Acercarse a la Naturaleza es, para chicos y padres de hoy, un doble desafío. Para los más chicos, porque está todo por descubrir, tocar, oler… Y para los más grandes, porque debemos tener conciencia de que ellos heredarán la Tierra, la casa de todos, que debe ser valorada. Sin embargo, poco podemos hacer si no les ofrecemos un contacto directo con la fauna y flora que nos rodea, con la tierra y el agua, con un poco de barro y ganas de jugar.
Compartir con ellos un tiempo al aire libre debe convertirse en la gran posibilidad de disfrutar del verde. Gabriela Escrivá, Técnica en Floricultura y Jardinería, escritora y docente, desarrolló un programa de huerta educativa para chicos de primaria, con resultados más que halagüeños: “los chicos se enganchan con el verde, tocan la tierra, aprenden a trabajarla y disfrutan de los productos de la huerta”. Y si bien ese puede ser el primer contacto, lo que sigue es más interesante “aprenden a disfrutar del aire libre, conocen las aves, los yuyos, las plantas comestibles y comparten con generaciones anteriores conocimientos: muchos abuelos saben los nombres de los pajaritos que ven y juntos lo buscan en Internet, aprenden sus costumbres e incorporan información en su propio disco rígido”.
La consigna, lógicamente, es llevarlos y, al mismo tiempo, dejarse llevar. “La observación de la Naturaleza, el cuidado de las especies en peligro e ir aprendiendo de a poco es una materia siempre pendiente –dicen en la Asociación Ornitológica del Plata–, la que debe llevarse a cabo entre padres e hijos, en necesario conjunto”.
Por su parte, Alejandro Tablado, que es Curador del Museo Argentino de Ciencias Naturales, promociona las múltiples actividades que el museo tiene para los chicos. Estas propuestas van desde la visita a los gigantes dinosaurios, a la evolución de las especies, pasando por charlas especiales sobre historia de la Tierra, paleontología, clasificación biológica y mucho más. “Es un buen arranque, conocer… y luego, es fundamental el ejemplo –destaca Tablado– si los chicos ven que nosotros, sus padres, amamos y disfrutamos la naturaleza, ellos tomarán el ejemplo y harán lo mismo”.
Y si nos vamos de camping…
Vivir al aire libre, sin las comodidades del hogar, sin un amplio menú disponible y con lo indispensable, es algo así como “sobrevivir”. Y es el camping un buen lugar para compartir con ellos una vida más agreste. Arreglarse con los enseres mínimos, dormir bajo la luz de la luna y levantarse apenas sale el sol, invita naturalmente a amigarse con los “bichos”, perderle el miedo a otros y descubrir lo natural.
Además de los campings específicos, también hay que tener en cuenta que en nuestro país existen 30 Parques Nacionales, 250 Áreas Protegidas, 6 Reservas Naturales y 3 Monumentos Nacionales que ocupan aproximadamente el 4% de la superficie, esto es una amplia gama de paisajes que se pueden recorrer para vivir en ellos un sinnúmero de aventuras. La posibilidad de conocerlos a fondo con visitas guiadas está abierta todo el año y esa puede ser, quizás, una segunda alternativa para los amantes del verde, que podrán empezar por casa, coleccionando y clasificando hojas, bichitos y piedras. Luego… el mundo natural los espera.
Obra en composé
Para aquellos que se lleven bien con las tareas manuales, una propuesta que suele tener adeptos es hacer un collage natural. Su concepción es simple y el tema libre. La idea es recolectar –sin depredar– hojas de distintas formas, colores y tamaños, pequeñas piedras, trozos de corteza de árbol, plumas, pétalos de flores y otros elementos naturales que se encuentren a disposición del artista. Luego, pegar con cola vinílica o pistola de silicona, sobre un cartón lo recolectado formando, por ejemplo, un caminito, o bien recreando el paisaje con dibujo y rellenando con las hojas, plumas, piedras, etc.
El equipo aventurero
Check list para una tarde de campo:
* Llevar siempre ropa y zapatillas cómodas
* Si los pastos son altos, mejor pantalones largos
* Brújula
* Papel y lápiz
* Cámara de fotos
* Lupa
* Binoculares
* Gorro y protector solar
* Si tenés, una guía de la fauna y flora del lugar
* Bolsitas o sobres de papel para guardar los hallazgos
* Mochila y cantimplora con agua
¿Qué hacer?
Para tentar a que diferentes aves lleguen al jardín o hasta un lugar tranquilo de una plaza o parque, se puede fabricar un comedero para pájaros. Se debe conseguir para ello una piña, ligeramente abierta, untarla con margarina o manteca y adherirle semillas de girasol o pepitas de zapallo. Las aves se acercarán al comedero y será buen momento para identificarlas o, discretamente, fotografiarlas.
Observación de la Naturaleza
Para descubrir la Naturaleza en todo su esplendor, lo primero que tenemos que hacer es: silencio. Los animales y aún los insectos detectan nuestra presencia y “huyen”, por lo tanto, si queremos conocer a los verdaderos habitantes de un lugar, debemos tener paciencia, buscar un lugar poco transitado y quedarnos ahí para aguzar nuestros sentidos.
Quietos y callados, el oído será el primero en detectar lo que ocurre alrededor: viento, corriente de agua próxima, pájaros… Después, la vista tendrá tiempo de hacer lo suyo y podremos encontrar insectos diminutos en la corteza de los árboles, huellas de animales, nidos, hormigueros y muchísimo más.
Finalmente también las manos podrán reconocer texturas en las hojas de los árboles, la corteza, las patitas de los insectos que se posen en nosotros, la suavidad de las plumas etc.
Y no te olvides que, para poder ver en acción a los animales, siempre es mejor la primera hora de la mañana y la última de la tarde.
Tu huella ¡no!
Proteger las áreas silvestres de nuestra propia presencia, es fundamental. Por eso, diferentes organizaciones dedicadas al avistaje de aves y conservacionistas, como la Asociación Ornitológica del Plata y la Fundación Vida Silvestre, recomiendan a sus socios: no dejar rastros. Para ello, se debe:
* No salir de las rutas de excursión: alejarse implica pisotear terrenos protegidos y asustar a los animales.
* Acampar únicamente en lugares autorizados.
* Hacer fuego sólo si es necesario y en lugares habilitados para eso, lejos de los árboles y pastizales.
* No dejar basura en el lugar: mejor llevar una bolsa, ir recolectando nuestros residuos y deshacerse de ellos en el lugar adecuado.
* Nunca dar de comer a los animales silvestres, podemos dañarlos con nuestros alimentos.
* Evitar hacer ruido: espanta a los animales y hará más aburrida nuestra salida.
Texto: Adriana Cabrera.
Fotos: Istockphoto.