La remodelación de este espacio de 130 metros cuadrados es uno de los últimos trabajos del estudio español A-cero, a cargo de los arquitectos Joaquín Torres y Rafael Llamazares y podría definirse en pocas palabras: es el resultado de la modernización de un departamento anticuado con un presupuesto razonable.
El acceso a la casa se da a través de un pasillo que se bifurca en dos. Por un lado lleva al espacio público, que incluye el estar y la cocina, abiertos el uno al otro, y por el otro conecta al área privada, donde se hallan un dormitorio principal, un baño en suite y un segundo dormitorio con otro baño en el pasillo.
El estar está diseñado como un espacio de usos múltiples, que satisface las necesidades de sus jóvenes propietarios y su estilo de vida. Es probable que uno de los espacios más admirados sea el hermoso balcón con excelentes vistas de Madrid.
El blanco es el protagonista principal de todo el piso. Esto se ve reforzado por la notable luz natural con que cuenta, dado que se encuentra a 142 metros de altura. En cuanto al diseño, mandan las formas sinuosas y las líneas rectas y angulares. Buena parte de los muebles fue diseñado por A-cero especialmente para este departamento y la mayoría de ellos se realizó en madera lacada en blanco. El suelo también es de madera blanca. El sofá es de Alonso Mercader sobre un diseño de A-cero. Otro tanto sucede con los de cocina, fabricados por Baco y que queda oculto por un gran panel corredizo. En el comedor se destacan las lámparas Vibia Skan, que cuelgan del techo sobre la mesa. Las sillas, modelo Resto, son de Vondom, sobre una creación del estudio.
Todo el apartamento está equipado con sistema domóticos que controla tanto el sistema de iluminación como de seguridad.
Fotos: Negami, para A-cero.
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