Cada vez más, el cambio de clima nos obliga a dejar de lado el clásico tapado y optar por abrigos más livianos, con telas más sueltas y fáciles de poner y sacar. Es el caso e nuestro clásico poncho, que es tendencia en las pasarelas del mundo entero, y la capa, que en todo tipo de versiones regresa triunfal para resolver el tema el abrigo cuando la media estación y el clima templado son lo habitual.
El poncho es un símbolo nacional que nos permite llevar un abrigo liviano durante todo el día, fácil de manipular, y que puede realizarse en diferentes telas o tejidos. Con la capa sucede otro tanto, más corta o más larga, con grandes mangas o sin ellas, con aberturas, es un básico que de tanto en tanto recupera la vigencia. Ese es uno de los momentos y parece que llegó para quedarse, porque el año próximo las seguiremos usando.
Si bien se parecen, se trata de dos prendas diferentes. Así como el poncho es cerrado y solo tiene una abertura para pasar la cabeza, la capa está abierta en el centro, como un saco.
Texto: Florencia Romeo.