Este pequeño país de 256.730 kilómetros cuadrados, dividido en dos hemisferios por la línea del equinoccio, se divide además en cuatro mundos por su geografía y cada turista puede disfrutar de sus preferencias: Galápagos, la Costa, Los Andes y sus volcanes, y la verde Amazonía. Está considerado el país de mayor diversidad del mundo, en relación con su superficie.
Los ecuatorianos se presentan a sí mismos como “amantes de la vida” y poseedores de un paraíso sostenible que se han comprometido a proteger en su mega diversidad natural, cultural y humana.
Quito, la capital, de notable pasado colonial con altares bañados de oro en sus antiguas iglesias y Cuenca, al sur, con su legado hispano y sus casas de fachadas blancas en medio de un paisaje encantador, han sido declaradas ambas Patrimonio Cultural de la Humanidad.
¿Por dónde empezar?
Podemos ingresar a Ecuador por uno de sus dos aeropuertos internacionales: el de Guayaquil en el sur, cercano a una profunda bahía y delta que se abren al Golfo de Guayaquil, muy cerca de donde comienza la larga línea de playas sobre el Pacífico.
Antes de entrar en la Ruta del sol, o Ruta estatal E15 o Troncal del Pacífico, puede ser atractivo hacer un breve paseo por Cuenca, con su arquitectura característica que armoniza con su hermoso entorno geográfico. Tiene fama mundial por sus muchas actividades culturales.
Otro punto que atrae a muchos turistas es Vilcabamba, en la sureña provincia de Loja, llamado valle de la longevidad, por la cantidad de habitantes que superan los 90 y hasta los 100 años. Además es una región con infinidad de bellezas naturales, un bosque petrificado, una enormidad y variedad de aves. Todo eso sumado a la amabilidad y la sonrisa siempre presente de sus habitantes.
Todo cerca y diferente
Al visitar Ecuador se recorren a la vez varias regiones y distintos ecosistemas de la Tierra. Dicen los locales que en solo 30 minutos de vuelo, partiendo desde Quito –en plena montaña andina– uno puede llegar a la selva amazónica. Y en el mismo tiempo, desde el mismo punto de partida tomar el sol en las blancas arenas de la costa. Desde allí, en menos de 90 minutos de vuelo es posible aterrizar en las islas encantadas de Galápagos.
En camino
Antes de salir de Guayaquil, la Perla del Sur y una de las principales ciudades portuarias de Sudamérica, se impone una caminata por el Malecón 2000, con su vista del río Guayas. Allí se encuentran tiendas, bares, museos y un teatro, el IMAX. Para una vista de toda la ciudad se puede subir al cerro Santa Ana por las escalinatas y cruzar a través del antiguo barrio Las Peñas hacia el Faro. O bien partir hacia el suroeste a la Ruta del cacao, para conocer una de las haciendas productoras y saborear un delicioso chocolate ecuatoriano.
A la mañana siguiente conviene salir temprano hacia Salinas, en la provincia de Santa Elena, una ciudad moderna y próspera frente a la playa. En ella se practican deportes náuticos como windsurf, jet-ski, buceo y pesca deportiva, o simplemente se disfruta del aire marino y el sol, para seguir luego por la “Ruta del sol”, que se extiende por 748 Km, y gozar del paisaje costero, los pueblitos de pescadores y el cambiante paisaje marino, que en algunos tramos es azul profundo y en otros verde como la vegetación. A continuación se puede hacer una parada en Punta Carnero, si le gusta la pesca o más adelante, en Montañitas. Esta es una de las playas más concurridas del país y sus olas perfectas atraen en especial a los surfistas internacionales.
También vale la pena visitar el Museo de Salango donde se exhiben remanentes de las culturas precolombinas.
El próximo destino es Puerto López, para pernoctar quizá en alguna de las hosterías frente al mar, a las puertas del Parque Nacional Machalilla. Esta es una playa excelente con muy buena gastronomía de la costa ecuatoriana. A pocos minutos se encuentra la playa de Los Frailes, sin restaurantes ni hoteles porque pertenece al Parque Nacional, pero ideal para nadar un poco en sus bellísimas aguas color esmeralda antes de regresar al hotel.
Tres pequeñas playas de la provincia de Manabí (Puerto Rico, Aléndaluz y Piqueros) invitan a degustar delicias de la región, disfrutar de la playa e incluso acampar.
Es una buena idea pasar la noche en alguna hostería o camping cercanos al Parque Machalilla para emprender por la mañana una excursión a la isla de la Plata. Esta pequeña isla permite observar especies similares de aves y fauna a las que se encuentran en las Islas Galápagos, por lo que se la conoce como “Pequeña Galápagos”. Es además un lugar ideal para bucear o practicar el snorkel. Entre junio y septiembre se pueden observar las ballenas jorobadas, que llegan para su apareo y reproducción.
