobre una amplia laguna con oleaje propio y con vista del océano, la casa fue concebida como una sucesión de bandejas descendentes: techo y plataforma, cemento y paisaje.

La intención fue que se integre al paisaje en forma aterrazada, emergiendo en planos horizontales de piedra, césped y agua, realzados por la geometría de pequeñas torres. Estas se ubican alrededor de la losa de concreto que flota sobre la casa y el paisaje y que finalmente ancla en el centro mismo del proyecto.

El sendero de ingreso emerge entre los arbustos de los alrededores y se interna gradualmente en la construcción, a través de escalones flanqueados y encuadrados por paredes y patios.

La casa en sí misma está estructurada a lo largo de un eje longitudinal claramente definido que comienza en el camino de entrada y la divide en dos. Este eje conecta hacia el este con el ala de los niños y hacia el oeste, con el ala de los padres. Al mismo tiempo, la linealidad del esquema define una cara más cercana a la tierra y otra que mira hacia el mar. La primera está protegida y aislada de la vista; la segunda, abierta a los decks y al paisaje.

Entrelazando los interiores y exteriores –los cuartos con las terrazas, las piletas con los patios, los techos con los jardines–, este eje longitudinal se convierte en un paseo que une una sucesión de espacios pensados algunos para la intimidad y otros como áreas sociales.

Los materiales elegidos son hormigón a la vista, mampostería blanqueada y piedras del lugar.

El agua es omnipresente: forma parte del paisaje y puede contemplarse desde la casa por medio de vistas encuadradas con precisión. También es componente de la construcción, como en la piscina con borde infinito, cuya caída libre es a la vez una cascada, fuente de imagen y sonido.

El verde de los techos, está compuesto por plantas –uña de gato– que crecen entre arena y grava, materiales que administran el agua de lluvia, regulan la temperatura interior y  favorecen la integración de la casa al paisaje.

La trayectoria de LMP

Fundado en Buenos Aires, en 1975, el estudio Lacroze Miguens Prati Arquitectos ha tenido una trayectora profesional ininterrumpida, con práctia registrada y oficinas en Buenos Aires y Nueva York.

La diversidad de las obras de LMP abarca proyecto y dirección de casas, arquitectura en propiedad horizontal, obra institucional y comercial, desarrollos turísticos, planeamiento urbano, arquitectura patrimonial y emprendimientos propios, en los que realiza la gestión estratégica de toda la obra.

Ha ejecutado proyectos en más de doce países y en diferentes provincias de la Argentina. La envergadura de sus obras mereció –en abril de este año– una retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta.

Ficha técnica
Ubicación: Laguna de José Ignacio, Punta del Este, Uruguay.
Año de construcción: 2006.
Proyecto y dirección: Lacroze Miguens Prati Arquitectos, www.lacrozemiguensprati.com
Diseño: 2005
Construcción: 2006