Española, apasionada, arquitecta, talentosa, diseñadora Patricia Urquiola: “Yo abrí mi estudio bastante tarde, me llevó tiempo aceptar que podía estar en primera línea y que eso iba a ser algo bueno. Quizás haya sido un prejuicio por ser mujer”. Con esa confesión, la asturiana radicada en Milán definió el punto de partida de una charla amena sobre su brillante carrera, un racconto jalonado por anécdotas festejadas por un auditorio de diseñadores y arquitectos que colmó el Teatro San Martín, en el cierre de las jornadas DArA ID.
Urquiola dejó en claro que finalmente ha derrotado su prejuicio y que justamente su mirada femenina le ha permitido desarrollarse plenamente y situarse en el podio del diseño internacional.
Para lograrlo, sus pasos la llevaron desde Madrid (donde se graduó como arquitecta) a Milán (¡la cuna del diseño!) siguiendo a un amor, su primer esposo: “Con 30 años de vida en Italia tengo un doble corazón, mis hijas son italianas, mi marido también”, apuntó, verborrágica y verosímil (no pudo evitar luego que se colaran algunas palabras en italiano).
En 2001, a sus 40 años, Urquiola abrió su estudio de diseño en Milán, luego de haber colaborado con los maestros Archile Castiglione, Vico Magistretti y Piero Lissoni. Desde entonces, ha acumulado premios varios y tiene el privilegio de que dos diseños que llevan su firma (la silla Fjord y la lámpara de mesa Bague) permanezcan expuestos en el prestigioso Museo de Arte Moderno de Nueva York.
“Siempre pongo en mis presentaciones una viñeta de Mafalda que dice que la vida empieza a los 40 años, ¡pero la vida se inicia mucho antes, no entiendo nada!, dice la niña”, comparte la diseñadora, para quien el tiempo es esencial, como el aire y el agua. Por eso, y con la practicidad que caracteriza al género femenino, Urquiola decidió reunir en un mismo lugar su estudio y su hogar, para «eliminar el tiempo muerto» y repartirse mejor en sus roles de madre y profesional.
Fue otra mujer, Patricia Moroso, quien empujó su proyección internacional al confiarle varios diseños para su compañía: “Me dio credibilidad, es como un premio cuando lo ganas de joven, necesario y algo difícil de explicar”, comentó la española, que se caracteriza por tener siempre una mirada atenta sobre todo lo que la rodea.
“Los designers estamos todo el día creando nuevos objetos, me preocupa mucho el footprint”, sentencia Urquiola en un trayecto de su conferencia. Ella se ha referido con frecuencia a la responsabilidad que tienen los diseñadores en abarcar todo el ciclo de vida de sus creaciones y en idear también la forma en que ese objeto se pueda desarmar para recuperar o reciclar componentes.
Curiosidad, imaginación y libertad creativa
Interesada en la dualidad entre lo tecnológico y lo artesanal, Urquiola experimenta habitualmente con las raíces (no solo las propias, aclara), aquellas culturas que ha ido encontrando en sus frecuentes viajes.
Es así como muchos de sus trabajos se han inspirado en paisajes, objetos, vestimentas, todo puede alimentar su ávida personalidad: “Si no estamos atentos, nos perdemos mucho”, advierte la creadora de objetos (sillas, sillones, mesas, luminarias, baldosas, interiores de autos) y espacios (casas e interiorismo de hoteles en particular) para las marcas y empresas de diseño más importantes del mundo.
Lejos de tomar una actitud feminista, Urquiola asegura que resulta muy difícil intentar toda la vida estar a la altura de los hombres y que, por el contrario, hay que relajarse: “No me encuentro nada masculina. Al final estoy descubriendo que el mundo se está volviendo cada vez más femenino”, bromea.
En cierta forma, esta prolífica profesional ha feminizado el diseño, no en el sentido de contraponerse a una alternativa predominantemente masculina, sino por destacar en sus trabajos la conexión íntima con las cosas que caracteriza a su género: “Trabajo mucho la empatía”, afirma. Y explica que suele ser reacia y malhumorada con sus clientes al inicio de un proyecto como una forma de protegerse porque “soy muy apasionada, no me se separar”.
Los críticos definen su trabajo como “fresco, innovador, universal, la combinación perfecta entre forma y función”. Y ella misma, como “ecléctico, variado y diverso”. Tan diverso como sus fuentes de inspiración. Cuenta Urquiola que en el período de lactancia de su hija menor permanentemente le mencionaban a los anticuerpos: “Me inspiré en su forma de estrella y los anticuerpos quedaron vomitados y cristalizados en una silla”, comparte en referencia a la línea de sillones Antibody (Moroso, 2006). El tapizado posee una suma de triángulos de tela que se asemejan a pétalos y que cuando se levantan revelan distintas texturas y colores. En la silla Smock, por su parte, el trabajo artesanal en los laterales refiere al punto smock, aquel tradicional bordado en el canesú de los vestidos para niñas (y en los de Julia, su hija mayor).
Otra forma de ver
Productos mórbidos, coloridos, funcionales, con una fusión armoniosa entre la tecnología y la artesanía, son la huella que Urquiola ha ido imprimiendo en su trayectoria: “Yo tengo que sentir lo que hago. Si no funciona, lo cambio, siempre para adelante. El camino se va haciendo, Antonio Machado lo dejó clarísimo”, su filosofía, en primera persona.
