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30 de agosto, 2013

Con el frente curvo

En el barrio Santa Bárbara, en Tigre, surge esta casa que calca en su frente el lado curvo del terreno. Una pared de hormigón, apenas perforada, arma el funcionamiento y la estructura de la vivienda.

 

El terreno tiene tres lados y una superficie de 1.500m2 con orientación sudeste hacia la laguna.

La casa, de 800 m2 -para una familia con dos chicos de 8 y 12 años- se desarrolló en tres plantas, una de ellas semienterrada, que contiene los servicios, el área de huéspedes y el home theater. La planta de acceso aloja el área social y la cocina, y está ampliamente relacionada con el espacio exterior. En la planta superior, se encuentran los dormitorios.

A pedido del propietario, se cerró la visual a la calle con un muro de hormigón a la vista, que se toma a la curva del terreno y constituye el gran gesto arquitectónico del proyecto. Este gran plano vertical está perforado por vanos estratégicamente calados en su superficie, que permiten tamizar la luz y el sol, que penetran desde el Norte, en toda la casa.

El muro de hormigón no solo es el gran elemento compositivo que arma el funcionamiento de la planta, sino también lo hace estructuralmente. De él cuelgan como bandejas, las losas de los tres niveles que conforman la casa y que hacia el lado de la laguna, se integran en una fachada absolutamente acristalada, abierta al paisaje. Esta fachada queda dividida en dos por la piscina que, como una continuación de la laguna, se adentra en el volumen de la construcción.

El proyecto privilegia la relación con el entorno natural y la luz.

La casa, está en constante contacto con el paisaje circundante, ya sea a través de los vanos en el muro de hormigón,  los patios ingleses del subsuelo o a través de todos los espacios semicubiertos  bajo losa o bajo pérgolas de madera, que continúan el interior en el exterior.

Este mismo efecto se logra con enormes entradas de luz cenital en sectores estratégicos como la escalera, el toilette, el baño principal y los baños de los chicos.

La casa se transforma a lo largo del día de acuerdo al paso del sol. De mañana, a través de la fachada de cristal, el sol baña toda la casa. Por las tardes, revive el gran muro de hormigón y sorprende en el interior la luz que se cuela por sus aberturas.

 

 

Estudio Barrionuevo – Sierchuk arquitectas

www.barrionuevo-sierchuk.com