Un clásico que vuelve para hacer furor en deco y moda. Inspirado en el tablero de ajedrez, es sinónimo de distinción. Es un patrón sencillo, básicamente blanco y negro, aunque también puede hacerse en otros tonos, por lo general no más de dos y siempre combinado con blanco. En deco remite a un efecto tradicional en cocinas y baños, mientras que en el ámbito de la moda se asocia a Courrèges, hoy en un look minimalista muy años ‘70.