1. Reciclar o hacer a nuevo
Para tener un jardín 10 puntos no hace falta hacerlo todo a nuevo. Los jardines también se pueden reciclar como las casas. Si el césped tiene yuyos, se podrá hacer una resiembra. Si las plantas están bichadas, un jardinero experto puede curarlas. Con todo lo existente en orden, un paisajista puede detectar las partes con sol y con sombra del jardín para indicar las especies adecuadas para cada lugar. El agregado de nuevas plantas puede darle el toque de gracia al conjunto. El equipamiento hace el resto. Sillas, sillones, mesas y reposeras son imprescindibles para disfrutar el exterior.
Sugerencia: en cada cambio de estación, el parque necesita un retoque.
2. La orientación
Para empezar con la puesta a punto hay que hacer un plano del jardín indicando de dónde viene el sol, el viento y los sectores con luz natural y con sombra. La orientación norte y noroeste es muy buena para muchas plantas: por ejemplo, la Santa Rita no da flores y la Bignonia Venusta no da racimos anaranjados si no miran al norte. En un jardín que mira al sur, los paisajistas recomiendan poner vegetación más dura y geométrica. Pastos especiales que siempre crecen en las sombras. En situaciones extremas se puede reemplazar el verde por pisos de adoquines o lajas. Al respecto, la paisajista Cristina Le Mehauté señala: «Los lugares oscuros, tienen la maravillosa luz del sotobosque. Pero también tienen la dificultad de qué poner. No son tantas, pero en la penumbra funcionan las plantas de hoja grande y color verde oscuro. Algunas, florecen en color blanco que da mucha luz a la escena. Un ejemplo para zonas oscuras es el ophiopogon, llamado también pasto inglés«.
3. Dónde plantar árboles
En los bordes del parque se pueden colocar árboles altos que formen una especie de pared. Para que el jardín no quede tan delimitado, en el medio se suele poner árboles de copa redonda que permiten jugar con el espacio. Los jardines deben combinar espacios llenos con vacíos: canteros, árboles y plantas deben estar en armonía estética con las zonas vacías. La tendencia actual es el estilo despojado con muchas plantas de una misma especie. Sugerencia de Cristina Le Mehauté: «Los árboles son necesarios si queremos sombra o buscamos tapar a un vecino. La duda es: ¿qué pongo? ¿lo que está de moda, miro una revista, me copio? No, nada de eso. Un jardín con personalidad acompaña el estilo de la casa«.
4. Cómo elegir las plantas
Para que el verde llegue realmente a la casa, hay que pensar en los árboles, las plantas y el césped. Hoy hay de todo para elegir, sin embargo, algunas especies convienen más que otras. Los abedules y los álamos, por ejemplo, sirven para armar volúmenes arquitectónicos. Los abedules tienen un tronco blanco y muy pocas hojas: son muy escultóricos. El álamo hace una pared de verde que en invierno desaparece, porque se le caen las hojas, entonces el sol se filtra en verano y pasa en invierno. Son ideales para tapar la orientación oeste. Si la casa sólo se usa los fines de semana, es preferible poner plantas rústicas. En estos casos, los arbustos -de distintas especies y estilos- son una solución recomendable. Pero antes de poner plantas o flores, es bueno saber cuáles son perennes y cuáles no. Hay que prever como será el parque durante el invierno, cuando los árboles estarán pelados. No conviene mezclar las plantas que son tropicales con las de clima frío. Al respecto, Cristina Le Mehauté aclara lo siguiente: «Nunca hay que distraerse del proyecto original. No hay que ir al vivero y dejarse seducir por la primavera. Sólo hay que guiarse por el trabajo serio de un profesional«.
5. Los tipos de césped
En el diseño funcional, lo primero es determinar dónde colocar las zonas verdes y las secas. Lo mejor es combinar ambas cosas: en un sector, el césped; y en otro, grandes o pequeñas superficies de piso, para poner macetas y los muebles.
En los jardines la superficie que ocupa el césped es mucho mayor que la de cualquier otra planta o solado. Por lo tanto es vital su correcta elección. El tipo de pasto más habitual y económico es el denominado bermuda o gramilla criolla. Es un pasto rústico y resistente apto desde para una cancha de fútbol hasta para un campo de golf. Existen otros tipos de céspedes más caros y de colores más vistosos. El kikuyo, por ejemplo, crece rápido y cubre bien las grandes superficies pero no tiene la misma resistencia que la gramilla.
6. El dilema de los senderos
A la hora de pensar en las zonas secas, no sólo hay que ubicar el solarium o la terraza, hay que encontrar una solución para los caminos y senderos que llegan hasta la casa o hasta la pileta, por ejemplo. En general es mejor evitarlos si no son realmente necesarios, porque se convierten en elementos muy dominantes en el jardín. Los materiales con los que se hagan los senderos deben ser acordes a la vivienda. Si se usan ladrillos en las terrazas, también se pueden emplear en el jardín o poner materiales que combinen. Otra opción son las rodajas de quebracho, que pasan casi inadvertidas, los durmientes de quebracho y las lajas. Los senderos pueden actuar como buenos organizadores del espacio. Si se trata de un parque amplio, se pueden armar dos espacios con un camino que corte el jardín hasta el fondo. El sendero puede estar en el medio, a un costado o recorrer el terreno en forma oblicua. Se puede hacer que, a un lado de esa línea, haya piedra o una masa de flores. Como explica la paisajista, «los caminos son necesarios para caminar y no mojarse los piés, por ejemplo. También, para marcar diagonales, ejes y destacar el diseño. Pueden ser simplemente piedritas, granitullos, piedra parís, pórfido y muchos más. Depende del estilo de la casa«.