Casualidad o destino, una empresa que vendía ropa de ski para la nieve advirtió que había una creciente demanda de talles más grandes que ninguna de las marcas especializadas ofrecía. De hecho, muchas de las clientas debían comprar los pantalones de ski de hombre porque los modelos de mujer no les entraban. Comenzaron a investigar y observaron que prácticamente no existía oferta de ropa de moda XL. Así nació en 1995 la firma PORTOFEM y de eso hablamos con Lidia Urdinez, su fundadora, directora y diseñadora.
– Más allá del comercial, ¿con qué propósito nació PORTOFEM?
– Hace años empezamos a diseñar ropa con glamour con un nuevo concepto: Moda Real para Mujeres Reales. Entendimos la necesidad de crear moda de vanguardia en talles grandes y desarrollamos un pensamiento integrador para asistir a todas aquellas mujeres que buscaban ropa con onda, brindándoles la posibilidad de alcanzar su belleza natural en toda su plenitud. Fue un éxito y pocos años después desarrollamos un sistema de franquicias comerciales, además de abastecer a negocios multimarca y de tener una tienda virtual. Evidentemente, cubrimos una necesidad.
-¿Con qué producción y objetivos arrancaron?
– Empezamos con una línea urbana para mujer desde el talle 46 al 56, contando con unos 20 artículos por colección. Así entramos de lleno a un mundo nuevo y descubrimos a una usuaria totalmente discriminada por la moda y los talles, con una gran necesidad de ser comprendida, atendida y contenida. Mujeres generalmente maltratadas por los comercios de ropa, en donde muchas veces no eran atendidas y otras tantas las miraban con desprecio. Nos impactó tanto la situación que sentimos la necesidad de hacer algo al respecto y el desafío fue darles no solo ropa de talles grandes, sino la mejor moda en esas medidas y reivindicar a estas mujeres subestimadas por la sociedad. Comprendimos que PORTOFEM nació como una marca socialmente responsable para trabajar en contra de la discriminación que aún hoy sufren las mujeres con sobrepeso, que no solo son discriminadas por el mundo de la moda sino también por los medios de comunicación y la sociedad en general.
– ¿Qué les ofrecen a las clientas, además de las prendas en sí?
– Les cumplimos el sueño de tener en su armario moda de vanguardia en su tamaño, con diseños de excelente calidad, tanto en telas como en confección, procesos y avíos. Nuestra colección abarca todos los rubros de la moda urbana y cocktail: musculosas, remeras, camisas, chaquetones, chaquetas, tejidos, chalecos, camperas, jeans, pantalones, calzas, faldas, vestidos y accesorios. Desarrollamos la ropa que las mujeres necesitan usar todos los días y que les permite estar impecables de la mañana a la noche. Esta ropa debe ser de buena calidad y excelente corte. La ropa “de todos los días” debe ser la mejor, porque en cada jornada construimos nuestra imagen y esa es la que perdura.
– Hace 20 años ¿a qué se consideraba un talle grande y a qué se considera hoy?
– El cuerpo humano no parece haber sido concebido para el estilo de vida actual.
El aumento en el consumo de alimentos ricos en grasas e hidratos de carbono y la gran disminución en la actividad física, gracias al confort, a los entretenimientos sedentarios como la televisión, los juegos electrónicos, la computadora e Internet, nos llevan a un inevitable aumento de peso, que es consecuencia de la actual cultura en todo el mundo. Contradictoriamente, los patrones estéticos de esta misma cultura no aceptan a las mujeres gorditas como modelo, sino por el contrario las rechazan y discriminan. Parecería que a medida que los cuerpos se ensanchan, la ropa de moda se aleja. En PORTOFEM pusimos al talle grande de moda. Nuestras colecciones están integradas por prendas que van desde el talle 48 al 70. Diseñamos nuestros modelos a partir del talle 48 de la norma IRAM, que equivale a 110/115 centímetros de cadera y contamos con prendas de hasta 180 cm de contorno de cadera.
– ¿Cómo evolucionaron el mercado y la clientela? ¿Qué buscaba entonces, qué busca hoy?
– Tanto las mujeres de hoy como las de antes buscan estar elegantes y a la moda. Sus necesidades no han cambiado. Simplemente que ahora hay más oferta en ropa de talles grandes y como antes escaseaba, debían conformarse con lo que les entraba y no lo que les gustaba.
