Bien al norte de Brasil, en el estado de Pernambuco, el archipiélago Fernando de Noronha es aun un destino desconocido por la mayoría de los argentinos y uno de los más bonitos ya que además de playas fascinantes, tiene sol y buen clima durante casi todo el año.
Se trata de una isla rodeada de otras más pequeñas, en la que su principal atractivo son las playas: las hay con gran oleaje, con mar calmo y con piscinas naturales y olas bravas. Como casi todos los 7 mil kilómetros de costa que tiene Brasil, Noronha es una sucesión de bahías pequeñas que están al tope de las mejores: Sancho y Porcos son las más visitadas y también las más bellas, con todo lo que se busca para pasar unos días de placer y relax, aguas claras y turquesas, mucha vegetación y la naturaleza al alcance de la mano.
El buceo es una de las actividades destacadas en esta geografía, ya que la vida submarina de este archipiélago volcánico tiene una diversidad que la hace reconocida en el mundo. El Parque Nacional Marino, con piscinas naturales, atesora corales y rocas multicolores, peces tropicales, tortugas marinas y barcos hundidos en los que se junta una variedad de especies difícil de igualar: el Naufragio do Porto, Morro de Fora, Caverna da Sapata y la Ilha do Frade. Allí, tanto los expertos del buceo como los principiantes, pueden encontrar un plan a su medida para disfrutar el submundo. Y ninguno querrá perderse además los delfines en su hábitat natural: desde el Mirador de la Bahía dos Golfinhos, se los puede ver nadar, saltar y jugar sin artificios, ya que es una zona de reproducción y descanso de esta especie y se ha protegido para que permanezca así.
Pero lo mejor es que toda esa exuberancia natural se combina con la placidez de la historia: el Fuerte de Nossa Senhora dos Remedios se erige en medio de la selva. Es una construcción del siglo XVIII, que se erige sobre las ruinas de un reducto holandés del siglo anterior. Tal como la Iglesia de Nossa Senhora dos Remedios -mismo nombre-, construida en 1772 en el corazón de la isla, que es el pueblo Vila dos Remedios, encantadora de día y de noche. También hay una capilla menos imponente pero igual de interesante para visitar: es la Capilla de São Pedro dos Pescadores, que en realidad sólo abre una vez al año, pero que está ubicada en lo alto y ofrece un punto de vista panorámico de la bahía.
Siempre que se piensa en Brasil, se piensa en surf, porque de sur a norte y de una punta a la otra, las olas están entre las mejores del mundo y son tantas las playas que cada surfer puede encontrar las que le resulten mejores. Cacimbra do Padre es “la” playa surfera de Fernando de Noronha, que es “el» destino surfero de Brasil.
Los más relajados y que prefieran salir a pasear y disfrutar de que los lleven, tiene una amplia gama de opciones de excursión: paseos náuticos a las Islas Secundarias, salidas de pesca en altamar, caminatas y un centro turístico en el que disfrutar de la mejor gastronomía local e internacional, con música y tragos como sólo los brasileños saben hacerlo.
Más información: Visit Brasil
Texto: Ana Césari.