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24 de agosto, 2015

Río Negro, una delicia

Desde la cordillera hasta el mar, la provincia invita a deleitarse con su exquisita y exclusiva gastronomía. Frutos de mar, ahumados, corderos, vinos, cervezas artesanales y todo tipo de chocolates son parte del paisaje rionegrino.

 

Variada y exquisita, así es la cocina de Río Negro. Resultado de muchas fusiones, en San Carlos de Bariloche invita a disfrutar de una trucha con un buen vino patagónico, o de los ahumados –presentes en bebidas y comidas– que recompensan cualquier travesía y aventura vivida en el día; mientras tanto, en la costa marítima imperan los frutos de mar, aunque el cordero es un valor seguro en toda la región. Así, la adrenalina que se vive sobre los esquís, en trineos tirados por perros, en paseos en motos por las laderas de los cerros nevados o en cabalgatas por paisajes increíbles, o el avistaje de ballenas o la visita a las pingüineras se combina con momentos de  descanso y pausa en los que es posible entregarse a los placeres de la gastronomía regional.

 

Cerca de la montaña

En Bariloche, el aroma intenso del chocolate también dice presente en sus calles. Las recetas ancestrales se continúan hasta hoy en la preparación de este dulce, que está presente en cada refugio, cada restaurante y cada chocolatería. Como souvenir o para degustar ahí mismo, probar un chocolate con cognac o whisky mitiga días de frío.

A 25 kilómetros de Bariloche, en Colonia Suiza, en un bello paraje de montaña rodeado por altos cerros y antiguos bosques de cipreses y coihues, para el almuerzo o la cena, sobresalen los ahumados de ciervo, jabalíes o truchas, acompañados con cervezas artesanales de gustos exóticos, y por las tardes, la deliciosa repostería de sus casas de té. La estrella gastronómica de la zona es el curanto, una tradición que viene del araucano y significa “piedra caliente”. Los experimentados cocineros cuidan cada paso de la ceremoniosa forma de preparación transmitida de generación en generación, que tiene como resultado una comida deliciosa con un sabor ligeramente ahumado.
Otro destino repleto de sabor y aventura es El Bolsón, 112 kilómetros al sur de Bariloche, donde el recreo llega con cervezas artesanales y con el clásico de la región, los dulces elaborados con frutas finas, ideales para saborear con un chocolate caliente mientras se contempla el paisaje nevado. Así, Rio Negro comparte sus sabores de las montañas.

 

En la estepa y junto al mar
A las llamas, a la sartén, agridulce, al vino o asado, el cordero es el protagonista de la gastronomía en la estepa rionegrina, que ve resaltados sus sabores con adobos a base de ajo, perejil, ají molido, romero y menta, administrados magistralmente por los cocineros de la zona. Un imperdible regional.

Llegando a la costa de la provincia, en Las Grutas, La Rinconada y El Sótano, la riqueza del mar aporta sus exquisitos frutos; y el paisaje costero suma la tranquilidad de jornadas que se despliegan entre comidas y caminatas por las playas. En variados y exclusivos restaurantes, aguardan largos almuerzos y cenas llenos de mariscos y pescados propios del lugar, preparados de las más diversas formas. Salmón de mar, merluza, pejerrey, lenguado, róbalo y lisa son de los que más figuran en las cartas, además de una amplia variedad de moluscos que incluye almejas, cholgas, mejillones, pulpos y berberechos.

Sea un cordero asado, una trucha o una cazuela de mariscos, toda comida se marida con un buen vino proveniente del Alto Valle de Río Negro: pinot noir, merlot, malbec o viognier son algunas de las cepas que esperan en la región. En la zona se encuentran las bodegas pioneras de la Patagonia y las vides se cultivan tradicionalmente desde hace más de un siglo. Y, para adentrarse en la cultura del vino, sus rituales y su historia, se realizan caminatas por los viñedos y las chacras de producción frutal, para catar vinos de alta gama, sidras y cervezas artesanales únicas.

De este a oeste y de norte a sur, la provincia brinda un paraíso de sabores que satisfacen el paladar, generando un espacio de descubrimiento que lleva al contacto con los pobladores locales, sus costumbres y cultura. Por todo ello, Río Negro es una delicia del Sur.

 

Texto: Esteban Eliaszevich.
Fotos: Ministerio de Turismo de la Nación.
Más información: www.argentina.tur.ar