Algunos de sus mejores diseños
Silla Fjord. Durante un viaje compartido con Patricia Moroso a Noruega, Urquiola encontró inspiración para el sillón Fjord (fiordo), accidente geográfico que evoca en las incisiones verticales de una butaca de forma asimétrica. El respaldo alto y el apoyabrazos más bajo de un solo lado permiten que el usuario utilice el asiento con mayor libertad.
Butaca Husk. Para la empresa B&B Italia, es un diseño inspirado en un guante de béisbol que se adapta totalmente a la forma del cuerpo de manera envolvente. La versión para exteriores esta formada por una espalda de plástico reciclado duro, una parte interior acolchada con un relleno que permite el paso del agua y base giratoria. El cuerpo es blanco mientras que la base y el tapizado tienen colores vibrantes. El juego se completa con una mesa de apoyo y sillas.
Hotel Mandarín Oriental. Patricia Urquiola se encargó del interiorismo del lujoso establecimiento, ubicado en el Paseo de Gracia. La diseñadora jugó con colores más cálidos y sumó variedad de materiales y piezas, tanto propias como de otros autores. El nuevo concepto indaga en el equilibrio entre la vanguardia europea y la tradición oriental. Además, introduce elementos que reinterpretan el Modernismo catalán, como un guiño a la ciudad, en los mosaicos de las paredes. Entre las piezas decorativas se destacan las lámparas de Flos, el sofá y mesas de Moroso, las sillas Husk para B&B y el taburete EMU.
Retreat & Spa. En la idílica isla de Vieques (Puerto Rico), la diseñadora española realizó el interiorismo del hotel W Retreat & Spa Vieques Island. Un proyecto singular para el cual Urquiola ha creado y seleccionado las piezas que conforman el mobiliario y ha incorporando materiales de la tradición local, como la madera tallada, las mallas de metal o el cemento pulido, reinterpretados bajo una óptica contemporánea. Los colores seleccionados también han sido recuperados de la tradición portorriqueña. Casi todos los muebles son obra de la diseñadora o se han adaptado ad hoc para el hotel, a partir de colaboraciones con grandes marcas como B&B Italia, Moroso, Foscarini, Agape o Kettal. En todos ellos, se ha prestado especial atención a los materiales reciclados y a las formas orgánicas. Tapices, alfombras e impresiones digitales diseñadas por la propia Urquiola, así como algunas obras de los fotógrafos portorriqueños Charrón y Cristina León, completan los interiores.
Tropicalia. A partir de una estructura tubular, la diseñadora creó una trama multicolor tejida con cuerdas de plástico, para una línea de sillones, camastros y hasta hamacas, para exterior. Los almohadones de fibra de poliéster, bien acolchados, poseen un tratamiento especial para repeler el agua.
Mutina-Azuleij. Tomando como inspiración la mayólica, un tipo de decoración cerámica de raíces italianas que se realiza sobre loza, la colección de baldosas para la empresa Ceramiche Mutina utiliza técnicas modernas como la impresión digital en frío combinando originalidad y geometría.
Marblelace de Budri. Dar una segunda vida a los valiosos desechos que Budri genera en la elaboración de sus diseños habituales, ha sido desde el inicio algo que cautivó al estudio de Urquiola. De ahí surgió su primer proyecto, Marblelace, que superponía capas tridimensionales de mármol como si se tratara de un encaje.
Natfuse Origami. En 2012, un terremoto de gran magnitud sacudió el norte de Italia con epicentro en Mirandola, donde se encuentra la sede de Budri, una empresa marmolera con la que Urquiola venía colaborando. Los daños fueron cuantiosos y el material en sus almacenes había quedado prácticamente inservible. La diseñadora española realizó un proyecto con las placas dañadas y así surgió la colección Earthquake 5.9, integrada por mesas, estanterías y accesorios como floreros y bandejas. Las piezas combinan los diferentes tipos de mármol, a modo de marquetería en piedra, originando diseños con un colorido espectacular, en particular en las mesas de centro Origami.
Hotel Das Stue. Antigua embajada de Dinamarca en Berlín, Alemania, ha tenido una transformación contemporánea en sus interiores a cargo de Urquiola, quien diseñó todos los espacios públicos, como el vestíbulo, el bar y los restaurantes. La idea: respetar la calidad y el legado histórico y dotarlos de un carácter acogedor e íntimo como los de una casa de amigos. En la zona del comedor, desde la que se puede ver la cocina, los comensales están sentados bajo una llamativa escultura de luz formada por ollas de cobre. “Esta ubicación tan extraordinaria transmite a los comensales la sensación de estar sentados en una despensa muy elegante” comenta la diseñadora.
Colección NUB. Banco de cuatro patas, asiento y respaldo de varillas de madera maciza de haya, diseñado para la firma Andreu World. Un trabajo sofisticado de ebanistería de líneas contemporáneas donde el elemento esencial son las varillas cilíndricas y la originalidad del ensanche de las varillas en el respaldo, a la altura de la zona lumbar.
Sofá Ravel. En este trabajo, para B&B, se repite el tema del trenzado en los respaldos, con fibra de polietileno en esta ocasión. Se combinan con una base de acero galvanizado creando un elemento modular de dos diferentes tamaños que pueden unirse con libertad para formar asientos lineales, angulares o Chaise Longue.
Texto: Arq. Paula Baldo