El recorrido nos lleva ahora hacia Montecristi, lugar donde se hacen los grandes sombreros de paja con motivos de colores.
A continuación llegamos a la playa de Manta para pernoctar en algún buen hotel frente al mar.
Desde aquí uno tiene varias opciones: embarcarse hacia Quito, hacer el recorrido de vuelta a Guayaquil y conocer algo más de los pueblitos costeros, o bien seguir hacia el norte, a la ciudad de Bahía de Caráquez, la ciudad ecológica de la costa ecuatoriana.
Quito
Si opta por Quito, en el norte entre las montañas, podrá apreciar el fenómeno de la latitud 0º. Muy cerca de allí la línea del equinoccio atraviesa el país de este a oeste y allí no existe la latitud. Así que con solo dar un pasito se puede pasar del hemisferio Norte al Sur del mundo, en un instante, o pararse en ambos al mismo tiempo. En este lugar las sombras desaparecen ante el sol vertical del mediodía. Sobre la línea equinoccial imaginaria se levanta el monumento principal de la Ciudad Mitad del mundo; sobre su cúspide se encuentra la esfera terrestre, y en la tierra hay tallada una línea que separa los dos hemisferios.
El descubrimiento de que aquí se encontraba la mayor anchura del planeta terráqueo la hizo el científico francés Charles-Marie de la Condamine, que en 1736 viajó con su equipo a Sudamérica para hacer sus mediciones.
Islas Galápagos
Son 13 las islas principales que forman uno de los parques nacionales más importantes y más bellos del mundo. Hay además seis islas menores y decenas de islotes de origen volcánico. El archipiélago se encuentra a unos 1.000 km de la costa ecuatoriana y está protegido en un 97% de su territorio. Se considera que estas islas son un laboratorio viviente y, ya en el sigo XIX, Darwin lo calificó de “único en el mundo”.
Sus arenas blancas son una delicia para el caminante, así como los bosques de cactus son delicia para los ojos, junto con las reservas de tortugas gigantes y las aves de mil colores. Entre ellas observamos los flamencos y pingüinos. Los exóticos piqueros de patas azules, patas rojas o enmascarados, pinzones, albatros y fragatas. En fin muchas especies que no existen en ningún otro lugar del planeta.
La capital de las islas es Puerto Baquerizo Moreno, que se encuentra en la isla San Cristóbal. Otras atracciones de esta isla son la laguna El Junco, el León Dormido, la Isla Lobos y el Cerro Tijeretas.
En la isla Santa Cruz está instalada la Estación Científica Charles Darwin que trabaja en proyectos de preservación. Allí se encuentran las tortugas gigantes llamadas galápagos que viven alrededor de 150 años. Hay muchos otros puntos donde habitan estas especies endémicas y se las puede observar.
La reserva marina, así como el archipiélago fueron declarados “Patrimonio Natural de la Humanidad” por la UNESCO y son uno de los siete puntos más importantes de la tierra para la práctica del buceo de superficie y de profundidad. En las inmersiones los visitantes pueden compartir el espacio acuático con ballenas, manta-rayas, peces espada, tortugas y lobos marinos, tiburones martillo, tiburones ballena y otras especies impresionantes. Siempre claro, que su corazón se los permita…
Vías de llegada
• Por los aeropuertos de Guayaquil o Quito, hay viajes directos desde Buenos Aires y otros con alguna escala, lo que abarata su precio. El costo del pasaje ronda los 800 dólares. La compañía que ofrece más descuentos es LAN.
• Dentro del país el transporte más utilizado y económico es el bus, incluso para turistas. Existe en Ecuador una buena infraestructura vial y se puede viajar en auto, van o bus de una manera relativamente fácil y rápida. Los taxis son seguros, limpios y económicos.
• Otra opción cómoda es alquilar un auto al llegar para pasear al propio ritmo. Existe una gran variedad de compañías que los alquilan.
• El tren es también un atractivo turístico.
Dónde alojarse
• Se puede optar por un hotel de lujo o de varias estrellas así como por pintorescas hosterías en medio de bosques, haciendas en las afueras de las ciudades o hostels.
• También hay oferta de habitaciones en casas particulares para compartir con los nativos sus costumbres.
• La comida es variada, al estilo ecuatoriano y conviene ir probando de a poco. Hay una enorme variedad de frutas y verduras.
Texto: Silvia Ostrovsky
Fotos: Gentileza Ministerio de Turismo del Ecuador