Blanco, negro y gris. El no-color sigue en sus tres versiones: total White, combinación de blanco y negro, y la suma del gris que se impone como tono veraniego. Continúa la monoprenda, los estampados ópticos, las rayas, el superpuesto, las prendas tipo lingerie en las que reina el raso, los vestidos mini, el crop top, las transparencias y los tajos.
Transparencias. Tules, encajes y calados que llegan de la mano de nuevas texturas, obtenidas con alta tecnología y materiales innovadores. La tendencia es a mostrar veladamente. Puede acompañarse de pedrería en una noche de fiesta, o impactar con elegancia bajo el sol.
Estampas. Flores, lunares, art print, étnicos, ópticos y formas orgánicas que evocan la naturaleza… Todo sigue, sobre transparencias u opacos, mezclados con otras estampas o con lisos. Una buena combinación puede ser el outfit ideal para esta temporada y la que viene. Los vestidos largos, reinan a pleno. ¡Libertad al mix!
Color. Se vienen los tonos pastel (celeste, rosa, nude), también habrá un contrapunto con los brillantes en la gama del tangerine (naranjas, rojos, fucsias y amarillos). El gris, el blanco o el negro, que oficiarán de telón de fondo para pinceladas coloridas, en estampas o apliques. ¡Viva el color!
Texto: Silvia Fittipaldi.
Fotos: Image.net.