– ¿Cómo capacitan al personal que atiende al público, para que sea respetuoso?
– La mayoría de nuestras vendedoras son gorditas y están altamente capacitadas para atender y asesorar a nuestras clientas. Esto genera una mejor empatía ya que comprenden perfectamente cuáles son sus necesidades y pueden recomendarles prendas que ellas mismas utilizan en su vida cotidiana. Desarrollamos manuales de capacitación para nuestros franquiciados y vendedoras en los que la paciencia y buena atención son nuestros pilares fundamentales.
– ¿Qué edad y perfil tenía la clienta cuando empezaron, qué edad y perfil tiene hoy?
– Cuando comenzamos apuntábamos a una clienta de 45 años en adelante y ofrecíamos una línea más clásica y tradicional. Ahora, en cambio, nuestro target son clientas de 30 a 65 años. Ofrecemos un look divertido, sexy y juvenil, pero distinguido y aspiracional tanto para chicas jóvenes como para señoras que quieren verse modernas. Nuestras clientas son mujeres de talle 48 al 70 que no quieren que les den otra ropa porque son gorditas ¡y tienen toda la razón! Debemos integrar, no discriminar.
– ¿Qué papel juega la Ley de Talles?
– Nos parece interesante que la Ley sirva para unificar las medidas correspondientes a cada talle, según la tabla normalizada por IRAM. Todos los fabricantes de indumentaria del país deben respetar esta tabla e indicar las medidas en centímetros correspondientes a cada talle en el pictograma obligatorio que debe ir cosido en el interior de las prendas. Lamentablemente, esta norma no se cumple en la mayoría de los casos, desorientando al usuario que nunca sabe a qué talle debe ajustarse, ya que cada marca usa denominaciones y medidas diferentes para un mismo talle.
– Dado que son prendas más grandes, que insumen más material, ¿son más caras?
– Nuestras prendas no son caras, son buenas y valiosas. Si bien es cierto que insumen más tiempo de confección y mayores costos de materia prima, avíos y procesos que una prenda de talle chico, tienen un valor comercial adecuado a la calidad, originalidad de los diseños exclusivos, nobleza de los materiales e impecable confección. La realidad es que nuestros precios están iguales o más bajos a los de cualquier otra marca de moda de primera línea.
Tips para verse bien
Si tenés unos kilos de más y querés vestirte linda y sexy, sin necesidad de recurrir a un remerón tipo carpa, estos tips de Lidia Urdinez re resultarán de gran ayuda.
* Al momento de probarte prendas nunca olvides que deben verse bien no sólo por delante, sino también por detrás. Muchas veces, ante la emoción de lucir algo nuevo te quedás con la primera imagen frontal que el espejo te devuelve y descuidás el resto. Por eso siempre tenés que comprobar que el calce posterior de la prenda sea el correcto y favorezca tu figura. Observá detenidamente cómo te ves por detrás y de costado.
* En el caso de los pantalones, de acuerdo a la forma de tu cola y a cómo te gusta llevarlos, podés elegirlos con o sin bolsillos. Es preferible recurrir a los clásicos y chatos, ya que los bolsillos demasiado raros o muy grandes y voluminosos pueden causar un efecto visual indeseado en tu cola.
* Es preferible utilizar prendas superiores cuyo largo supere la cintura para estilizar mejor la figura y disimular el famoso ‘salvavidas’. Para esto también se desaconseja el tiro bajo, un enemigo de la silueta.
* Con pantalones de telas finitas o elastizadas, como por ejemplo calzas de algodón, es recomendable llevarlos con medias can-can por debajo, que ayudarán a alisar la piel y disimular la inevitable celulitis que todas las mujeres queremos ocultar.
* También es importante el tipo de ropa interior que se use, para evitar que se note a través del pantalón o que su elástico apriete demasiado en el glúteo.
* Es importante tomarse el tiempo necesario para probarte varios modelos, y que puedas hacerlo en un probador amplio y cómodo donde te observes bien. Los probadores pequeños son incómodos y engañosos y logran que te vayas rápido sin haber visto cómo te quedan realmente las prendas por delante y por detrás.
Texto: Florencia Romeo.
Fotos: gentileza empresa.