Se trata de una modesta cabaña pensada para una familia joven, que abarca unos 280 m2 y fue realizada con un presupuesto escaso que impuso una estructura rigurosamente simple.
Para minimizar la superficie del edificio y sacar ventaja del lugar en pendiente, los componentes organizados de manera horizontal en una cabaña tradicional –típicamente larga de plano abierto con un espacio de vida en común, un baño, y una construcción exterior para el guardado de herramientas – fue reconfigurada y apilada verticalmente.
La planta baja, tallada en la colina y accesible desde el claro, alberga un pequeño taller, un espacio para guardar los equipos y un baño, que constituyen la base para los espacios superiores de la vivienda.
Una puerta de entrada realizada con tablones de madera se abre hacia la escalera que conduce al amplio estar, cuyo centro es una estufa de leña y que está limitado a ambos extremos por una cocina larga y angosta y un par de pequeños dormitorios abiertos.
Las dos cortinas que van desde el piso al techo del living pueden extenderse o recogerse, y con su ondulante tela y su delicada textura ofrecen una dimensión sensual a la brillante paleta interior. De acuerdo a cómo se las utilice, dan privacidad a los dormitorios, los abren hacia el estar o bien cierran la cocina cuando no se la usa.
Las grandes aberturas corredizas a lo largo de los laterales del estar ofrecen extensas vistas del bosque y dan acceso directo a una terraza informal en la colina. En verano las aberturas se convierten en espacios protegidos con mosquiteros, lo que virtualmente transforma el estar en un cuarto exterior cubierto, creando una ventilación cruzada que elimina la necesidad de acondicionadores de aire mecánicos.
Un pequeño estudio, pensado originalmente como otro cuarto adyacente al estar, fue apilado sobre este ambiente, dando lugar a un observatorio elevado y privado con vista al nivel de las copas de los árboles.
El proyecto aprovecha inteligentemente los materiales usados en la arquitectura de las granjas de la región. En el exterior cemento expuesto, cedro, metal anodizado y revoque cementicio complementan todos los matices terrosos del bosque circundante y las formaciones rocosas.
La paleta de materiales se extiende al interior, donde los pisos de concreto íntegramente coloreados y lustrados en ambos niveles proveen superficies durables para resistir cuando se abren completamente las aberturas, tanto como el tránsito de perros y botas embarradas.
Las paredes, los techos y los armarios empotrados están pintados de blanco, lo que da gran luminosidad a los interiores durante los largos meses del invierno y proporciona un frente tranquilo y neutral ante el complejo y cambiante cuadro de la naturaleza que se puede contemplar desde las grandes aberturas.
El estudio
Sus socios principales son Brian Johnsen y Sebastian Schmaling, dos figuras altamente representativas de la arquitectura contemporánea estadounidense. Han recibido honores, como el premio a las Voces Emergentes de la Liga de Arquitectura de Nueva York, el premio a los Diez Proyectos Verdes más Importantes otorgados por AIA/COTE y numerosos galardones y menciones por sus trabajos de arquitectura y diseño. En 2011, Johnsen Schmaling Architects fue elegido por Architectural Record como uno de los diez estudios emergentes a nivel global por sus diseños de vanguardia y sus proyectos han sido destacados por los más importantes medios especializados.
Ficha técnica
Proyecto: año 2012.
Ubicación: Muscoda, Wisconsin, Estados Unidos.
Arquitectos: Estudio Johnsen Schmaling Architects.
Superficie construida: 81 m2.
Web: www.johnsenschmaling.com
Fotos: Gentileza Estudio Johnsen Schmaling Architects.