A lo largo de 23 kilómetros de costa mediterránea y a los pies de la Sierra Bermeja, lindante hacia el interior con un fértil valle surcado por pequeños arroyos, Estepona tiene la geografía ideal para volverse lo que se ha vuelto: una ciudad pequeña, poco más de 70 mil habitantes, con veranos calurosos, inviernos suaves y aguas cálidas, que mira el mar azul desde sus montañas y con habitantes de distintas partes del mundo que, enamorados de ella, se quedaron a vivir.
Situada a 82 kilómetros de Málaga y a 48 de Algeciras, las playas son uno de sus principales atractivos, pero son a la vez apenas uno de sus tantos atractivos, ya que la historia, la cultura y la naturaleza se combinan en este pueblo del sur de España de una manera muy particular: fiestas populares y tradicionales, yacimientos arqueológicos prehistóricos y arquitectura del siglo IX hasta la actualidad, gastronomía diversa y exquisita, deportes y muchos atractivos.
A pesar del intenso proceso urbanizador reciente, el casco antiguo de Estepona conserva mucho de la esencia del pueblo típico andaluz: hoy, con sus calles cuidadas y peatonales, adornadas con maceteros de colores y rosetones, casitas de arquitectura típicamente mediterránea, resulta una escenografía de cuento.
Se distinguen ocho barrios, cada uno con particularidades arquitectónicas e históricas. El llamado barrio de la Villa abarca la trama de la antigua fortaleza medieval, con construcciones de los siglos XVIII y XIX y alberga los monumentos más significativos, como los restos del Castillo de San Luis, del siglo XVI, la plaza del Reloj y su torre del siglo XV, que formaba parte de la destruida Iglesia de la Fortaleza. Su cúpula de estilo neoclásico, decorada con guirnaldas, volutas y bucráneos, fue añadida en el siglo XVIII. Además, en este barrio se encuentran la Casa de los Algibes, actual museo arqueológico, y el mercado municipal de abastos.
A ambos lados del barrio de la Villa se encuentran los barrios Antiguo, con sus calles estrechas alineadas de forma paralela a la línea de la costa, tal y como fueron trazadas en el siglo XVI, y por sus viviendas modestas de una o dos plantas; y el barrio de Hornos, que se articula en torno al antiguo Camino de Casares y con arquitectura de los siglos XVIII, XIX y XX, de origen humilde y escasa altura. Al norte, los barrios de Plaza Nueva, de San Francisco y del Montecillo, con viviendas del siglo XIX y donde se destaca la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, ocupada entre 1725 a 1766 como convento por los padres franciscanos de la Orden Terciaria. En la zona este se sitúan el barrio del Palmar y el barrio Nuevo, barrios de origen agrícola estructurados por el antiguo camino de Marbella.
En los últimos años, Estepona se ha hecho famosa por sus murales: ocupan las fachadas de los edificios de la ciudad y ya existen más de 20, lo cual constituye un circuito en sí mismo. También en el casco antiguo existe una Ruta de poesía que consiste en zócalos con poemas en las fachadas de las casas. Eso se mezcla con un gran número de negocios de marcas reconocidas y con prestigio internacional que hacen del centro una zona comercial y de ocio.
Además, repartidas a lo largo de sus 21 kilómetros de costa, hay siete torres almenaras, de origen musulmán y castellano, construidas como sistema de defensa. Entre los lugares históricos que también merecen una vistita, están el Faro de Punta Doncella, los restos Castillo de San Luis –en pleno casco antiguo-, y diversos yacimientos arqueológicos, entre ellos una fortificación de origen prehistórico, reconstruida por los musulmanes, y las ruinas del Castillo de El Nicio, del siglo IX, de las que se conservan las murallas y varias torres.
Para descansar de la playa, hay varias opciones: el Parque Selwo Aventura, donde más de 2000 animales de más de 200 especies diferentes viven en un estado de semilibertad en armonía con el entorno; los Pedregales, un parque que cuenta con unas vistas espectaculares de las costa africana y de Gibraltar. Las piedras de peridotitas y serpentinas juegan con las formas del terreno, creando un paraje de extraordinaria y rara belleza. Se puede hacer aventura de montaña, bicicleta, rutas ecuestres y de senderismo; y el Parque botánico-orquidario, inaugurado en 2015.
La gastronomía de Estepona se basa en los típicos platos andaluces, con protagonismo de productos de pesca como las sardinas en espeto, boquerones fritos, algunas salazones o pulpo. También se destaca el queso de cabra, el gazpacho, y el ajoblanco. Lo más típico es la “fritá” de trucha del Padrón, una especie única en la Costa del Sol.
Al atardecer, el paseo marítimo de la ciudad es un punto de encuentro ineludible.