El mantenimiento del agua de la pileta es fundamental para que se vea cristalina y sea un verdadero placer disfrutarla. Detrás de esto hay una razón de mayor peso, que es la prevención de enfermedades e infecciones para quienes se sumerjan en ella. “El agua es vehículo de miles de enfermedades, ahí radica la importancia de la desinfección por encima de la cristalinidad. Para eso, se deben usar productos aprobados por los organismos de salud pública”, explica el ingeniero Guillermo Delmédico, de la empresa Clorotec.
El tratamiento tradicional para mantener un agua saludable y cristalina incluye dos etapas: la limpieza y el control del ph (tratamiento químico).
El primer paso para la puesta a punto de la pileta al inicio de la temporada incluye el filtrado del agua y la limpieza manual, que incluye la aspiración del fondo, lavado de bordes y remoción de hojas y material en suspensión. “La correcta filtración garantiza que los productos químicos adicionados en el agua de la pileta se distribuyan correctamente, integrándose a la misma y facilitando el mantenimiento”, aclara el especialista. Los robots aportan tecnología para realizar esta tarea sin esfuerzo.
La segunda parte del tratamiento tiene como objetivo mantener el agua de la pileta saludable y transparente a través del empleo de productos que ajustan el equilibrio químico básico (ph) y la cloración (aplicación de cloro). El control del ph es esencial para garantizar la eficacia de los productos que se utilizan en el tratamiento del agua. Por ejemplo, un ph bajo o alto interfiere en la correcta desinfección del agua. En el primer caso, porque torna al agua “corrosiva” y las consecuencias son la irritación de la piel y mucosas, afectando también las partes metálicas de los equipos, mientras que un ph elevado, favorece las incrustaciones y el agua se enturbia. Por esto, el valor óptimo del ph es entre 7,2 y 7,4. Medir el ph es sencillo. Hay kits y cintas medidoras muy fáciles de utilizar. Obtenido el resultado, habrá que emplear un producto específico para corregir la alcalinidad (subir o bajar el ph, según corresponda).
Una vez que se analizó el agua, el trabajo continúa con la purificación. “Entre todos los desinfectantes, el cloro es el único que permanece más tiempo en el agua garantizando su desinfección cuando los bañistas están disfrutando la piscina”, aclaran los asesores de Clorotec. Además, explican que lo más ventajoso es emplear cloro sólido, porque es dos veces más económico que el cloro líquido y es más efectivo: el desinfectante se libera en el fondo de la pileta, donde se deposita el verdín, y actúa lentamente. Además, tiene amplio poder residual por estar estabilizado. El ahorro de espacio es otra ventaja adicional, ya que un balde de cloro sólido de 10 kilos equivale a 38 bidones de cloro de 10 litros.
Luego de analizar y purificar el agua, existen productos alguicidas y clarificadores que ayudan al cloro a hacer bien su trabajo. En este punto, los especialistas advierten que estos productos no se deben aplicar juntos porque el clarificador “captura” al alguicida y no lo deja actuar.
5 CONSEJOS PARA LA TEMPORADA
1. Comenzar limpiando bien la pileta. Luego desagotar, quitar bien el verdín (con alguicida concentrado del 35% al 5% en agua), reparar las grietas y desinfectar las paredes mediante tratamiento intenso con hth Clorotec Shock disuelto en un balde de agua.
2. Comprobar el buen funcionamiento de la bomba, filtro y sistema de circulación, asegurándose que los componentes mecánicos estén limpios y en condiciones.
3. Ajustar el nivel del pH. El pH mide la acidez o alcalinidad del agua y debe encontrarse entre 7,2 y 7,4. Si el pH no está en su valor correcto, el cloro no exterminará adecuadamente las bacterias existentes en el agua.
4. Toda pileta debe mantener permanentemente un nivel de cloro residual de 1,5 g/m, medido a la mañana. Cada 10 días agregar una sobredosis de hth Clorotec Granulado (tratamiento Shock o supercloración) consistente en el doble de la dosificación normal, lo que asegura la eliminación de toda bacteria y de la materia orgánica por acción del cloro, y la destrucción total de las algas.
5. Si en la pileta han caído hojas o pasto, o si se la ha descuidado por varios días, se puede agregar una sobredosis de hasta cinco veces la dosificación normal.
LIMPIEZA AUTOMÁTICA
El barrefondo y los cepillos de todo tipo quedan obsoletos frente a los robots para mantenimiento de piletas. Son pequeños aparatos con orugas que recorren el fondo de la piscina cepillando, aspirando y filtrando, un ciclo completo que demora entre 1,5 y 3 horas, dependiendo del equipo. Los más sofisticados pueden trepar la pared para dejarla sin suciedad. Los limpiadores automáticos residenciales básicos trabajan en piletas de hasta 10 metros y son aptos para piscinas enterradas o elevadas (del tipo tanque australiano). Su precio de lista es de 800 dólares más IVA.
Los robots que trepan paredes se consiguen por 1750 dólares más IVA, y están equipados con un escaneo más optimizado del fondo de la pileta. Además, se puede controlar a través de un teléfono inteligente por medio del sistema bluetooth.
El equipo residencial más completo tiene navegación giroscópica que le permite ampliar la cobertura de alcance y la maniobrabilidad. La limpieza está potenciada con cepillos especiales y doble filtro (1840 dólares para piletas pintadas y 1930 dólares si posee revestimiento).
Texto: Paula Baldo.
Fotos: Istockphoto y gentileza empresas.
Fuente: Clorotec / http://www.hthclorotec.com.ar/ Dolphin / http://dolphin.aguas.com.ar/